The floor, la conquista: Guido Kaczka se probó con un nuevo formato en eltrece y logró preocupar a Telefe
Este lunes, Guido Kaczka, luego de varias temporadas de estar al frente de Los 8 escalones, se probó como conductor de The floor, la conquista, un big show nacido en Holanda y que ya fue visto en mercados como España, Turquía, Italia, Hungría, Alemania, Ucrania, Rumania y los Estados Unidos. La versión que anoche estrenó eltrece es la primera en conocerse en Latinoamérica.
La apuesta, al menos durante el debut, fue auspiciosa en términos de rating. El programa lideró el lunes con un promedio de 12,4 puntos y un pico de audiencia de 12,7 puntos; superando los 10,3 y los 9,2 puntos de promedio que marcaron Escape perfecto, a cargo de Iván de Pineda, y Survivor, conducido por Marley, también con buen rendimiento, ambos en la pantalla de Telefe.
Al flamante espacio conducido por Kaczka lo beneficia no tener enfrente a un tanque como Gran hermano, que medía números más altos que los que hoy cosecha el prime time de Telefe.
Un premio de 10 millones
A diferencia de lo que proponen algunas de las versiones internacionales con un centenar de jugadores, en nuestro país el desafío se puso en marcha con 64 concursantes, un número que tampoco es menor.
La voz en off del conductor abrió el fuego con una explicación de la dinámica de este game show que, con el correr de los minutos de aire, quedó mucho más esclarecida. Los participantes compiten en duelos temáticos. Cada jugador elige y defiende una categoría, desafiando a un oponente de una casilla continua. El vencedor del duelo, conquista la posición de su rival, mientras que el perdedor queda eliminado. El gran ganador será quien logre quedarse con todos los casilleros.
Cada emisión constará de diez duelos y el ganador de cada jornada se llevará la suma de tres millones de pesos. El premio final será de diez millones.
Vestido con un formal traje y corbata, Kaczka llevó con mucha soltura el desarrollo del ciclo. Conoce el paño. Incluso, la idea de la competencia sobre temáticas de cultura general emparenta a The floor, la conquista con Los 8 escalones.
Nombres de pila de famosos, transportes, frutos, deportes, elementos de camping y refranes fueron algunas de las temáticas con las que se desafiaron a los participantes durante el debut. Nada demasiado sofisticado, buscando no distanciar a las audiencias, acaso teniendo en cuenta cierta pauperización de los niveles de cultura general imperantes.
La cotidianeidad de algunos tópicos permite que se trate de un juego muy accesible, nada inasible, donde también “se puede jugar desde casa”, seguramente el gran imán para sumar rating y hacerle frente a la competencia.
Entre guiños e ironías
Ante un jugador que demostró importantes conocimientos, Kaczka reconoció que hay gente que dice “cosas que no sirven y las gritan”, una posibilidad de pensar en cierta clase dirigente. Una ironía que no le calzó nada mal al conductor, quien suele apartarse de toda polémica y anclaje con la realidad. En cambio, cuando se refirió a la conquista de “territorio” de un participante como “un buen pedazo”, el doble sentido celebrado por los jugadores y por el propio animador desentonó con su habitual elegancia.
Kaczka se vincula muy bien con los participantes y esa empatía es también la que contagia hacia sus televidentes, pero sin sobrecargar ni edulcorar tales vínculos. Por momentos, la continuidad de cierto tono enardecido puede generar algo de fatiga auditiva. Menos es más.
La puesta en escena es atractiva, grandilocuente, donde la superficie del piso es una estructura fundamental para el desarrollo del pasatiempo. El movimiento “random” que va eligiendo participantes al azar más el coloreado de las zonas conquistadas van transformando el espacio bien mostrado por planos de cámara generales en altura y que permiten observar el devenir de la performance de cada jugador.
Desde ya, si bien hubo una convocatoria pública para participar, está claro que se buscó -al menos para el inicio y programa de televisión al fin- a personalidades atractivas, desinhibidas y que aportasen al show gracia más allá de los conocimientos formales. Un verdulero, un aficionado a los ferrocarriles y un paseador de perros fueron algunas de las profesiones de los concursantes del debut, algunos de ellos con remarcadas dotes histriónicas y extrema comodidad ante las cámaras.
The floor, la conquista vuelve a confirmar a Kaczka como un conductor afianzado, ideal para este tipo de formatos. Aunque está claro que la televisión abierta perdió a cierta porción de público y que es consumida por un rango etario de mediana edad en adelante, lo cierto es que el programa permite ser disfrutado por una audiencia expandida, un espacio “apto para todo público”, una virtud nada despreciable en una pantalla donde algunas vulgaridades -tanto en contenidos como en el lenguaje utilizado- parecen primar, basta con escuchar algunos ciclos con panelistas de la tarde o el prime time.
Como en otros espacios de la especie, se trata de jugar con los conocimientos. Cambió la forma, pero no el fondo. Aunque eso no atenta contra la factura final del programa que resulta muy grato de ver.
El programa, que es un éxito en el mundo, se vio por primera vez en la televisión de Latinoamérica; transita una fórmula conocida, pero desarrollada de manera diferente Televisión
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