Sub-30: el argentino que se capacitó en la cuna del conocimiento ganadero habla de una tecnología revolucionaria​

Recién llegado de los Estados Unidos, luego de estar dos años capacitándose en genética bovina, con el entusiasmo de siempre, Agustín Curutchet recorrió la 81a. Expo Angus que se hizo en el predio de la Rural. Con 30 años, el joven ingeniero en Producción Agropecuaria de la UCA admiraba dónde ha llegado la principal raza de la Argentina.

Si bien su familia materna tenía un campo ganadero en General Las Heras, donde cuando era niño siempre acompañaba a su abuelo, su cercanía a la raza recién llegó cuando estaba en la universidad y lo invitaron a participar del ateneo de jóvenes que tenía la asociación.

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“Desde que ingresé a la raza sentí que estaba en un lugar muy cómodo, donde siempre se escuchó a todos. Así fue pasando el tiempo y cada vez más fui participando más en este lugar, hasta que llegué a presidente del ateneo. Un año fui al Congreso Mundial en Escocia y cuando volví, justo me estaba recibiendo, me ofrecieron si quería trabajar en la asociación en la parte de evaluación genómica y no lo dudé. Era algo que me entusiasmaba mucho”, contó a LA NACION.

Y en ese proyecto que tiene la asociación de capacitar a los miembros del staff, dos años atrás le ofrecieron irse a la Universidad de Connecticut, en los Estados Unidos, para realizar un máster en genética animal. Y hacia allí fue en agosto de 2022 hasta días atrás para adquirir y traer nuevos conocimientos.

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“Mi máster plan además de cumplir con los créditos necesarios, era hacer también una tesis y lo cumplí. Éramos siete estudiantes de todo el mundo que teníamos un tutor llamado Breno Fragomeni. Fue una gran experiencia. Volví con muchos conocimientos, allí pude aprender el abecé de la genética. Esto es tan grande, hay tanto conocimiento y queda tanto por aprender que nunca se puede parar”, dijo.

Según describió, la idea era tener “un buen conocimiento base de todo lo que es llevar adelante un programa de evaluación genética a nivel asociación, a nivel poblacional para que de vuelta reintegrado en Angus seguir trabajando con el equipo técnico”.

Dentro de los siete estudiantes, solo Curutchet estaba en un proyecto sobre bovinos de carne. El resto de sus compañeros de clase trabajaban en otros ejes: uno en peces, otro en pollos, uno en bovinos lecheros, una chica de Ghana en camarones y otra brasileña en perros.

“La genética se puede aplicar a cualquier producción. Breno Fragomeni, mi tutor, era brasileño y fue el que llevó adelante la implementación de la evaluación genómica en la American Angus Association. Admiraba a la ganadería argentina que veía como un faro al cual seguir. Muchas veces, nos quedábamos fuera de horario conversando de vacas y de toros, éramos dos apasionados”, detalló.

Para Curutchet, la genómica en ganadería hoy en día es “la tendencia en el mundo no por una moda sino porque son tecnologías que permiten lograr un progreso genético, reduciendo los tiempos”.

“Lo que siempre uno quiere es ser cada vez mejor en el menor tiempo posible y bueno la genómica es la herramienta que nos permite eso. Hace más de cinco años, la asociación viene trabajando prestando el servicio al criador. Y antes haciendo un trabajo constante, tras bambalinas, para poder llevar adelante el programa”, finalizó.

​ Tras dos años de estudios en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, y con un máster en genética animal, Agustín Curutchet destaca el impacto de la genómica para la actividad  Campo 

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