“El Gordo Dan”: el “comandante” que militó en un hospital público y hoy embiste desde las redes para apoyar a Milei​

“La vida se abre camino”, expresó Daniel Parisini en su primer mensaje en la plataforma que efectivamente le abriría camino tres años después a ser uno de los principales portavoces del Gobierno, por casualidad o causalidad.

El 27 de noviembre de 2021, a las 21.04, emitió ese primer tuit desde la cuenta que usa actualmente. Javier Milei apenas había sido elegido diputado dos semanas antes, no había asumido y se perfilaba a ser una expresión minoritaria de una derecha liberal con la que Parisini, como otros usuarios de redes sociales -que en ese entonces parecían insignificantes-, comulgaba.

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Muchos de estos tuiteros anteceden a Milei y eran famosos antes de que el líder libertario ganara popularidad. El Gordo Dan es uno de ellos y hoy comanda, en voz de sus propios “soldados”, una tropa entera en la guerra cibernética que el propio Presidente libra a diario.

Sorprendió y generó curiosidad en las últimas semanas por anticipar la salida del Gobierno de funcionarios. Predijo el despido de dos funcionarios. Fernando Villela, de Agricultura, y Julio Garro, de Deportes, fueron echados de sus oficinas poco después de que el “Gordo Dan” y un grupo de tuiteros los apuntaran por los mismos motivos por los que después se justificó en privado y en público su salida. Por dar “me gusta” a una publicación radical y por cuestionar a Lionel Messi por los cánticos de la Selección Argentina respecto de Francia. Ayer, Parisini anticipó la expulsión del senador nacional Francisco Paoltroni del bloque de la Libertad Avanza por su abierto enfrentamiento con Santiago Caputo, asesor de Milei, a partir de la decisión oficial de impulsar al juez Ariel Lijo como candidato a la Corte Suprema.

¿Produjeron las salidas? ¿Las predijeron? ¿Una mera coincidencia? Un análisis exhaustivo de sus redes abre la posibilidad de que la simple conjunción entre las ideas que Parisini y los tuiteros expresan hace años anticipe estos eventos por la coincidencia que tienen con quienes toman las decisiones.

Pero Parisini, de Santiago del Estero, estaba lejos de ser un desconocido de Twitter. Su militancia política comenzó en 2013, cuando creó su cuenta anterior -“El Gordo Monstruo”-, que llevaba la imagen de Sylvester Stallone como ícono. “El Oso”, también lo llamaban. Poco ha cambiado desde entonces, cuando contaba 21 años. Su trayectoria es evidencia de que el movimiento que hoy defiende a ultranza al oficialismo no se forjó con el éxito electoral. Viene desde hace casi una década.

Una de las primeras cuentas en darle la bienvenida al nuevo submundo fue la de La Libertad Avanza: “El Dr. Daniel Parisini es un dirigente político de nuestro espacio. Es nuevo en Twitter”, publicaron y añadieron: “Secretary of Heaven” (Secretario del Cielo). Ya conocía a muchos de los usuarios con los que hoy interactúa y hace sinergia libertaria a diario. Pero era médico de profesión.

Su actividad como “influencer” político convivió con su empleo formal hasta por lo menos septiembre del año pasado, cuando dejó de trabajar para el Ministerio de Salud de la Nación. Si bien se dijo que es enfermero, durante años se describió a sí mismo como médico y cirujano, profesión que ejercía en un hospital provincial.

Un repaso por las anécdotas que él mismo cuenta sobre su trabajo alimenta el relato sobre su tendencia ideológica, que cambió muy poco desde que está activo. En 2018 aseguró que una instrumentadora casi le rompe una cámara de US$20.000 y que el lunes siguiente se reunió con el gremio y la dirección del hospital porque le había hecho una denuncia por violencia laboral y de género. “Todo rompen”, dijo. Alrededor de los años, se quejó del mal salario que percibía, de los insumos faltantes y las máquinas rotas.

Literalmente se queja de lo que LITERALMENTE dijimos ayer en La Misa con Dross: el celular y el acceso a internet son las armas más poderosas de la historia de la humanidad para los individuos comunes que habitan la Tierra. pic.twitter.com/qmOzSjarlz

— DAN (@GordoDan_) August 3, 2024

Fundó “Carajo”, una plataforma de streaming libertaria. Parisini es socio de la empresa que está detrás, junto con Sebastián Tabakman, consultor en comunicación política y de larga trayectoria en el mundo político. Trabajó con candidatos de múltiples vertientes, especialmente de Pro.

El socio del Gordo Dan (con quien LA NACION intentó hablar, pero no respondió) es socio de uno de los principales canales kirchneristas: Blender. El esquema de los programas es prácticamente idéntico, pero exactamente opuesto en el tono editorial. Parisini, en particular, conduce La Misa, un programa que trajo de su anterior emisora, Madero Radio. Era un proyecto de Fernando Cerimedo, un empresario organizador de trolls en Twitter, según él mismo aceptó en una entrevista con LA NACION.

Fuentes cercanas al armado de Carajo explicaron que la coincidencia entre los socios solo se explicaría por lo “lucrativo” del formato y el área de vacancia que hallaron sus fundadores entre decenas de influencers libertarios que estaban atomizados en sus propias cuentas o canales. La idea, siguiendo el modelo exitoso que se instauró con Luzu TV, una plataforma abocada al entretenimiento que planteó juntar a personalidades del espectáculo ya conocidas y hacerlas interactuar en un mismo lugar, se replicó para el peronismo y luego tuvieron la intención de hacerlo para el liberalismo.

La gran pregunta alrededor de Carajo es cómo se financia. El capital inicial para la empresa fue de $30 millones, para los que Parisini puso unos $9 millones. Hasta hace diez meses el “Gordo Dan” era empleado público y no figuraba que tuviera otros ingresos, ni siquiera el monotributo para facturar servicios por su cuenta. Hoy no lo tiene activo, no está inscripto en el régimen de autónomos, ni está en relación de dependencia. En guerras internas de Twitter se lo acusó a él y a otros de recibir fondos por parte de Santiago Caputo, el asesor presidencial que no tiene una cuenta propia, pero al que se le ha arrogado @SnakeDocLives, suspendida por amenazas. Detrás de Carajo SA está el financiamiento de Augusto Marini, un joven empresario involucrado en múltiples sectores, desde los hidrocarburos a los trenes.

Campañas solidarias y trolls

Quienes lo conocen y lo valoran cuentan que Parisini hacia colectas frecuentemente, pero aseguran que no lo publicitaba. Los comentarios de agradecimiento que le dejan en sus publicaciones parecerían dar cuenta de ello. Los que, en cambio, no le tienen mayor simpatía, creen que usaba esas campañas solidarias para hacer propaganda politica o “trollear” (molestar o provocar por Internet), como en 2020, cuando organizó una recaudación para hacerle un asado a los chicos de un merendero en Misiones porque, presuntamente, allí un grupo de veganos había hecho una donación previamente.

En su cuenta actual, la primera vez que mencionó a Milei fue en respuesta a un tuit de Luis D’Elía. El dirigente peronista aludió a que el libertario quería que el Estado desaparezca para que los ricos puedan gobernar tranquilos. Parisini le contesto: “En serio dijo eso? MI DICTADOR” y sumo “Según Milei “EL ESTADO DEBE DESAPARECER DE MANERA TAL QUE AUTOMÁTICAMENTE QUEDE PROHIBIDO SER MUJER”. Fue al día siguiente de que se uniera a Twitter en su nuevo usuario. Con él también había interactuado en sus primeros días en su cuenta anterior.

En realidad, su primera mención al actual presidente fue el 7 de diciembre de 2020: “Soñé que milei REVENTABA de una trompada a Artemio López luego de intentar atropellarlo con un bora planchado a todo lo que da, mientras nosotros la hinchada cantabamos dale boooo dale booooo AL MANGO ajajjja cada vez más cagado de la cabeza estoy”.

Poco despues aseguraría que se trataba del más “ideológicamente impecable de todos los liberales”. En los meses siguientes mostró por primera vez un apoyo incondicional a un candidato, en contraste con años de discusión entre los libertarios y de fervientes críticas al kirchnerismo.

Esta semana, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) hizo una denuncia contra Parisini por hostigamiento digital, que aseguran haber padecido por parte de cuentas digitales asociadas al Gobierno. Se debe a que, según la organización, una serie de usuarios libertarios difundió chats falsos, supuestamente de un grupo de Fopea, en los que se debatían si salir en respaldo o no por los ataques sufridos por el Youtuber libertario Mariano Pérez. De acuerdo a la denuncia, el embate en redes se debió a un comunicado de la entidad contra una medida del Ministerio de Capital Humano (luego anulada), que establecía un sistema de matriculas obligatorias para periodistas.

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