El desarrollo resiliente de una pyme exportadora​

La empresa fue fundada en 1957 por Osvaldo dos Reis en un pequeño local en Ciudadela, cerca de Rivadavia y General Paz. Inicialmente, se dedicaba a la venta de productos químicos y comenzó a fabricar detergente alcalino, jabón e hiposulfito de sodio. Esta actividad inicial llevó a la apertura de un local de venta al público, dando nacimiento a Química Oeste.

El primer local consistía en una pequeña administración y una oficina de ventas en Ciudadela, complementados por un depósito alquilado que estaba cerca. El equipo inicial estaba compuesto por seis personas: dos en administración y ventas, dos directores y dos auxiliares de depósito. En sus comienzos, la empresa comercializaba diez productos principales.

En 1960, instaló su propio local, lo que permitió mejorar la fabricación y las provisiones especiales, enfocándose en el servicio al cliente. En pocos años, la empresa manejaba más de 100 productos, y en 1962 ya contaba con unos 15 empleados. Gran parte de su actividad se orientaba a proveer al Estado, con un 30% de las ventas directas.

“Un ejemplo notable de su actividad en estos años fue la preparación de productos especiales para cargar las balizas en la Antártida para la Marina y la Aeronáutica. Además, fue un proveedor importante para la Municipalidad, fabricando insecticidas para las máquinas Tifa que fumigaban la Ciudad de Buenos Aires”, cuenta uno de los socios, Ignacio dos Reis.

A pesar de su crecimiento, la empresa enfrentó su primera crisis con la inestabilidad económica del país en 1962, la cual incluyó un cambio de gobierno y devaluaciones. Esta crisis resultó en pagos diferidos y la interrupción de pagos de las empresas públicas, que dejaron de pagar a sus proveedores durante un año y medio, abonando posteriormente con bonos de cancelación de deuda a varios años. La negociación de estos bonos ocasionó una pérdida significativa del capital de trabajo.

Pudieron superar esta crisis mediante una reestructuración profunda y una redefinición la estrategia comercial. La empresa depuró su clientela, dejando de lado a las empresas morosas permanentes como el Ejército y Ferrocarriles. Además, impulsaron nuevas orientaciones y desarrollaron líneas de productos para la industria vitivinícola, de alimentos, lácteas, metalúrgicas, de limpieza industrial y curtiembres.

En 1968, se estableció como Sociedad Anónima, recuperando su capacidad financiera y visualizando un futuro positivo. Durante los años 70, la empresa alcanzó una meseta de prosperidad que le permitió planificar su crecimiento.

“En 2000, la empresa inició una etapa de expansión que se detuvo con el cierre de mercados. Dos meses después, la empresa perdió a su fundador, Osvaldo dos Reis, quien era el alma máter de la compañía. A pesar de que él solía decir que “nadie es imprescindible”, su presencia y cuidado por cada detalle eran fundamentales.

“En marzo, tuvimos que reestructurarnos internamente y enfrentar el mercado sin su fundador. Decidimos mantener la misma estructura pero con una nueva dinámica y forma de trabajo, preservando los valores y la impronta de dos Reis. El nuevo equipo debía enfrentar la crisis económica del 2001, la más severa en la historia del país. Por primera vez, la empresa se había endeudado en dólares. Como importadores de materias primas, estabamos totalmente dolarizados. La crisis llevó al cierre de mercados, devaluación y un pasivo en dólares al exterior, mientras las deudas se duplicaban en solo un mes y los cobros se pesificaban. Los bancos no brindaron apoyo durante esta difícil etapa”, añade.

La visión de la empresa no se limita a la Argentina. Ha logrado expandirse a mercados internacionales, exportando sus productos a países de América Latina, Europa y Asia. Esta expansión ha sido posible gracias a la capacidad de adaptarse a las regulaciones y necesidades específicas de cada mercado.

“Cada país es un desafío único, y hemos aprendido a adaptar nuestras soluciones para cumplir con los requisitos locales. Esto ha sido clave para nuestro éxito internacional”, destaca dos Reis. Mirando hacia el futuro, el plan es explorar nuevas oportunidades en áreas como la biotecnología y la nanotecnología, que prometen revolucionar el sector con productos innovadores y sostenibles.

​ Se fundó a mediados del siglo pasado y sobrevivió a diversas crisis económicas; hoy exporta y planifica su crecimiento  Comercio Exterior 

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