Vuelven a subir las retenciones a la carne, como estaba previsto, y hay quejas de la industria frigorífica
El Gobierno no extenderá la vigencia del esquema de retenciones cero para las exportaciones de carne bovina, que vence hoy. Según confirmaron fuentes oficiales a LA NACION, la eliminación temporal del 5% de los derechos de exportación —dispuesta en septiembre— no se renovará después del 31 de octubre. Aun así, en el Ejecutivo aseguran que el sector recibirá “un gran beneficio” vinculado al acuerdo sanitario y comercial con Estados Unidos, que abriría nuevos cupos y mercados para cortes de mayor valor.
La decisión generó decepción en la cadena cárnica, donde calificaron la medida como “una mala noticia”. En el sector señalaron que mantener la alícuota en cero habría dado previsibilidad y alivio al negocio exportador, y remarcaron que el acuerdo con Estados Unidos “es otra cosa” y no reemplaza el beneficio impositivo.“Son dos cosas totalmente distintas. Una cosa es el acuerdo con Estados Unidos y otra es la eliminación de las retenciones que pedimos toda la cadena —productores y frigoríficos—. No tienen nada que ver”, dijeron a LA NACION fuentes de la industria. “Veníamos pidiendo que la quita fuera permanente”, agregaron.
Según cálculos privados del sector, el costo fiscal anual de mantener la alícuota en cero sería limitado. Las estimaciones que circulan entre frigoríficos y cámaras empresarias ubican ese impacto en torno a US$109 millones al año, sobre la base de exportaciones por US$3575 millones entre octubre de 2024 y septiembre de 2025.
El razonamiento de la industria parte de dos puntos: primero, que buena parte de las ventas externas corresponde a carne de vaca —ya exenta del tributo—; y segundo, que solo una porción de las exportaciones (cortes provenientes de novillos, novillitos, vaquillonas, toros y MEJ) está efectivamente alcanzada por la alícuota del 5%. De ese modo, la masa sujeta al gravamen se ubicaría cerca de US$2180 millones, lo que explicaría el impacto fiscal limitado de mantener la medida.
En paralelo, el Gobierno busca dar protagonismo al inminente entendimiento con Washington, que —según fuentes oficiales— implicaría una ampliación de los cupos y la posibilidad de exportar mayores volúmenes de cortes enfriados de alto valor. Desde la Secretaría de Agricultura y Cancillería sostienen que ese acceso podría representar un beneficio equivalente o superior al que dejaría de percibir el fisco por la no prórroga de la baja de retenciones.
“Una ventana de 30 días no cambia la ecuación; necesitamos previsibilidad para invertir y mejorar la cadena”, evaluaron fuentes de la industria que pidieron no ser identificadas . Además, en el sector industrial se quejaron que el requisito que impuso el Gobierno para acceder al beneficio (la obligación de liquidar las divisas dentro de los tres días): “bastante nos complicó”, dijeron, y explicaron que eso limitó la posibilidad de aprovecharlo plenamente.
El presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, evaluó que la medida de retenciones cero fue “positiva como señal”, pero de alcance acotado, y sostuvo que habría sido conveniente darle continuidad para consolidar su efecto sobre el sector.
Urcía indicó que, a su entender, recién con el paso del tiempo podrá saberse cuánta exportación efectivamente se realizó al 0%, es decir, cuántas operaciones lograron cumplir con la condición del ingreso de divisas dentro del tercer día. “Por la información recabada, iban a ser muy pocas las operaciones que podrían acceder al beneficio”, advirtió.
Urcía recordó que el impacto del 5 % de retenciones sobre el novillo, la vaquillona y el novillito sigue siendo relevante —ya que la vaca está exenta— y consideró que avanzar hacia la eliminación definitiva del tributo sería una medida positiva.
“En la misma línea en que el Gobierno trabaja para concretar acuerdos arancelarios —como pueden ser con Estados Unidos o Europa—, que implican que los impuestos pagados en otro destino queden dentro de la cadena productiva, reducir el impuesto local, a nuestro criterio, también tiene el impacto de dar señales a futuro y, fundamentalmente, de impulsar el crecimiento del stock ganadero y de la producción de carne”, afirmó.
“Creemos que el impacto que puede tener esta recaudación no es significativo y, por ende, avanzar hacia la eliminación definitiva me parece que sería la decisión más acertada, fundamentalmente como una señal clara, en la línea de apoyo que viene mostrando el gobierno nacional hacia los productores ganaderos”,concluyó.
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Desde el sector avícola, Carlos Sinesi, gerente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), coincidió en que la medida resultó difícil de aprovechar por parte de las empresas exportadoras. Explicó que, si bien la intención oficial fue positiva, las condiciones operativas impuestas —en especial el requisito de liquidar las divisas dentro de los tres días— limitaron su aplicación práctica.
Sinesi señaló que la alícuota del 5% vigente para la carne aviar y bovina continúa afectando la competitividad del sector, especialmente en un contexto en el que los márgenes dependen del volumen exportado. “Lo que tenemos con este tipo de cambio o con las retenciones son asimetrías que, en el caso del pollo, te pueden dejar afuera de un determinado mercado por algún tiempo”, explicó.
De acuerdo con Sinesi, solo entre 30 y 40 embarques —sobre unos 700 mensuales— lograron aprovechar el beneficio temporal. “Queríamos aprovecharlo, pero por las condiciones —el tema de los tres días y la forma en que comercializamos— no fue tan aplicable. Se aprovechó dentro de lo que se pudo”, agregó.
La medida, que regía desde septiembre, vence hoy y no será extendida; en la industria señalan que mantener la alícuota en cero habría dado previsibilidad y alivio al negocio exportador, mientras que el Ejecutivo insiste en que el acuerdo con Estados Unidos generará beneficios equivalentes Campo


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