Vivir más y mejor: la nueva revolución científica que impulsa el bienestar global

La revolución tecnológica y científica está transformando el modo en que las personas se relacionan con su bienestar. La inteligencia artificial, la innovación abierta y la educación sanitaria comienzan a redefinir el sistema de salud, impulsando una tendencia global centrada en la prevención, el autocuidado y la personalización de los tratamientos. En América Latina, estas transformaciones adquieren un peso especial: la población vive más años, pero los sistemas de salud enfrentan un nivel de estrés sin precedentes y una demanda creciente de soluciones más ágiles, sostenibles y humanas.
En este contexto, referentes de la industria farmacéutica, Carolina López Camelo, directora general de Sanofi Cono Sur; Philip Glaser, líder de Bayer Pharma para la región, y Sergio Bonás, gerente general de Haleon Cono Sur, coincidieron en que la innovación científica, la alfabetización sanitaria y el autocuidado serán los tres ejes clave del cambio estructural que atraviesa el sector.
“La ciencia persigue los milagros que van mejorando la vida de las personas”, afirmó López Camelo en el summit de salud organizado por LA NACION. Y recordó que en el último siglo la expectativa de vida aumentó tres décadas gracias a las inmunizaciones, los nuevos tratamientos y la innovación constante. “La industria farmacéutica tuvo un rol fundamental no solo en extender la vida, sino también en mejorar su calidad”, sostuvo.
El aumento de la longevidad, coincidieron los ejecutivos, plantea nuevos desafíos. Glaser señaló que “las tendencias asociadas al envejecimiento de la población ponen el foco en el autocuidado y la prevención de enfermedades crónicas”. Para él, “autocuidado y prevención son los dos pilares de una población que vive más y exige mayor bienestar”.
Bonás, por su parte, destacó el rol del autocuidado como herramienta de impacto económico y sanitario. “Las personas quieren vivir más y de forma más activa. El autocuidado descomprime los sistemas de salud, genera ahorro y aumenta la productividad”, explicó. Según un estudio de la Asociación de Consumo Responsable y Autocuidado, solo en América Latina podría lograrse un ahorro de US$12.000 millones en el sistema sanitario hacia 2030, además de liberar 1,6 millones de horas médicas y 217 millones de horas de atención profesional. “El desafío ahora es alfabetizar, promover la educación en salud y concientizar”, añadió.
La innovación, coincidieron, dejó de limitarse a la creación de productos y se convirtió en motor económico. López Camelo remarcó que “a nivel global se invierten más de US$200.000 millones anuales en investigación y desarrollo, y la Argentina no es un espectador, sino un protagonista”.
Glaser complementó la idea señalando que “antes los laboratorios concentraban la investigación en sus propias estructuras, pero hoy la innovación está distribuida: surge en universidades, hospitales y startups. Argentina se consolidó como un hub de innovación para Latinoamérica”. Esa descentralización, explicó, “permite acelerar el acceso a tratamientos y mejorar la experiencia del paciente”.
El desafío de la alfabetización sanitaria atraviesa a todo el ecosistema. “Una persona alfabetizada en autocuidado puede gastar hasta 300 veces menos que alguien sin información”, indicó Bonás. “La educación sanitaria mejora los resultados del sistema, aumenta la productividad y reduce brechas sociales”, subrayó.
Sobre las oportunidades en investigación clínica, López Camelo señaló que la regulación argentina “ha mejorado, con centros de calidad global y profesionales altamente capacitados”. Resaltó que la inteligencia artificial “aceleró enormemente la investigación: permite descubrir un 60% más de moléculas y predecir su efectividad en distintos pacientes”. Para ella, el país debe avanzar hacia un modelo colaborativo donde la innovación “no llegue desde afuera, sino que se construya anticipadamente, en conjunto con los actores del sistema”.
Glaser coincidió en que la IA “acorta drásticamente los tiempos de desarrollo: de 15 años de investigación se puede pasar a menos, porque ayuda a detectar con mayor precisión qué moléculas funcionarán”.
Mirando hacia el futuro, los tres coincidieron en que la ciencia avanzará hacia terapias más personalizadas. López Camelo destacó que Sanofi concentra su investigación en inmunología, oncología y neurología, “áreas con necesidades médicas aún insatisfechas”. Glaser sumó que “la oncología y las enfermedades raras son los grandes desafíos”, y anticipó que “las terapias génicas y celulares permitirán tratar e incluso curar patologías hoy consideradas intratables”.
Con la longevidad en aumento y los sistemas sanitarios bajo presión, la industria impulsa un cambio de paradigma basado en la prevención, la educación en salud y el uso de inteligencia artificial Salud
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