TV Pública en crisis: paros sorpresivos y “ruidazos” que se hacen sentir en la pantalla

Una entrevista que se corta sin explicaciones. Un noticiero que empieza más de media hora tarde. Una invitada que se queda con la copa en alto mientras cree escuchar un festejo y en realidad, luego le aclaran que es una protesta. Todo esto se pudo ver -y sentir- en la pantalla de la TV Pública en estas últimas semanas, a raíz de los reclamos salariales que vienen llevando adelante los empleados del canal estatal.
A través de paros sorpresivos y “ruidazos” -sonidos de bombos, vuvuzelas y platillos que se escuchan detrás de cámaras- se hicieron sentir en pantalla las demandas de los empleados del canal. El cese sorpresivo de las actividades de los trabadores, dos horas por día, en cualquier momento, sin previo aviso, hizo que varios programas tuvieran o que comenzar más tarde su transmisión o terminar antes, o incluso, interrumpir su salida directamente.
Y los “ruidos” detrás de cámara provocaron que varios conductores tuvieran que improvisar algún tipo de respuesta para dar a sus televidentes y exponer así lo que estaba pasando en la señal estatal.
Reclamos
Las protestas arrancaron con fuerza el 22 de mayo, día que los trabajadores realizaron un “abrazo simbólico” al histórico edificio de Canal 7, ubicado en Figueroa Alcorta 2977, “en defensa de los medios públicos”. Luego, el reclamo se tradujo en una movilización frente a la oficina del interventor de Radio y Televisión Argentina (RTA), Eduardo González, por el congelamiento salarial que se mantiene en el canal desde agosto de 2024. Esa medida fue resuelta en una asamblea y se enmarca dentro del plan de lucha conjunto de los cuatro sindicatos que hay dentro del canal: el Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (Satsaid), el de prensa (SiPreBA), la Asociación del Personal Jerarquizado de la TV Pública (APJ) y el de Locutores y Comunicadores (SALCo). Y luego, ante la falta de respuestas, se intensificaron.
Por eso es que durante estas últimas semanas, los programas que conducen Guillermo Andino, Carlos Monti y Gabriel Corrado tuvieron problemas al aire. Incluso, también les pasó a algunos de los envíos de los noticieros.
Los reclamos de los trabajadores de la TV Pública se notaron en la pantalla
Por ejemplo, el 4 de junio, en medio de una nota de Las mañanas con Andino, tuvieron que interrumpir la entrevista y emitir dos notas grabadas, luego, por el paro sorpresivo, el programa nunca volvió a salir al aire ese día. En el caso de Mediodía bien arriba, el viernes 6 debió terminar, por la misma razón, media ahora antes. “Estamos acompañando la lucha de todos nuestros compañeros, para que quede claro, y le quiero agradecer a los chicos que están detrás de cámaras por sacar este programa adelante”, dijo al aire Carlos Monti. Algo parecido sucedió en diferentes momentos del ciclo Estamos en una, conducido por Gabriel Corrado.
Al ser consultado por LA NACION, Corrado contó que la primera vez que se escucharon los ruidos detrás de cámara “fue una sorpresa” y que por eso lo manejó lo mejor que pudo. “Me salieron a putear algunos que seguramente quieren aprovechar esto políticamente, no los compañeros que se manifestaron”, señaló.
Y agregó que la primera vez que le ocurrió: “Estaba la chica que habla de vinos, Teresa García Sánchez. Se empezó a escuchar el ruido y ella pensó que, como era el día del Malbec, habíamos traído una sorpresa de música. Entonces, fui a hacia ella a brindar como para que siguiéramos haciendo el programa, porque esto es un show televisivo. Y por eso me salieron a matar, porque decían ‘¿cómo estás brindando cuando tus compañeros están reclamando?’. No, porque al día siguiente, cuando los empleados de la Televisión Pública se manifestaron, nosotros paramos, dijimos ´bueno, esto que están escuchando es esto´“.
“Ojalá que se resuelva [la situación] porque es gente que trabaja con nosotros. Si esto sigue existiendo, se escuchará [al aire] porque se escucha cuando la gente se manifiesta. Y está bien. Nosotros quedamos como en el medio de la situación, de este reclamo sindical. Pero nosotros no podemos hacer nada”, señaló.
La semana pasada, en una reunión se les ofreció a los sindicatos un aumento del 1,3%, la cifra que maneja el Gobierno para la administración pública. Frente a esta propuesta de aumento oficial, las jornadas de protesta continuaron.
Algo similar a esta situación pasó el año pasado en América y elnueve, cuando todos los programas se emitían desde una misma escenografía o abundaban las repeticiones en la programación.
El lunes pasado hubo una nueva asamblea en la TV Pública, a las 13.30, en la que se decidió hacer hoy, jueves 12, un paro de actividades de tres horas, pero esta vez programado: ocurrirá de 13 a 16. Mientras tanto, el canal se debate entre generar más programas o bajar la producción al mínimo para seguir reduciendo gastos.
Achicamiento y reducción de costos
El proyecto original de Ley Bases que envió el presidente Javier Milei al Congreso de la Nación preveía la privatización de 41 empresas públicas, entre ellas la empresa estatal en cuya órbita funciona la Televisión Pública y Radio Nacional. Su intención era vender el canal y toda su operación. Pero, tras un largo debate, el Congreso sacó a la Televisión Pública de la lista y al gobierno de La Libertad Avanza no le quedó otra opción que administrarla. Sin embargo, distintos funcionarios aclararon desde un principio que volverían a dar el debate “más adelante”, seguramente cuando tengan más representación en el Congreso, si lo consiguen.
Cuando asumió, el 10 de diciembre de 2023, Javier Milei eliminó gran parte de la pauta oficial y redujo las operaciones del canal público a muy pocas producciones en vivo. La fuerte caída de la publicidad en los medios tradicionales marcó una debacle económica de varias señales de televisión que tuvieron conflictos gremiales, sufrieron achicamiento de su planta de trabajadores y también la reducción de programas. Y la Televisión Pública no fue la excepción.
Cuando el Gobierno tomó el control del canal, había 1070 empleados en planta permanente. Con el objetivo de reducir su personal, en julio de 2024 la dirección ofreció retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas para los trabajadores. En ese momento, el Estado ofrecía pagar hasta 18 meses de sueldo a quienes aceptasen irse. Poco más de 70 personas accedieron a la propuesta, a otros la oferta no les pareció suficiente, sobre todo en relación con los años trabajados.
Ahora quedan alrededor de 950 trabajadores en la planta permanente del canal. Aunque, coinciden todas las partes, dirección y representantes sindicales, que este número puede ser un poco mayor por algunos contratos que siguen vigentes.
Pero además de la reducción de la planta permanente, en el canal también se cambió la forma de producir y se recortaron gastos, que impactaron directo en la programación, así como en los espacios de la grilla dedicados a las noticias.
Las decisiones en torno a las programaciones de los medios públicos se definen en la más alta esfera del Gobierno. RTA (Radio y Televisión Argentina) depende de la Secretaría de Comunicación y Medios, a cargo de Manuel Adorni, y, como tiene rango de ministerio, reporta al Presidente directamente. En tanto, Len Cole es el gerente artístico del canal público, desde marzo de 2024.
El canal estatal está en conflicto, a raíz de un reclamo salarial que vienen haciendo en el último tiempo los empleados de la señal Televisión
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