Tres adolescentes sufrieron quemaduras durante un experimento químico en un colegio de Palermo​

A media mañana de este miércoles, tres adolescentes de secundaria sufrieron quemaduras durante una clase de química mientras experimentaban con alcohol etílico en el Colegio Guadalupe, ubicado en el barrio porteño de Palermo, informaron las fuentes policiales. Una madre también resultó herida con quemaduras en las manos, agregó el reporte oficial. “No había matafuegos en el lugar”, denunció uno de los estudiantes que estaba presente al momento del hecho y que vio como uno de sus pares quedaba envuelto en llamas, según su relato a los medios.

El más grande de los jóvenes afectados, que habría sido identificado como Lucas de 16 años y estudiante de cuarto año, tuvo heridas en el pecho y en el rostro, en tanto hubo otros dos menores, de 13 y 14, con lesiones similares. Todos los chicos debieron ser trasladados al Hospital Fernández en primera instancia. De acuerdo a las fuentes, el suceso tuvo lugar alrededor de las 10.30 durante la feria de ciencias de la escuela.

Ante la consulta de LA NACION, desde la institución, ubicada en la calle Paraguay al 3900 esquina Julián Álvarez, dijeron que se trató de un “incidente menor” que requirió la intervención del SAME y de una ambulancia de Vital. No quisieron brindar más detalles. Las autoridades alertaron a la Policía y minutos después arribó personal de la Comisaría Vecinal 14-A, que está a pocos metros de la escuela.

“La mesa explotó. Estaban haciendo un experimento. El chico se prendió fuego de pies a cabeza. Solo vi que se prendió fuego entero porque estaba al lado mío. Fue tremendo”, contó uno de los alumnos que estaba presente al momento del incidente desde la puerta del colegio. “Estamos todos muy conmocionados”, agregó el joven, que dijo que no había extintor en el salón.

En declaraciones a la prensa, el adolescente narró que un profesor le arrojó un guardapolvo para apagar el fuego y que otro docente directamente le tiró su cuerpo encima para ponerlo a salvo.

“Durante esa feria de ciencias se hizo el experimento del volcán que terminó explotando”, contó al canal de noticias TN María Cornejo, madre de una alumna compañera de algunos de los heridos. En la clase donde ocurrió el incidente había estudiantes de distintos años de la secundaria.

“Uno de los chicos de cuarto año resultó bastante herido, por lo que esto impresionó a todos. Están bastante shockeados. Estamos tratando de calmarlos porque están muy angustiados”, siguió la mujer. “No sabíamos que se iba a hacer este experimento, hubiéramos sugerido que no”, agregó Cornejo en referencia a la mala experiencia que se vivió días atrás, en un hecho similar, en una ciudad bonaerense lindera a Pergamino.

El padre de otro alumno que estaba en esa clase particular de Química contó que su hijo le dijo que el más afectado fue el adolescente de 16 años, a quien se le prendió fuego la remera. “Hubo una explosión. Fue terrible”, dijo Mariano que le narró su hijo.

Qué hará el Ministerio de Educación porteño

Ante esta situación, y según pudo saber LA NACION, el Ministerio de Educación de la Ciudad está trabajando en un protocolo para implementar en estos casos, en ferias de ciencia o experimentos, para reducir al mínimo los riesgos de accidentes o siniestros.

Saldría mediante una resolución firmada por la titular de la cartera, Mercedes Miguel. “Esto no existía antes”, dijeron fuentes del ministerio a este diario. Sobre lo ocurrido en el colegio Guadalupe, indicaron que había una actividad de ciencias en el patio de la institución y que el problema fue con un experimento con alcohol en pequeños recipientes. “Un error en la manipulación de uno de esos contenedores generó una pequeña explosión que provocó las heridas a los alumnos de secundaria”, agregaron.

Pocos días atrás, un hecho similar

Poco menos de una semana atrás, también durante una feria de ciencias organizada por el Instituto Comercial Rancagua, un grupo de alumnos decidió recrear la erupción de un volcán. El experimento debía funcionar como un fuego artificial, pero al encenderlo las llamas se propagaron rápidamente por la estructura y, en cuestión de segundos, se convirtió en una explosión.

El incidente dejó 17 personas heridas, en su mayoría alumnos, con lesiones de diversa gravedad: cortes, quemaduras y contusiones.

La más afectada fue una niña de 10 años que resultó gravemente, situación que obligó su traslado de urgencia del Hospital Garrahan. El parte médico del lunes consignaba que la víctima continuaba internada en ese centro de salud en condición estable, aunque con cuidados intensivos.

La menor debió volver a ser sometida a una intervención quirúrgica a cargo de una equipo de cirugía plástica y neurocirugía, difundieron desde el hospital pediátrico sin más detalles. La chica ya había ingresado al quirófano el viernes por la tarde, luego de haber sido estabilizada, y también fue intervenida por un equipo multidisciplinario.

​ El más grande de los jóvenes, de 16 años, tuvo heridas en el pecho y en el rostro, en tanto hubo otros dos menores, de 13 y 14, con lesiones similares; una madre también se lesionó durante el experimento; qué hará la Ciudad  Sociedad 

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