“Todo se comienza a desmadrar”: preocupación por una invasión de jabalíes que asolan en una región con graves pérdidas y generan miedo
En la provincia de Entre Ríos, una situación comenzó a preocupar a los productores agropecuarios, luego de agudizarse la presencia de jabalíes, ciervos y lo que otros productores denominan como otras “plagas”. Estos animales se convirtieron en un problema para la vida diaria de la gente, a quienes ya han atacado violentamente y generado accidentes. Estos, además, provocan grandes pérdidas en la producción agrícola.
Matías Saizar (59) es productor ganadero de Gualeguay, donde hay campos altos y hay una prevalencia de la agricultura. Esto genera que haya comida para los jabalíes, que con el paso del tiempo se han transformado en chanchos cimarrones. Esto sucede porque en la década del 90 hubo algunos intentos de hacer caza y el jabalí se cruzó, lo que provocó que se expandiera el chancho cimarrón.
Por la cantidad de animales se han registrado pariciones todo el año y se encuentran con frecuencia en los campos una piara, una hembra dominante y sus camadas. Generalmente, andan en piaras de 20 a 30 animales. “Recién ahora se está tomando conciencia de la plaga que se está generando”, narró. En el caso del maíz van por el surco comiéndose la semilla, una vez que el maíz está hecho, quiebran la planta y se comen el maíz. Cuando los productores entran con la cosechadora, se encuentran con las pérdidas.
“El problema principal es el jabalí. En los últimos días se comenzó a instalar la conciencia de estas especies, que en realidad son exóticas”, agregó. En el caso de los ciervos, agregó, más que problemas productivos tienen problemas de tránsito. Hace un par de meses se registró un accidente de tránsito en la ruta 12, en Paraná, con un resultado fatal que fue ocasionado por el choque con un ciervo.
De acuerdo con el productor, los cazadores hacen analizar a los animales cazados: “Es cuestión de tiempo”. Tanto el jabalí como el ciervo no atacan directamente a los humanos, salvo que se sientan acorralados. “Un jabalí adulto, cuando se sienten peleados o corridos por otro más agresivo, pueden llegar a embestir, pero no es común. Ha habido accidentes con caballos, cuando los acorralan con perros estos no se llevan la mejor parte. Los cazadores los abordan con perros; el control solo es de caza”, agregó.
El productor sostiene que “no hay conciencia” entre los productores para poder exponer esta problemática. Así como tampoco la hay a nivel político, porque el problema no se ha sabido transmitir a quienes pueden hacer algo. “Estamos tomando conciencia recién de la realidad porque todo se comienza a desmadrar. Esperamos que se despierte una conciencia de que estamos en la puerta de un problema grave”, dijo. En la zona del Delta del Paraná hay mucha cantidad de chanchos que podrían surgir cuando haya una creciente.
En un campo que tiene Raúl Sobredo (65) en Gualeguaychú, cada tanto registra grupos de jabalíes que atraviesan la zona. La situación comenzó a preocuparlos porque no tienen las herramientas legales para intentar controlarlos. El único gesto que vieron hace 15 días fue luego de conocerse un proyecto de ley de un grupo de diputados de Corrientes, que tuvo el apoyo de las entidades agropecuarias de la provincia, para declararlos “plaga”.
“Los ciervos están apareciendo cada vez más y se van propagando. El gobierno ni la comunidad sabe qué es lo que nos sucede; es un tema muy sensible, delicado. Si le hablas a doña Rosa que se va a matar un ciervo, un bichito tan lindo y agradable genera una reacción. Es un tema delicado”, dice Sobredo. Estos animales se reproducen de una manera muy rápida. En el caso de la producción agrícola, contó, estas se introducen en las pasturas, las plantaciones de maíz o trigo, pero también generan pérdidas en la infraestructura.
El jabalí, uno de los mayores problemas que tienen los productores en esa región, aparece en grupos de entre 20 y 40 animales. “Cada vez tenemos muchos más problemas con el maíz, por ejemplo, porque estos animales osan, escarban la tierra, se revuelcan y hacen un daño enorme”, sentenció. El costo de una hectárea de maíz está en US$920, mientras que en trigo es de US$655.
El productor insiste en que este tipo de medidas las tiene que tomar el Estado, para poder controlar y autorizar la caza de estos animales. La preocupación que tienen es que, dada la abundancia, se han registrado incluso ataques a los humanos. Los cazadores, por caso, son los más expuestos. “A los perros los matan, los descuartizan. Buscan los bolsones (silobolsas) y al romperlos en una lluvia te hace un desastre”, afirmó. El prejuicio que generan en la producción dicen que es muy grande.
El proyecto de ley para controlar a estos animales tuvo el apoyo de todas las entidades rurales asociadas a la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer). “Hay que ver si ese proyecto de ley donde se trata de declarar como plaga puede ser reglamentado con algún tipo de control”, cerró Saizar.
En el sur de Entre Ríos aseguran que se están registrando importantes daños; también están atacando a la gente Campo
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