Startups verdes: la nueva generación de empresas climatech argentinas​

El sector climatech, que reúne a la startups de productos y servicios tecnológicos diseñados para mitigar o adaptarse al cambio climático, continúa creciendo en Argentina y Latinoamérica. Solo en 2025, startups argentinas como Puna Bio, Unblock, Splight y Calice cerraron rondas de inversión millonarias. La llegada de fondos refleja el dinamismo de un ecosistema que ya no se limita a casos puntuales, sino que empieza a mostrar masa crítica y diversidad de soluciones en agro, energía, biotecnología, digitalización y gestión de recursos naturales.

Para comprender este sector es importante tener en cuenta que el término climatech engloba a emprendimientos, tecnologías e innovaciones que aportan a la mitigación y adaptación al cambio climático, el uso sostenible del agua, la economía circular, la prevención de la contaminación y la restauración de la biodiversidad. Para tomar magnitud de su importancia basta con tener en cuenta que la inversión global en climatech se proyecta que oscilará entre US$63.000 millones y US$96.000 millones en 2025, y la Argentina tiene la oportunidad de convertirse en un polo de innovación y exportación de soluciones.

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“Queremos cambiar la forma en cómo se hacen las cosas, cómo nos movemos, cultivamos, fabricamos; y el gran motor del cambio son los emprendedores. Ayudamos a través del combustible: el capital. Se invierten unos US$73 millones en climatech y de esos aproximadamente US$24 millones fueron en startups argentinas”, aseguró Fernando Páez Solchaga, director ejecutivo de la Asociación argentina de capital privado, emprendedor y semilla (ARCAP), Antom.la y Climatech Argentina (Arcap), una de las entidades junto a Antom.la y Climatech Argentina, que acaba de organizar la III Conferencia Climatech Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires.

Durante el evento, Matías Peire, cofundador de GridX, rompió el hielo y cuestionó el nombre del panel en el cual participó: “Haciendo el bien ganando millones”. Según el inversor es un error remarcar que se está haciendo “el bien”. “Cualquier disrupción, cualquier novedad o cualquier mejora que tuvo la humanidad se hizo en el marco de la conveniencia, no en el marco de hacer lo correcto. Y creo que desde el punto de vista de diseño tenemos que pensar en hacer algo que sea más económico, más rápido, más eficiente para mejorar la vida de las personas; y, ojalá, que eso entre en el marco ético’, remarcó.

La selección

A la hora evaluar cómo elegir en qué emprendimientos tecnológicos invertir, en los fondos destacan la importancia de la proyección. “Además de la combinación entre la visión del impacto y un buen equipo de tecnología, buscamos que ofrezcan soluciones realmente escalables y una diferenciación clara porque lo que le damos no es sólo capital, sino también el relacionamiento y la estrategia de cómo llegar al mercado, entre otras cosas”, resumió Bernardo Milesy, fundador y socio gerente de Glocal, Venture Capital enfocado en impulsar el crecimiento de startups agtech, foodtech y climatech que están desarrollando tecnologías para hacer que la cadena de suministro agroalimentaria sea más eficiente, segura y sostenible.

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Por su parte Victoria Chiyah, de VX Ventures, contó que su fondo es un Venture Capital de Vista, compañía productora de oil & gas. “La demanda energética global de los próximos años presentará un gran crecimiento que rondará entre el 50 y 60%. Ese incremento es debido, en parte, por un crecimiento lógico de la economía y de la población, pero sin duda traccionada por la electrificación, la demanda y el avance en la inteligencia artificial y la digitalización. Y aunque creemos que aumentarán las energías sustentables, todavía necesitamos energías que sean accesibles, competitivas y confiables”, resumió.

Frente a ese contexto la ejecutiva de VX Ventures considera que el gas y el petróleo van a seguir jugando un rol importante en los próximos años. “Hoy hay una necesidad concreta de energías que están más listas para entregar lo que el mundo demanda. En este marco queremos que sean cada vez más eficientes y menos costosas en términos ambientales. VX Ventures busca, justamente, atraer tecnologías de oil & gas y remoción de carbono que no se queden solo en la idea de una buena tecnología disruptiva, sino que sea económica o que se pueda implementar en el corto plazo. Lo que hacemos desde VX es ayudar a las startups a que esa innovación se materialice, es decir a la implementación”, señala Chiyah.

Peire contó que su fondo de Venture Capital opera en América Latina y tiene foco en crear empresas basadas en la biotecnología. Por eso sobre este momento histórico el cofundador de GridX destacó que muy pocas veces tuvimos la posibilidad de que nuestra región y nuestro país, en particular, pueda subirse a una disrupción tecnológica de esta magnitud. “Generalmente somos seguidores de tendencias que ocurren en el mundo, pero en este caso, por el talento que tenemos relacionado con las ciencias de la vida pudimos subirnos a esta conversación hace diez años y eso nos permitió contar con empresas biotecnológicas en diferentes verticales”, explicó.

Sobre los inversionistas de su fondo el fundador de Glocal reconoció que quienes lo eligen buscan algo más que un retorno financiero. “Algunos quieren acelerar a emprendedores e incubarlos en su propia empresa; otros incentivar una cultura de emprendedurismo internamente y otros buscan innovación, por ejemplo. Para nosotros el retorno financiero es clave, pero no suficiente”, aclaró.

Casos concretos

Cuando llega el momento de mencionar algunos de los casos más interesantes de climatech, Milesy menciona Puna Bio. “Se trata de una compañía que hace biofertilizantes. Esto tiene un impacto ambiental muy positivo porque desplaza los fertilizantes tradicionales, además de hacer otras cosas muy buenas. Por otro lado, en México invertimos en Verqor, una agrofintech que financia a productores pequeños y a través de esa financiación le permite con ese dinero comprar insumos e incentivar mejores prácticas de agricultura regenerativa”, enumeró.

Chiyah menciona Emvolon, dentro de su portfolio. Se trata de una compañía que utiliza el gas de residuo, o de la operación de oil & gas, y a través de una solución modular que desarrolló, produce metanol, amoníaco y productos químicos de uso. “Me gusta porque es un ejemplo de tecnologías que pueden ser aplicables al core de nuestra industria, pero que también sirven para descarbonizar o para ser aplicadas a otros sectores. Estas son el tipo de inversiones que nos gusta hacer”, agregó.

Por último, Peire mencionó a Stamm, firma que desarrolla una nueva tecnología de producción biológica, donde la fermentación es la principal tecnología, y reproduce células en un ambiente controlado. Su bioprocesador patentado permite una biofabricación escalable, descentralizada y rentable mediante la integración de bioingeniería avanzada y un control óptimo de las condiciones ambientales. “Todo el potencial que tiene la biología para crear soluciones que necesitamos para un sistema productivo equilibrado con el planeta, no va a ocurrir si no hay una infraestructura tecnológica productiva basada en la fermentación. Estamos convencidos de que no debe haber compañía en el mundo mejor posicionada para liderar una nueva generación tecnológica de infraestructura de fermentación. Es una empresa que puede liderar un cambio de paradigma productivo en el mundo. Y que exista esa oportunidad desde Argentina es muy alentador”, dijo el cofundador de GridX antes de concluir.

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