San Lorenzo: la transformación que derivó en la inesperada clasificación en la Copa Libertadores (más allá del pizarrón)​

San Lorenzo empató 1 a 1 con Palmeiras el 3 de abril pasado, por la primera fecha del Grupo F de la Copa Libertadores. El Ciclón, dirigido por Rubén Insua, alcanzó un nivel superlativo, de lo mejor del ciclo en 2024, frente al mejor equipo del continente de la última década, aunque con algunos suplentes. Días después, sellada la derrota por 2 a 0 frente a Independiente del Valle, en Quito, el entrenador fue despedido.

Hubo revuelo. Con el Gallego, San Lorenzo escapó del descenso, se clasificó a esta Libertadores (algo que Boca y Racing no consiguieron, con mejores intérpretes) y logró lo que parecía un imposible en los últimos años: un símbolo de paz.

Descartados algunos candidatos, con Marcelo Moretti, el nuevo presidente y el antiguo DT en el foco de la tormenta con declaraciones cruzadas y un plantel que en su extendida intimidad (salvo un par de excepciones), quería que Insua siguiera, empezó otro ciclo. Leandro Romagnoli, el último ídolo y entrenador de la reserva, tomó el desafío.

El equipo es más audaz, juegan algunas caras nuevas (Eric Remedi en el círculo central y Alexis Cuello en el ataque, de buenas tareas) y, lo más valioso: desde su lugar (como en buena parte de su carrera), apostó por el perfil bajo y la unidad. Todos para uno, uno para todos. Y un concepto general que excede a Boedo, de aquel “Racing positivo”, que cambió el eje del pesimismo reinante en media Avellaneda a este novedoso “San Lorenzo positivo”.

San Lorenzo igualó este jueves 0 a 0 ante Palmeiras, en su riesgosa visita al estadio Allianz Parque de San Pablo, en el marco de la sexta fecha de la fase de grupos y consiguió el inesperado pase a los octavos de final de la Copa Libertadores.

Con este resultado, el equipo azulgrana finalizó en el segundo lugar en el Grupo F con 8 puntos, mientras que Palmeiras cerró como líder del grupo con 14 puntos. Cuando arrancó la aventura internacional, se mencionaba a esta zona como “el grupo de la muerte”. Un exceso, una metáfora poco feliz, pero que advierte el complejo escenario en el que se había metido San Lorenzo.

Resumen de Palmeiras 0 vs. San Lorenzo 0

Y salió adelante, con unos 20 metros más adelante y el renovado juramento de la unidad. A diez años del último gran trofeo, la Libertadores del Patón Bauza. Con Pipi como pieza indispensable, en el vestuario y sobre el césped.

Ahora, es el DT. “Sabemos que la Copa fue esquiva para el club y pasaron muchos años para lograrla en ese 2014. Pero esto es San Lorenzo, es así: si no sufrimos no vale. Siempre en estos casos se encuentran similitudes, soñamos, pero es un torneo complicado, hay buenos equipos y nosotros estamos dentro de ellos. Vamos a pelearla hasta el final”, dice Pipi.

La efervescencia no se detiene: el próximo desafío será local, este lunes, a las 19, contra Sarmiento. Para agregar argumentos alentadores a la nueva era. “Ya nos ponemos a pensar en lo que es el campeonato. El lunes jugamos un partido importante y hay que tratar de ganarlo. Este es el camino, pero tenemos horas para disfrutar y después pensar en lo que viene”, expresó. De todos modos, hay puntos suspensivos. Siempre hay suspenso en el Ciclón, hasta cuando todos tiran para el mismo lado. Adam Bareiro y Malcom Braida se irían. Y Agustín Giay puede sumarse a esa nómina.

Compacto del 1-1 en el Nuevo Gasómetro

Todo, pero todo, rumbo al próximo semestre. ¿Hay dinero para refuerzos de cartel internacional, en una entidad agobiada por los compromisos económicos? Lo advierte Romagnoli: “La situación de San Lorenzo se va a complicar mucho. Tenemos muchos juveniles del club que los conozco, pero ya me sentaré con Néstor Ortigoza y Marcelo Moretti para diagramar nuevos refuerzos. Será difícil. Si se va un nueve (Bareiro) vamos a traer a alguien en ese lugar, lo mismo si se va Malcom Braida por izquierda y Agustín Giay. La situación se dará en su momento para conseguir los refuerzos”, cuenta el joven DT, siempre con calma. Es su gran virtud: ante todo, tranquilidad.

“Todos los futbolistas son tenidos en cuenta. No me importa qué técnico estuvo antes, yo le voy a dar la oportunidad a todos porque la llegada de un nuevo DT siempre es otra expectativa. El que esté bien físicamente va a jugar. Queremos mantener ese carácter que tenía el equipo con Insua y ganar intensidad. Hoy todo el mundo juega con equipos intensos y buscaremos eso para darle otra vuelta de cara al plantel”, explica. A diferencia de otros, Romagnoli no saca el póster del Gallego.

​ De Rubén Insua a Leandro Romagnoli: cómo el joven ídolo tomó al ciclo del Gallego como plataforma de despegue  San Lorenzo 

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