Royal Troon, una cancha emblemática que fue una pesadilla para las figuras en el inicio del Open
La Estampilla se convirtió en un diminuto blanco móvil. El Ataúd, un lugar común del que pocos lograron salir indemnes. El Ferrocarril adquirió forma de tren fantasma. Turnberry, un recorrido kilométrico. Royal Troon es reconocida por algunos hoyos emblemáticos, amén de los profundos bunkers que dinamitan los 18 hoyos y la gruesa festuca que hace de los roughs típicos de Escocia una zona prohibida. Cuando el viento y la lluvia hacen su parte, se convierte en una cancha que pone a prueba no sólo la calidad de los profesionales sino, sobre todo, su temple.
No fueron pocas las figuras que sucumbieron a las condiciones adversas que presentó este emblemático campo del oeste escocés en el primer día de acción del 152º Open Championship de golf. Al final del día, el ignoto inglés Daniel Brown terminó al tope del tablero con un impresionante recorrido de 65 golpes, seis menos que el par 71. Apenas 11 jugadores bajaron de esa cifra.
La Estampilla (The Postage Stamp) es uno de los par 3 más famosos del mundo, a la altura del 12 de Augusta National, el 17 del TPC Sawgrass y el 7 de Pebble Beach. Dadas las escasas 120 yardas a la bandera, es el green diminuto lo que hace tan exigente al hoyo 8
. De allí su denominación. La precisión es tan importante como la suerte. Una ráfaga puede convertir un buen tiro en una pesadilla.Uno de los que lo padecieron fue Emiliano Grillo, el representante de la Argentina en el último major de la temporada. Después de empezar con dos birdies, encontró uno de los cinco bunkers que lo protegen al 8. Nada menos que el denominado “El Ataúd” (The Coffin), por su forma abovedada y su profundidad. Tan hondo es y tan empinadas son sus paredes que tiene una escalera para entrar y salir. El chaqueño necesitó dos golpes para salir de allí y anotó doble bogey. Así y todo, no se amedrentó. Un birdie para cerrar una vuelta de 71 (par) lo colocó en el puesto 18.
Rory McIlroy llegó a Royal Troon con la esperanza de borrar el golpe que implicó perder el US Open en los últimos tres hoyos y no cortar la racha de 10 años sin majors ganados. Todo indica que se extenderá otro. El recorrido de 78 golpes tuvo su punto más bajo en el doble bogey del par 4 del hoyo 11. Conocido como “El Ferrocarril” (The Railway), ya que se extiende a lo largo de las vías que comunican la localidad de Troon con la capital, Glasgow, y es frecuente ver pasar el tren a unos metros de la cancha, es considerado el más exigente. Son 496 yardas del tee al medio del green, un fairway angosto y el fuera de límites al alcance de la mano. Rory se fue con un tiro de salida a la derecha, más allá de las vías del ferrocarril, y debió repetirlo con una penalización.
También Tiger Woods se fue a la derecha con el driver y hasta tiró una provisoria, pero la pelota quedó al borde de las vías, dentro de los límites. Desde allí hizo doble bogey. Con 79 golpes, deberá batallar este viernes para pasar el corte del Open por primera vez desde 2018.
La potencia no es una de las virtudes que resaltan en Royal Troon. Lo evidenció el bombardero Bryson DeChambeau, que llegaba con los pergaminos de triunfador del US Open. Denominado “Turnberry”, ya que desde la costa adyacente se observa el faro de esa otra emblemática cancha, el hoyo 6, de par 5, se extiende 623 yardas y se convirtió en el más largo en la historia del Open Championship. El norteamericano falló la salida por la izquierda, no consiguió salir del pesado rough con el segundo tiro y debió jugar por el fairway del lindante hoyo 13 antes de firmar doble bogey. Se tomó revancha con un águila en el hoyo 16, que le permitió terminar con 76 e ilusionarse con una buena vuelta el viernes para pasar el corte.
Entre quienes sí lograron domar la lluvia que molestó durante algunas horas y los vientos cambiantes provenientes del Mar de Irlanda se encuentran Justin Thomas (68), que jugó temprano y con siete birdies (contra dos bogeys y un doble bogey) se mantuvo en la cima en buena parte de una jornada que comenzó a las 6.35. Shane Lowry lo superó por la tarde con una vuelta sin errores (cinco birdies, 66), hasta que Daniel Brown sorprendió cuando el sol empezaba a esconderse: seis birdies y un recorrido de 65 que lo dejan solo en la punta.
En el primer major de su carrera, Brown, de 29 años, presente gracias a haber superado una de las instancias clasificatorias, es un líder inesperado. Hasta el Abierto de Escocia de la semana pasada, había estado seis certámenes seguidos pasar un corte. Pero conoce bien esto de jugar en canchas links, todo un activo de la icónica Royal Troon.
El puntero sorprende en medio de un áspero, de viento y lluvia; positivo inicio de Emiliano Grillo en Escocia Golf
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