Roberto Bosch dejó de ser el embajador argentino en España y definen a su reemplazante
Sin palabras de agradecimiento, y por medio de una resolución publicada hoy en el Boletín Oficial, el presidente Javier Milei y el canciller Gerardo Werthein efectivizaron la salida del embajador Roberto Bosch de la embajada de España, a la que había llegado en el inicio de la gestión libertaria. La resolución fue firmada el viernes y publicada hoy. No se conoce aún el nombre del reemplazante, aunque voces del Palacio San Martín apuntan a un “empresario” como el próximo embajador en Madrid.
“Trasládase desde la Embajada de la República ante el Reino de España al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, al señor Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Roberto Sebastián Bosch Estévez”, afirma el texto que oficializa el regreso de Bosch, casi una semana después de que altas fuentes diplomáticas confirmaron que el embajador, número 2 de esa sede diplomática durante la gestión de Ricardo Alfonsín, debía regresar a Buenos Aires.
En los considerandos de la medida se aducen “razones de servicio”, aunque lo cierto es que Werthein manejaba la posibilidad de ubicar en esa estratégica sede a un hombre o mujer de su confianza, más ejecutivo e inclinado a “promocionar a la Argentina” en el ámbito comercial. Ese fue el perfil elegido para el nuevo embajador en Washington, el empresario Alejandro Oxenford, que ocupa el lugar que el hoy canciller dejara vacante, y también el flamante cónsul general en New York, el diplomático Gerardo Díaz Bartolomé, hasta hace semanas encargado de la comunicación de la Cancillería, a las órdenes de Diana Mondino.
Los repetidos conflictos entre el gobierno de Javier Milei y el del socialista español Pedro Sánchez, que tuvieron una tregua con la reciente llegada del embajador español a Buenos Aires, más algunos errores propios, llevaron a Bosch (diplomático de carrera de larga trayectoria) a estar en la mira de la Casa Rosada.
En relación a Bosch, su extensa carrera dio un salto cuando terminó la gestión de Alfonsín como embajador del gobierno del Frente de Todos. Respaldado por la entonces canciller libertaria Diana Mondino, Bosch logró quedarse en España, y a la vez ascendió al primer despacho en esa sede diplomática.
En mayo, quedó en el centro de la escena, incómodo, tras un nuevo coletazo del fuerte cortocircuito diplomático entre el gobierno de Milei y el de Sánchez. Se conoció entonces que Bosch avisó por escrito a las autoridades españolas que el viaje que hizo Milei a Madrid, dónde participó del Foro de Madrid, era “una visita privada” y no una visita oficial, en la que todos los gastos corren por cuenta del Estado. En la Casa Rosada responsabilizaron “del error” al embajador, y aunque evitaron hablar de desplazamiento, ya comenzaron a tenerlo bajo sospecha.
Mientras Sánchez decidía el regreso de su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, el Gobierno sostuvo a Bosch, que también participó de aquel encuentro organizado por la agrupación derechista Vox, en la que habló el Presidente. La Casa Rosada también lo respaldó luego de dar explicaciones al canciller español José Manuel Albares, enojado por las declaraciones de Milei en las que calificó de “corrupta” a la primera dama, Begoña Sánchez.
Días atrás llegó a Buenos Aires el nuevo embajador en España, Joaquín María de Arístegui Laborde, quien fuera recibido por Werthein en el Palacio San Martín. En estas horas, y en medio del hermetismo, Werthein y el Presidente definen el reemplazante de Bosch.
Por medio de una publicación en el Boletín Oficial, el presidente Milei y el canciller Werthein dispusieron su cese de funciones; aún no se definió a su reemplazante Política
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