Río Open: Sebastián Báez superó a Camilo Ugo Carabelli y es finalista del ATP 500

Río de Janeiro es la ciudad maravillosa… para Sebastián Báez. Tantos meses de capa caída, sin triunfos, con dolores y con el futuro envasado en incógnitas, el jugador vuelve a la mágica cita brasileña, regresa con todo. Nada de playas, música y destrezas sobre la arena: tenis del bueno. El mejor que puede mostrar el crédito de San Martín, que este sábado superó por 3-6, 6-1 y 6-1 a Camilo Ugo Carabelli, otro argentino, y jugará la final del Río Open, un torneo categoría ATP 500, un año después de su consagración allí.
Lo hará frente al francés Alexandre Müller (este domingo, a las 17.30), que en una batalla de 2h54m, se impuso sobre Francisco Comesaña, un entusiasta y en la mejor semana de su carrera, por 7-5, 6-7 (3) y 6-3.
Puño apretado. Abrazo con el colega, después de una batalla despareja de una hora, 44 minutos. Báez, sin excesos en el festejo –tampoco durante el juego–, escribió en la cámara oficial “vamos. Obrigado Río”, luego de lanzar 26 winners (contra 8), cometer 29 errores no forzados y apoyarse en el servicio con mano caliente. Consiguió 75 por ciento en el primer saque y 7 aces.
El 25 de febrero pasado, Báez, con el espíritu competitivo que lo caracteriza, sabiduría para seleccionar sus tiros y el oficio que le aporta la experiencia, redondeó una tarea ilustre sobre el polvo de ladrillo del Jockey Club Brasileiro, al consagrarse sobre Mariano Navone con un 6-2 y 6-1, en 1h22m.
La primera semifinal fue cambiante, con pasajes de lucidez y momentos de tormenta. Ugo Carabelli sorprendió en el primer parcial, con una dosis de personalidad avasallante, que debería ser una extensión del futuro de su carrera. Convencido, seguro, con bolas lanzadas a los costados, riesgo puro.
Sorprendido, Báez hizo lo que pudo por entonces. Verdaderamente poco. Más tarde, afirmado, con la historia y el ranking respaldados en una mano derecha cada vez más hábil y firme, desplegó una variedad de recursos notable en el segundo acto, ganado casi sin problemas. Hasta tiró un drop de colección. En un contexto más físico que técnico, los argentinos se sacaron chispas ante miles de brasileños, que añoraban a su estrella, João Fonseca, de 18 años y dueño de un futuro de top ten.
El quiebre en el primer game del último set fue determinante para el futuro de la batalla. Báez recuperó plenamente la confianza y Ugo Carabelli, tan fresco y altivo en el amanecer del espectáculo, fue derrumbándose. El 4-1, tiempo después, resultó el golpe final.
Gorgeous touch from Baez 🔆@RioOpenOficial pic.twitter.com/pqmrOK369j
— Tennis TV (@TennisTV) February 22, 2025
Báez vivía un momento incómodo por una molestia en la rodilla derecha que lo afectó durante un semestre y no le permitió competir con su soltura habitual. Por ello, la victoria que consiguió el 5 de febrero pasado en la primera ronda del Challenger de Rosario (de categoría 125) frente a Emilio Nava (EE.UU, 215°) por 6-3 y 6-3 en una hora y 29 minutos, lo impulsó. Sin dudas.
“Fueron meses muy difíciles. No podía encontrarle la vuelta a la molestia [en la rodilla]. Estamos haciendo un laburo muy grosso desde la pretemporada. De a poco me siento cada vez mejor”, contaba Báez. Aquel triunfo sobre Nava (entrenado por el argentino Diego Cristín) no fue uno más para Báez. El jugador de San Martín no ganaba un partido oficial desde fines de agosto, cuando batió en la segunda ronda del US Open a Luciano Darderi (nacido en Villa Gesell, representante de Italia). En un puñado de semanas, la redención.
Back to Back Finals in Rio 👏
Defending champion Sebastian Baez keeps his title defense alive after rallying to defeat Carabelli in the semis!@RioOpenOficial pic.twitter.com/a4xDYJztrY
— Tennis TV (@TennisTV) February 22, 2025
Desde entonces había perdido nueve encuentros seguidos, incluidos los dos de esta temporada, en Auckland y el Abierto de Australia. Por eso también decidió “bajar” de categoría al menos en forma momentánea y jugar un torneo del circuito Challenger, la segunda categoría del tenis profesional (su última participación en ella había sido en marzo de 2022, en Phoenix). El certamen de Rosario le entregó una invitación y Báez se posicionó como el primer preclasificado.
Fue una decisión nada fácil. Con 6 títulos, llegó a ser 18° mundial, los 9 años de trayectoria no le hicieron temblar el pulso. Debía bajar unos casilleros, para recuperar las mejores sensaciones y volver a ser. No sólo era un asunto físico o parar la máquina, la pelota. La determinación fue más allá: bajar al llano. Evidentemente, a la luz de los resultados (y rendimientos) le salió muy bien. Humildad, compromiso, amor por el deporte.
Tres semanas después, a los 24 años, es finalista en Río de Janeiro. La ciudad maravillosa para Báez, un año más tarde.
“Estoy contento y orgulloso de todo el trabajo y sobre todo de la semana que estoy teniendo. Venía de un final de año muy complicado y poder volver a jugar bien en un lugar tan especial me pone muy contento”, comentó el protagonista estelar del certamen, que puede conseguir algo inédito: ser bicampeón. Y dejó una sentencia que define su lugar en el mundo. “Para mí, Brasil es especial. He tenido buenos resultados aquí en futures, challengers, ATP, también. Me siento muy cómodo, vengo aquí también a entrenar y la gente me hace sentir muy bien. Me encanta la cancha central y me trae muchos buenos recuerdos”, sostuvo.
El segundo partido fue tan eléctrico como indescifrable. Matizado de errores, el tenis tiene lo que no suele ofrecer el fútbol: cuando el partido está flojo de papeles, cualquier cosa puede ocurrir y es un entretenimiento en sí mismo. En el fútbol: lo malo redunda en aburrimiento. El primer set fue conseguido por el francés, que capturó 3 quiebres de 6, mientras que el marplatense consiguió 2 de 4. Un ejemplo: en el cierre de ese parcial, Comesaña estuvo a punto de quebrar.
That poor net 😉 @fran_comesana https://t.co/YEJgqWHouZ pic.twitter.com/iFhgvfsUwl
— Tennis TV (@TennisTV) February 23, 2025
En el cambiante segundo parcial, 4-4 y 30-15 en su favor, Comesaña se pasó del otro lado del mostrador. Por el ímpetu, se llevó puesta la red y… pasó del otro lado. Fue una escena simpática, que mereció el aplauso de todos. Y un noble gesto del francés, que fue a socorrerlo. Al final, ganó ese punto. El tiebreak y el set.
El último set fue pura lucha: golpe a golpe. Aciertos, errores, fervor, ante una multitud carioca que no quería que el espectáculo terminara. Al final, el triunfo fue del francés… y el reconocimiento, para el argentino.
En Brasil, en donde hace una temporada se consagró campeón, el jugador de San Martín se impuso en tres sets y definirá este domingo frente a Alexandre Müller Tenis
Leave a Comment