Restaurantes flotantes: 7 propuestas para comer sobre el agua y 2 para animarse bajo las profundidades​

El agua tiene un encanto singular. Para muchos es el escenario perfecto para una noche placentera o romántica, si a esto se le suma una buena propuesta gastronómica, quizá la velada se convierta en un momento único e inolvidable. Tal vez por esto los restaurantes flotantes tienen un gran número de cultores. Aquí presentamos algunas de las propuestas más atractivas del mundo.

Portugal, a la vanguardia

Dicen, los que se animaron o tuvieron la oportunidad de vivenciarlo, que comer en un restaurante flotante es una experiencia única, que invita a despertar a más de un sentido. Quizá un lugar donde esta magia sucede sea el bar-restaurante Laguna. Esta embarcación, devenida en un espacio gourmet, está anclada desde 2020 en la ría de Aveiro, sobre la costa atlántica de Portugal.

Para muchos, esta ría portuguesa es la Venecia de la Península Ibérica. Una comida en este restaurante flotante no sólo llena el estómago, deleita el paladar, sino que también se convierte en un mimo al alma, de las delicias que nacen de las manos del chef Armando Matos. Allí cada plato, elaborado bajo el concepto de cocina de autor, le da un realce a la típica gastronomía de Portugal.

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Entre las exquisiteces que allí se pueden degustar se destacan el solomillo de ternera con risotto de setas, con rúcula silvestre y parmesano. Para los paladares más exigentes ofrecen vieiras, bacalao y pato Bolhão Mientras que los amantes de los dulces no se pueden perder el mousse de chocolate, la crema de café o el helado de pistacho con un toque de miel.

Pero allí el espectáculo no sólo se ofrece en las mesas, tanto en los almuerzos como en las cenas el estuario le propone a los comensales un apacible arrullo y el sonar del agua contra el casco. Pequeñas delicadezas que parecen aderezar cada una de las comandas.

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Según cuentan, el bar-restaurante Laguna se convirtió en la propuesta rupturista de Portugal y a él le siguieron nuevas alternativas donde comer sobre el agua resulta el común denominador.

Otra de las alternativas, es Sabores Flutuantes, un viejo barco que se encuentra atracado desde hace ya mucho tiempo en las costas porteguesas de Seixal. La embarcación que fue completamente refaccionada devino en un restaurante y cuenta entre sus bondades con una de las mejores postales de las puestas del sol de aquel rincón del planeta. Las cuales pueden ser acompañadas por una tabla de exquisitos quesos y embutidos, a los que pocos son capaces de rechazar. Otra de las delicias de este refugio flotante del placer es su afamada sepia frita.

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En la misma ciudad, pero en las aguas del río Tajo, se puede ir a visitar Lisboa á Vista, un espacio gastronómico que combina platos sabrosos con música en vivo y una vista panorámica tan única como fascinante. Se trata de un barco que tuvo su bautismo náutico en 1925 y que en sus años mozos cosechó cientos de historias, muchas de las cuales les son reveladas a los comensales, entre plato y plato.

La carta ofrece una gran variedad de platos, pero entre sus recomendaciones se destacan: bacalao con costra de pan de maíz y cilantro, espinacas y papas fritas ;pulpo a la parrilla o solomillo de cerdo ibérico con salsa de cilantro. Los que visitaron el lugar sostienen que se trata de una experiencia gastronómica singular, que logra maridar de forma perfecta una gastronomía de primer nivel, viejos fados y una vista única de la ciudad de Lisboa.

En Algarve, en la región más meridional de Portugal continental, se pueden encontrar con Marenostrum, un barco restaurante que flota en la Playa da Falésia, en el Lake Resort. Esta alternativa ofrece un viaje a la época en la que el Imperio Romano estuvo presente en la Península Ibérica. En este restaurante los visitantes podrán disfrutar de la cocina portuguesa, neogriega y mediterránea. Comida fresca que se enriquece con el arrullo de las aguas.

En Nueva York, Suecia y Egipto

Pero esta tendencia de maridar el agua con la gastronomía gourmet se replica con igual éxito en otros rincones del planeta. Por ejemplo, bajo el puente de Brooklyn, en Nueva York, se encuentra The River Café. Este espacio gastronómico, que ofrece vistas increíbles de Manhattan, es reconocido por su cocina americana clásica con toques gourmet. Desde su inauguración en 1977, se convirtió en el referente más sofisticado de la cultura gastronómica de los Estados Unidos.

Suecia, en su costa oeste, tiene a Salt & Sill, un restaurante flotante que es famoso por sus platos realizados a partir de los mariscos. En la carta también se recomiendan las gambas, mejillones, cigalas, cangrejos y langostas. Además, cuenta con una vista desde el agua de la isla de Klädesholmen digna de las mejores fotos de Instagram.

Egipto no sólo tienen pirámides. Sobre las aguas del río Nilo se puede contratar el servicio gastronómico del lujoso crucero Nilo Maxim, con capacidad para 250 personas. Allí los comensales/pasajeros podrán disfrutar de sofisticados platos regionales y de un espectáculo con música -en vivo- que busca revivir la cultura de aquel país. Durante la comida los viajeros disfrutarán de las postales que ofrecen El Cairo y las pirámides de Guiza y la Esfinge.

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Restaurantes bajo el agua

Ithaa Undersea Restaurante (Maldivas) es un claro ejemplo de ello. A diferencia de los anteriores, esta propuesta no se desarrolla sobre el agua, ya que se trata de un restaurante que se encuentra sumergido (a cinco metros bajo el nivel de la superficie). Allí la vista a los arrecifes de corales del océano Índico compiten, palmo a palmo, con la oferta gastronómica. Este restaurante, que forma parte del complejo turístico Conrad Maldives Rangalí Island, fue el primer restó sumergido del mundo.

Al igual que Ithaa Undersea, Al Mahara -la propuesta gastronómica del hotel Burj Al Arab, en Dubái- tampoco flota. El lugar ofrece una experiencia submarina. El restaurante está rodeado de un acuario gigante que simula estar en el fondo del mágico mar. Todas las ventanas dan al agua y por ellas se ve nadar una amplia fauna acuática. Allí los platos que mandan son todos a base de pescados.

En el mundo se multiplican las propuestas que buscan ofrecer, además de buena gastronomía, experiencias únicas destinadas tanto a turistas como lugareños.

​ Portugal está a la vanguardia de esta tendencia, seguido por Nueva York, Suecia y Egipto pero los más extremos están en Maldivas y Dubái donde sea animaron a hacer restaurantes bajo el agua  Inmuebles Comerciales 

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