Renovación de la Corte: empieza el periodo de impugnaciones y adhesiones a Lijo y García-Mansilla​

Cuando resta poco menos de un mes para la primera de las dos audiencias públicas en las que deberán defender sus nominaciones, la Comisión de Acuerdos del Senado comenzará a recibir, partir de mañana y por espacio de una semana, impugnaciones y adhesiones a las candidaturas del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla, propuestos por el gobierno de Javier Milei para convertirse en miembros de la Corte Suprema de Justicia, cabeza y máximo órgano del Poder Judicial.

El proceso repetirá el que ya se registró en el Poder Ejecutivo entre el 24 de abril y el 8 de mayo últimos. Durante ese período, el Ministerio de Justicia recibió 328 impugnaciones y más de 3500 adhesiones a la postulación del controvertido juez Lijo. Por su parte, García-Mansilla tuvo el apoyo de más de 3100 personas y organizaciones y 110 cuestionamientos a su nominación. Se espera que u esquema parecido de presentaciones se produzca ahora en la Cámara alta.

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Lijo será el primero de los dos candidatos en someterse al escrutinio de la Comisión de Acuerdos y del resto de los senadores. Su audiencia pública está programada para el próximo 21 de agosto a las 10 horas en el Salón Azul del Congreso. El juez federal, quien es severamente cuestionado por su cualidades como magistrado y por el notable incremento de su patrimonio, está propuesto para ocupar el sitial que dejó vacante Elena Highton de Nolasco con su renuncia, presentada el 5 de octubre de 2021. Desde entonces, ningún gobierno pudo reunir el amplio consenso que requiere la designación de un juez del máximo tribunal de justicia, el voto de los dos tercios de los presentes en una sesión del Senado, y el cargo permanece vacante.

García-Mansilla, en tanto, tendrá que presentarse una semana después, el 28 de agosto, también a las 10. En su caso, el Poder Ejecutivo promueve su nominación para reemplazar al cordobés Juan Carlos Maqueda, actual juez de la Corte Suprema que el 29 de diciembre próximo cumplirá 75 años y deberá jubilarse. El magistrado podría obtener una extensión en el cargo por cinco años más, también con acuerdo del Senado, pero la administración libertaria decidió no renovarle el crédito y ocupar la vacante que dejará a fin de año con el actual decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral.

Las impugnaciones y adhesiones que reciban los postulantes estarán disponibles para los senadores en la nube del servidor de la Cámara alta. Aquellos que no revistan carácter de legislador, podrán consultarlas de manera personal en las oficinas de la Comisión de Acuerdos. Una vez vencido el plazo, el próximo lunes, se le correrá traslado a los candidatos de aquellos cuestionamientos que hayan cumplido con los requisitos para que, en el término de cuatro días, puedan responder a las imputaciones que se les formulen.

El proceso de designación de Lijo llega rodeado de fuertes rumores de acuerdos políticos que nadie admite, pero que tampoco nadie desmiente, que tendrían como protagonista al gobierno de Milei y el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti y que contaría con el beneplácito de Cristina Kirchner y de un sector del radicalismo vinculado al operador judicial Daniel Angelici. Sin embargo, el kirchnerismo en el Senado mantiene un hermético silencio en torno a cómo votará el bloque de Unión por la Patria.

Con 33 senadores, la bancada que preside José Mayans (Formosa) tiene la llave para los dos tercios que requiere la Constitución. Sin su apoyo, es imposible que la Cámara alta pueda darle acuerdo a un juez propuesto para el máximo tribunal. Ya lo sufrió Inés Weinberg de Roca, propuesta por Mauricio Macri para reemplazar a Highton de Nolasco. Por el rechazo del kirchnerismo, su pliego nunca llegó al recinto del Senado.

La nominación de Lijo genera una fuerte incomodidad en la Cámara alta, al extremo que nadie se ha animado a anunciar el respaldo a su candidatura desde que se conoció que el Gobierno impulsaba su nombre. El silencio atraviesa no sólo a la primera minoría kirchnerista. También en el radicalismo esquivan algún tipo de pronunciamiento.

De hecho, la única voz que anticipó su voto en contra de Lijo en el centenario partido ha sido la de Carolina Losada (Santa Fe). Según versiones que han circulado en las últimas semanas, en la última reunión de bloque de la UCR la santafesina puso incómodo a más de un correligionario cuando quiso discutir la postura de la bancada ante los pliegos para designar jueces de la Corte.

Además de Losada, han dicho que rechazarán la nominación del juez federal el jefe del bloque Pro, Luis Juez (Córdoda), y su compañera de bancada y comprovinciana, Carmen Alvarez Rivero. Para sorpresa de la Casa Rosada también se manifestó en contra el libertario Francisco Paoltroni (Formosa). Fuentes legislativas aseguran que no sería el único senador oficialista que le daría la espalda.

En lo que fue uno de sus primeros cortocircuitos públicos con su Gobierno la primera oficialista en pronunciarse en contra de Lijo fue Victoria Villarruel. “No me enloquece la postulación”, dijo en marzo, en un reportaje con un canal de noticias.. “Dado que era una banca de una mujer me hubiese gustado una mujer, una catedrática, una jueza. Hay mujeres que son muy eficientes”, remató la vicepresidenta.

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