Refugios de gatos denuncian que cada octubre y noviembre suben los casos de maltrato y abandono por creencias asociadas a Halloween
 
			Cada año, durante los meses de octubre y noviembre, veterinarias y rescatistas de animales toman más precauciones y extreman recaudos ante un mayor riesgo de abandono y maltrato de gatos, en especial de los de color negro, frente a creencias asociadas a Halloween y a supersticiones sobre su “mala suerte”. En el décimo y undécimo mes, las organizaciones ponen filtros a la hora de dar en adopción y acusan que desde las entidades gubernamentales no hay respaldo.
Se trata de una problemática sobre la cual los refugios se deben defender solos. Organizaciones confirmaron a LA NACION que las autoridades gubernamentales no llevan adelante un registro sobre el número de maltrato y abandono durante estos meses, pero que, según su propia experiencia, los casos de denuncias y hallazgos de gatos en situación de calle suben, con lo cual, implementan medidas con sus propios recursos. Este medio, en tanto, se comunicó con el Ministerio Público Fiscal de la ciudad de Buenos Aires -que posee la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema)- y respondieron que no cuentan con información al respecto y que, dadas las circunstancias, interviene cuando se trata de maltrato animal.
“Pasa desde que tenemos memoria y se repite todos los años”, lamenta Sofía Cavallaro, miembro del refugio de gatos Zaguates. La asociación trabaja desde hace más de diez años rescatando y rehabilitando animales, y encontrándoles nuevas familias. “El miedo principal es que personas con intenciones crueles o irresponsables adopten gatos, en especial negros, para lastimarlos y abandonarlos, o incluso matarlos. Nosotros tenemos varios filtros antes de concretar una adopción”, cuenta a LA NACION.
En ese sentido, el refugio implementa sus propias medidas y sostiene que la “única” solución para evitar y confrontar el maltrato y abandono es la castración masiva, gratuita y sostenida en el tiempo, lo que apuntala que desde organismos gubernamentales no se garantiza. Zaguates realiza jornadas de castración gratuita en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense -en 2025 ya lleva más de 1500 animales castrados- y además realiza un exhaustivo análisis de cada adoptante que llega al refugio.
Toda persona interesada debe completar un formulario con preguntas, donde se consulta sobre su dinámica de vida, el entorno del lugar, la experiencia con animal y la responsabilidad de adoptar. El siguiente paso consiste en una entrevista telefónica o por videollamada y luego el proceso sigue de forma presencial. “Hacemos todo lo posible para asegurarnos de que los animales que rescatamos vayan a lugares verdaderamente responsables, y durante octubre ponemos aún más foco en esos controles. Por eso, reforzamos los mecanismos y en algunos casos directamente pausamos las adopciones de gatos durante este mes”, expresan.
Una persona que el 12 de octubre de 2024 adoptó una gata negra que estaba en Zaguates ratificó a este medio el proceso. “Me hicieron un montón de preguntas, tuve que llenar formularios, vinieron a mi casa a ver dónde se iba a alojar el animal. Después me la trajeron y me escribieron durante una semana para ver cómo andaba todo”, explica.
Por otro lado, la asociación Rescataditos en Adopción afirmó que no suspende las adopciones pero refuerza los controles a través de más contacto con las familias interesadas y “chequeos de genuinidad”. A su vez, ejemplifica que este octubre brindó asistencia a una gata negra que apareció a punto de parir al lado de una casa donde se hacen rituales y fue rescatada y enviada a un hogar de tránsito.
Días atrás, el refugio San Francisco de Asís, con sede en Cañuelas, denunció a un usuario de Facebook que había realizado una publicación en la que escribió: “Estoy buscando gatitos para un ritual. Es para un trabajo para mi señora. En lo posible gatitos negros”. Luego, la persona aseguró que se trató de una broma y borró el posteo.
En esta línea, la médica veterinaria Virginia Vallejo (MN 10404) plantea una “coincidencia estacional” entre el mes de octubre y el número de nacimientos que podría perjudicar aún más a la problemática. La primavera es la época del año en la que nacen más gatos, ya que las hembras entran en celo con el aumento de las horas de luz y la temperatura.
“Esto significa que en estas fechas hay una sobrepoblación de gatos buscando hogar y los refugios se ven desbordados. Paradójicamente, mientras se limita la adopción de gatos por razones preventivas, también es el momento en que más los necesitan. Por eso, es fundamental reforzar los controles, las entrevistas y la educación sobre adopción responsable y castración temprana”, señala.
La veterinaria, además, subraya que como profesional ha conocido casos de “adopciones impulsivas” en estas fechas por la estética de los gatos negros o “modas temporales” y que muchos de esos animales terminan siendo devueltos o en situación de calle: “Muchas personas buscan gatos negros para fotos o videos y luego los devuelven o abandonan”.
Como medida contra el aumento de casos de abandono y maltrato -además de incrementar filtros en adopciones- las organizaciones insisten en que haya mayor educación y castraciones masivas, gratuitas y sostenidas en el tiempo. “Es la política pública que puede cambiar el destino de millones de perros y gatos que hoy nacen en la calle”, coinciden desde Zaguates.
“En la Argentina no existen campañas oficiales que aborden específicamente el tema de octubre y los gatos negros, y tampoco políticas publicas de prevención del abandono. El Estado sigue sin implementar un programa nacional de castraciones masivas, gratuitas y obligatorias, que es la base para resolver el problema de raíz: la sobrepoblación de perros y gatos que existe en nuestro país. Todo el trabajo recae sobre voluntarios y ONGs que sostienen campañas de castración sistemáticas en barrios de alta vulnerabilidad, con recursos limitados”, remarcan.
El origen de la creencia de la mala suerte
La creencia social de que los gatos traen mala suerte tiene raíces muy antiguas. En la Edad Media, en Europa, fueron asociados a la brujería: se pensaba que las brujas podían transformarse en felinos para pasar desapercibidas o que estos animales eran sus familiares o espíritus que las acompañaban. Sumada al simbolismo del color negro como negativo, la percepción sobrevivió a los siglos y permanece vigente en 2025, aunque en menor medida.
A raíz de la creencia del vínculo de los gatos negros con la brujería surgieron otros mitos, como que su pelaje estaba relacionado a la muerte y a la mala suerte. También ocurría en otros animales con el mismo color, como los pájaros y cuervos.
“Hoy sabemos que todo esto es superstición, pero los mitos se sostienen porque se transmiten culturalmente y encuentran nuevos espacios en redes sociales, películas o fechas como Halloween. Aun sin creerlo del todo, muchas personas mantienen cierto recelo o, en el otro extremo, los buscan como ‘amuletos’ o símbolos de lo místico“, explica Vallejo.
 Limitan las adopciones porque señalan que aun existen vinculaciones de los felinos a la mala suerte y acusan que desde las entidades gubernamentales no hay respaldo Sociedad


 
                                 
                                
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