Al principio costó entender lo que sucedía. La Susana Giménez de 1974, la de La Mary, la del pelo castaño, atravesaba el estudio de Telefe, saludaba y se disponía a mantener una charla con su versión 2024. No se trataba de máscara ni maquillaje, tampoco de trucos de cámara, sino de Inteligencia Artificial. El experimento más exitoso y complejo que se ha hecho hasta ahora en la televisión argentina.

Pero detrás de ese algoritmo capaz de recrear voz y gestos faciales de una Susana cincuenta años más joven, era necesario que estuviera una actriz que complete la magia, que corporice lo incorpóreo. Y la hubo, aun cuando su participación fue bochornosamente obviada por quienes llevaron adelante esta experiencia única.

La misma Susana, luego de la entrevista, explicó: “Me pareció una cosa única en el mundo. Esto estuvo hecho con Inteligencia Artificial, buscamos una actriz que fuera más o menos como yo en esa época, y le pusieron mi cara, mi pelo y tuvimos una conversación. Fue una idea de la producción, yo al principio me negaba, les decía ‘No quiero’, y la verdad es que me encantó; está hecho como los dioses, tuvo un mes y medio de posproducción. Y estuvo muy bien la actriz, la felicité, estuvo divina, pero no me pusieron el nombre acá. La veía y decía: ‘Qué bárbaro’. La verdad es que me tocó el corazón, no pensaba que me iba a pasar esto, pero sí. Me emocioné”.

Que Susana no supiera quién fue la persona que actuó de ella, que llevó adelante un cuestionario prearmado para que se luciera y que se tomó el tiempo para estudiar su postura y gestos, vaya y pase. Pero que nadie de la producción fuera capaz de acercarle, entre las resmas y resmas de machetes que utilizan cada domingo, uno que tuviera su nombre se vio, cuanto menos, desprolijo.

Quien fue Susana Giménez frente a Susana Giménez se llama Jazmín Diz y es una joven y talentosa actriz, que se ha destacado principalmente en teatro. Entre sus trabajos más recientes figuran El cartógrafo, dirigida por Laura Yusem y presentada en el Complejo Teatral San Martín; Las benévolas, también a cargo de Laura Yusem, que se pudo ver en el escenario del Teatro Nacional Cervantes; Bajo Influencia, puesta dirigida por Carolina Adamovsky y Der Kleine Führer, de Eugenio Soto.

En cine, Jazmín debutó en 2022 en la película de Alejandro Chomski, El país de las últimas cosas, basada en la obra de Paul Auster (quien participó también de la adaptación). La actriz también fue parte del videoclip “Mariposa”, de Massacre con Gustavo Santaolalla; de “Te extraño”, de Carolina Donati y de “Malibú”, de Acru.

El detrás de escena de un momento único

El proyecto de juntar a la Susana de La Mary con la actual tuvo dos ejes muy claros. El primero tuvo que ver con la celebración del 50° aniversario de la película dirigida por Daniel Tinayre y protagonizada por la diva y por Carlos Monzón (en su debut cinematográfico). El segundo fue el de generar un golpe de efecto destinado a convertirse en un broche de oro para la temporada 2024 del ciclo. Porque sí, crease o no, después de tres meses de trabajo, Susana decidió tomarse un descanso de la televisión por tiempo indeterminado.

Las conversaciones con la diva comenzaron en agosto de este año, ya que, entrenar a un modelo de inteligencia artificial para un desafío de esas características no es nada fácil. La negativa de la conductora, al no conocer los alcances de la IA, sumado al miedo de quedar en ridículo, estuvieron a punto de dar por tierra con la idea. Sin embargo, luego de mostrarle ejemplos de clonación de cara y voz, y de un mes de intensa negociación, Susana dio el visto bueno y el proyecto comenzó a hacerse realidad.

A diferencia de casos anteriores -como fue la entrevista de Maradona a Maradona en La noche del 10-, donde se grabaron dos instancias por separado, la idea en este caso fue que el diálogo fuera auténtico. Solo se iba a cambiar la cara de Jazmín por la de Susana de los años 70, y también modificar su voz. De esta manera se dio un ida y vuelta, que en pantalla se vio mucho más fluido y genuino. Incluso en los momentos en que la Susana de hoy trastabilló o prefirió no contestarle a su yo del pasado. Por supuesto, todo fue supervisado por la diva en las semanas previas a la transmisión.

Para lograr esto fue fundamental el aporte de la joven actriz quien, a pesar de tener un cuestionario estudiado previamente, se dio el lujo de improvisar algunas réplicas, que permitieron salir del encasillamiento de una charla concordada previamente.

Del mismo modo, tanto el atuendo como el maquillaje y el peinado que lució Diz en el programa, requirieron varias sesiones de vestuario y maquillaje hasta replicar a la perfección la imagen que el público recuerda del film de 1975. Lo mismo pasó con los movimientos de los brazos y las manos, como así también con el tono de su voz -entre maravillado e ingenuo-, todo mérito de la actriz que se olvidaron mencionar.

La presencia de Tini Stoessel y Santiago del Moro en la despedida de Susana Giménez de la pantalla de Telefe, le dieron a este adiós el marco de estelaridad que signó al ciclo durante su breve temporada en la televisión abierta. Pero quedó pequeño ante un notable desafío tecnológico que deja una huella a nivel mundial. Y que como la misma Susana dijo al reflexionar sobre ello, es imposible de proyectar a 10, 20 o 30 años, sin que uno quede maravillado por sus posibilidades. Y también, por qué no, le corra un sudor frío por la espalda.

​ “Estuvo muy bien”, señaló Susana, aunque aclaró que no le acercaron el nombre de la joven que participó de la novedosa iniciativa  Personajes