Palermo refleja una excelencia ganadera que puede dar mucho más
El comienzo de la Exposición Rural de Palermo vuelve a poner el foco sobre la ganadería. En la semana, la jura y los remates de las principales razas volverán a marcar el pulso de la actividad. Pese a las políticas intervencionistas de los últimos años y a la inestabilidad económica, criadores y productores se esfuerzan año a año por sostener al rodeo argentino a la vanguardia de la calidad genética global.
Dólares: anticipan que julio podría cerrar con casi US$2100 millones por exportaciones de granos
A la tradición de los ojos expertos, se suman las tecnologías y herramientas de manejo que buscan llegar a la máxima eficiencia en producción de kilos de carne por hectárea. Palermo es una síntesis de la innovación, tal como la tenían los pioneros que trajeron a Tarquino, Niágara y Virtuoso en el siglo XIX.
Esa excelencia ganadera, para desarrollar todo su potencial, requiere de un horizonte de mediano y largo plazo con reglas claras. En diciembre pasado comenzó un nuevo ciclo político que promete liberar al sector de las ataduras. De allí la expectativa favorable que mantiene gran parte de los productores. Medidas como el fin de la prohibición a exportar determinados cortes y el compromiso de no recurrir a los controles de precios, decisiones que provocaron un golpe feroz a la cadena, alientan la expectativa de un tiempo mejor.
Sin embargo, la presión tributaria y las distorsiones económicas todavía vigentes les ponen un freno a la actividad. El Estado mantiene los Derechos de Exportación (DEX), mal llamadas retenciones, a la carne en un 9%. A principio de año, la actual gestión económica, en la versión original de la Ley Bases, pretendió llevarlos al 15%. Tras el rechazo de la producción y la industria, desistió de incorporar esta suba en el paquete fiscal. A los competidores del Mercosur, Brasil, Uruguay y Paraguay, no les cobran un impuesto a quienes generan divisas por exportaciones. Tampoco en los países vecinos hay brechas cambiarias: tienen el mismo dólar para comprar que para vender.
El presidente Javier Milei ha prometido que una vez que se alcancen los objetivos de reducir el déficit fiscal, origen de la emisión monetaria que provoca la inflación, se encarará la baja de los impuestos.
Cuanto más rápido se llegue a esa etapa, la ganadería argentina podrá lanzarse a desarrollar todo su potencial. Si con la estabilidad de la economía viene la recuperación del salario, el mercado interno, destino de casi el 70% de la producción de carne, volverá a recuperar fuerza.
El otro favor preponderante de la ecuación ganadera, la demanda internacional, está generando buenas noticias. De acuerdo con el último informe del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), sobre datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés), hay un quiebre de tendencia de la demanda china para 2025 con un incremento de las importaciones en 450.000 toneladas respecto de su anterior estimación. De esa manera, el gigante asiático importaría 3,9 millones de toneladas. Hasta hace un mes, el USDA preveía una caída en las compras anuales de China por los abundantes stocks y la búsqueda de otras proteínas animales.
El otro mercado que también registra un aumento de la demanda es el de Estados Unidos. “El aumento viene dado por una sólida demanda interna en medio de un proceso de contracción de su rebaño ganadero que lo lleva a reducir su producción local hasta el nivel más bajo desde 2018, aumentando en consecuencia su demanda externa a casi 1,9 millones de toneladas, más de un 20% en los últimos dos a tres años”, destaca el informe del Rosgan.
Cabe recordar que juntos, China y Estados Unidos, representan el 53% de las importaciones mundiales de carne vacuna. ¿La Argentina volverá a desaprovechar esta oportunidad como tantas veces ocurrió en el pasado o alineará a todos los integrantes de la cadena en pos de un objetivo común? Es una pregunta que seguramente tendrá una respuesta el martes próximo cuando se celebre en la Rural de Palermo una jornada ganadera. También es una respuesta que se puede dar desde el Gobierno para que no haya que sentarse a esperar que se componga la macroeconomía y comenzar a tomar medidas.
Además, sin políticas extraordinarias como el RIGI, aprobado en la ley Bases, la agroindustria tiene en el negocio de las carnes y el ganado un sector ideal para canalizar inversiones.
En el escenario internacional, los competidores también juegan. De hecho, el informe del Rosgan advierte que se prevé un aumento de las exportaciones de Brasil y de Australia (juntos, tienen el 39% de la oferta global de carne vacuna). Será cuestión de no dormirse.
El comienzo de la Exposición Rural de Palermo vuelve a poner el foco sobre la ganadería. En la semana, la jura y los remates de las principales razas volverán a marcar el pulso de la actividad. Pese a las políticas intervencionistas de los últimos años y a la inestabilidad económica, criadores y productores se esfuerzan año a año por sostener al rodeo argentino a la vanguardia de la calidad genética global.Dólares: anticipan que julio podría cerrar con casi US$2100 millones por exportaciones de granosA la tradición de los ojos expertos, se suman las tecnologías y herramientas de manejo que buscan llegar a la máxima eficiencia en producción de kilos de carne por hectárea. Palermo es una síntesis de la innovación, tal como la tenían los pioneros que trajeron a Tarquino, Niágara y Virtuoso en el siglo XIX.Esa excelencia ganadera, para desarrollar todo su potencial, requiere de un horizonte de mediano y largo plazo con reglas claras. En diciembre pasado comenzó un nuevo ciclo político que promete liberar al sector de las ataduras. De allí la expectativa favorable que mantiene gran parte de los productores. Medidas como el fin de la prohibición a exportar determinados cortes y el compromiso de no recurrir a los controles de precios, decisiones que provocaron un golpe feroz a la cadena, alientan la expectativa de un tiempo mejor.Sin embargo, la presión tributaria y las distorsiones económicas todavía vigentes les ponen un freno a la actividad. El Estado mantiene los Derechos de Exportación (DEX), mal llamadas retenciones, a la carne en un 9%. A principio de año, la actual gestión económica, en la versión original de la Ley Bases, pretendió llevarlos al 15%. Tras el rechazo de la producción y la industria, desistió de incorporar esta suba en el paquete fiscal. A los competidores del Mercosur, Brasil, Uruguay y Paraguay, no les cobran un impuesto a quienes generan divisas por exportaciones. Tampoco en los países vecinos hay brechas cambiarias: tienen el mismo dólar para comprar que para vender.El presidente Javier Milei ha prometido que una vez que se alcancen los objetivos de reducir el déficit fiscal, origen de la emisión monetaria que provoca la inflación, se encarará la baja de los impuestos.Cuanto más rápido se llegue a esa etapa, la ganadería argentina podrá lanzarse a desarrollar todo su potencial. Si con la estabilidad de la economía viene la recuperación del salario, el mercado interno, destino de casi el 70% de la producción de carne, volverá a recuperar fuerza.El otro favor preponderante de la ecuación ganadera, la demanda internacional, está generando buenas noticias. De acuerdo con el último informe del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), sobre datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés), hay un quiebre de tendencia de la demanda china para 2025 con un incremento de las importaciones en 450.000 toneladas respecto de su anterior estimación. De esa manera, el gigante asiático importaría 3,9 millones de toneladas. Hasta hace un mes, el USDA preveía una caída en las compras anuales de China por los abundantes stocks y la búsqueda de otras proteínas animales.El otro mercado que también registra un aumento de la demanda es el de Estados Unidos. “El aumento viene dado por una sólida demanda interna en medio de un proceso de contracción de su rebaño ganadero que lo lleva a reducir su producción local hasta el nivel más bajo desde 2018, aumentando en consecuencia su demanda externa a casi 1,9 millones de toneladas, más de un 20% en los últimos dos a tres años”, destaca el informe del Rosgan.Cabe recordar que juntos, China y Estados Unidos, representan el 53% de las importaciones mundiales de carne vacuna. ¿La Argentina volverá a desaprovechar esta oportunidad como tantas veces ocurrió en el pasado o alineará a todos los integrantes de la cadena en pos de un objetivo común? Es una pregunta que seguramente tendrá una respuesta el martes próximo cuando se celebre en la Rural de Palermo una jornada ganadera. También es una respuesta que se puede dar desde el Gobierno para que no haya que sentarse a esperar que se componga la macroeconomía y comenzar a tomar medidas.Además, sin políticas extraordinarias como el RIGI, aprobado en la ley Bases, la agroindustria tiene en el negocio de las carnes y el ganado un sector ideal para canalizar inversiones.En el escenario internacional, los competidores también juegan. De hecho, el informe del Rosgan advierte que se prevé un aumento de las exportaciones de Brasil y de Australia (juntos, tienen el 39% de la oferta global de carne vacuna). Será cuestión de no dormirse. Ganadería
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