Okonjo-Iweala: “Al comercio se lo culpa de cosas de las que no es responsable”​

El huracán Trump tomó por sorpresa al mundo. Pero mientras el presidente de los Estados Unidos se paseaba por el castillo de Windsor en su primera visita de Estado al Reino Unido, a solo dos horas de avión, en Ginebra, más de 4500 personas estaban reunidas ayer en el encuentro anual de la Organización Mundial de Comercio (OMC), una de las organizaciones surgidas en el siglo XX para facilitar y regular el intercambio global de bienes y servicios, más jaqueadas hoy por la guerra de aranceles iniciada por el líder republicano.

“Al comercio se le culpa mucho de cosas de las que no es responsable. Y lo que se está haciendo es es que se están utilizando instrumentos comerciales para resolver problemas que no están relacionados con el comercio, como la inmigración o el narcotráfico. Cuando hay cuestiones geoestratégicas y geopolíticas que se intentan resolver mediante aranceles, que no tienen nada que ver con el comercio, como OMC no podemos participar en discusiones de este tipo”, sentencia con tono firme, casi por momentos con dejos de irritación, Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC.

“Mucho de lo que se culpa al comercio se debe en realidad a desequilibrios macroeconómicos. Por ejemplo, el superávit de China y el déficit de EE.UU. no son solo temas comerciales. Son problemas de ahorro y consumo. Porque en China hay muy poco consumo interno; en Estados Unidos, hay muy poco ahorro, con un enorme déficit fiscal de alrededor del 7% del PBI. Esos desequilibrios son problemas macroeconómicos que necesitan resolverse con otros instrumentos. ¿De acuerdo?”, continúa con vehemencia la economista nigeriana, que está cumpliendo su segundo mandato al frente de la OMC.

Horas antes de que comenzara el evento que por dos días copó Ginebra, Okonjo-Iweala recibió a un reducido grupo de periodistas. El nombre de Trump no surgió nunca en sus respuestas, pero sobrevoló cada uno de sus comentarios, que fueron de una franqueza por momentos inusual para un organismo en donde manda la diplomacia.

—¿Hay margen para el multilateralismo?

—Estamos enfrentando desafíos y disrupciones sin precedentes, que han socavado el sistema de comercio global de la OMC. Los datos están ahí: a comienzos de año, antes de los aranceles, el 80% del comercio global se realizaba bajo las reglas de la OMC; ahora es el 72%. Como economista, y al observar los datos, me asombra que todavía siga siendo tan importante. Porque cuando uno lee lo que está pasando en el mundo, se dice que el multilateralismo ha terminado. Eso no es cierto. Casi tres cuartas partes del comercio mundial todavía se realizan bajo los términos de la cláusula de la nación más favorecida de la OMC.

—¿Por qué, entonces, el mundo reacciona como si esto no sucediera?

—Primero, hay que saber que Estados Unidos es muy importante; para ciertos países, es su principal socio. El sistema comercial mundial fue creado para la interdependencia, pero lo que vemos hoy es sobredependencia. Por eso Estados Unidos tiene tanta influencia. Y cuando Estados Unidos dice: “Estás demasiado dependiente de nosotros”, deberías pensar: ¿Por qué no diversificar tus mercados? Si dependes demasiado de China para suministros críticos, eso también es una lección. Aprendamos: la sobredependencia no es resiliencia. No funciona. Pero Estados Unidos representa solo el 13% del comercio mundial. El 87% del comercio ocurre fuera. Nuestros miembros están tratando de comerciar entre ellos. Y hemos estado hablando con ellos para que, en la medida de lo posible, no tomen represalias. Porque ya vivimos esto antes, en los años 30, cuando los países respondieron con medidas proteccionistas y el comercio global cayó en un completo caos. Estados Unidos cayó en la Gran Depresión, la economía mundial entró en crisis, y luego tuvimos la Segunda Guerra Mundial. Fue después de eso que creamos este sistema y dijimos: “nunca más”. Por eso, nuestros miembros han actuado de manera muy responsable. El punto es que, aunque tenemos disrupciones, existe un núcleo multilateral resiliente. Hay mucha incertidumbre y tenemos que vivir con ella. Pero en el fondo hay estabilidad.

—Al mismo tiempo se escuchan críticas a la OMC…

—Hay críticas hacia la OMC, y creo que algunas son válidas. Y Estados Unidos no es el único país que las tiene. Los países en desarrollo se quejan de que necesitan estar mejor integrados en el sistema, que necesitamos ayudarlos a aumentar sus ingresos y a tener una mayor participación en el comercio, que necesitan más margen dentro de las reglas para poder industrializarse, especialmente los mercados emergentes. Y los países desarrollados dicen que hay prácticas comerciales injustas por parte de algunos miembros: falta de transparencia, falta de igualdad de condiciones. ¿Podemos identificar todos estos problemas y también revisar la forma en que tomamos decisiones? El consenso perfecto (los 166 socios deben aprobar todas las propuestas) es algo hermoso, porque el miembro más pequeño tiene el mismo poder que el más grande. El problema es que a veces puede bloquear la toma de decisiones, porque le da a cada uno poder de veto. Tenemos que encontrar una forma de tomar decisiones en la que, si la mayoría considera que algo es bueno y quiere implementarlo, ¿por qué lo estás bloqueando? ¿Acaso daña el desarrollo de tu país? ¿O simplemente lo haces por ideología? Entonces estás impidiendo que otros se beneficien. Estas son las reformas de las que debemos hablar. Ya estamos trabajando en ellas. Los ministros deben involucrarse en la discusión de estos temas y definir las modalidades. Esto sucederá en la 14ª Conferencia Ministerial, en marzo. Y luego debemos implementar realmente las reformas.

—¿Qué pasa con China en la OMC?

—China ha sido un miembro constructivo. Pero también necesita abrirse y, como cualquier otro miembro, considerar las críticas. Debe analizar en qué puede ayudar para que las reformas avancen. Y por lo que he escuchado del presidente Xi Jinping y del primer ministro Li Qiang, están abiertos a examinar qué reformas necesita la OMC y cómo China puede desempeñar un papel instrumental en hacerlas realidad, incluso en áreas donde China deba revisar su propio enfoque comercial. Así que debemos tomarles la palabra y trabajar juntos.

— ¿Tiene la OMC suficientes herramientas y poder para hacer que los países respeten el multilateralismo?

—Las tenemos, pero deben ser usadas por los miembros. No soy yo ni la secretaría quienes tomamos acción. Eso es algo que la gente no entiende. Cuando dicen “la OMC hizo esto”, siempre pregunto: ¿Quién es la OMC? ¡Son ustedes!

—¿Cree que el dólar podría estar en riesgo como moneda global?

—Es un gran tema. Pero el dólar no está en peligro de desaparecer. El comercio Sur-Sur está creciendo, ha pasado de 10% en 1990 a alrededor de 35% ahora. Eso es emocionante y debemos alentarlo. Y parte de ese comercio ya se hace en monedas locales. Pero dicho esto, no veo que el dólar desaparezca pronto. Ha tomado mucho tiempo construir la confianza en torno a él. Así que, incluso si hay cambios, tomará tiempo.

—¿Qué pasa con el sistema de resolución de disputas de la OMC? Desde 2019 que está paralizado porque Estados Unidos bloquea la designación de jueces.

—Existe una creencia equivocada de que, por eso, todo el sistema de solución de diferencias está paralizado. Y no está paralizado. El sistema ha estado recibiendo casos. El sistema está funcionando. Están encontrando alternativas, como acuerdos multipartitos para recurrir a arbitrajes. Muchos países utilizan la mediación, el arbitraje, el diálogo. Pero, obviamente, el órgano sigue estando limitado. Probablemente busquemos formas de reformarlo.

—¿Cuáles serán las prioridades de este mandato?

—Son tres: Primero, preservar lo que funciona en la OMC. Hay muchas cosas buenas. Segundo, reparar lo que no funciona. Aprovechar esta crisis como una oportunidad para hacer reformas y reposicionar la organización. Y tercero, prepararse para el futuro. ¿Qué cosas nuevas están ocurriendo en el comercio que requieren reglas nuevas? Por ejemplo, Inteligencia Artificial (IA) y tecnologías emergentes. Estamos lanzando el informe mundial sobre comercio, enfocado en IA. Estamos por delante de la curva. Y quiero que el mundo preste más atención, porque si no, perderemos de vista lo esencial.

​ La directora general de la Organización Mundial del Comercio sostuvo que muchos problemas existen por los desequilibrios económicos y no por la forma del intercambio entre países; “hay cuestiones geopolíticas que se intentan resolver con aranceles”, advirtió  Economía 

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