Obligado a vivir en la intemperie y bajo el calor intenso, conocieron su triste pasado cuando lo rescataron: “Tenía demasiada energía”​

Era un sofocante día de junio en Texas cuando el rápido paseo de Desiree Reyes con sus perros, Knox y Coal, se convirtió en un momento preocupante. Al pasar por una casa del vecindario, Reyes vio a un animal que llamó su atención. Jadeaba, estaba de pie en un patio cercado y tenía la mirada perdida.

Si bien era la primera vez que se encontraba con ese cocker spaniel, no era el primer animal que veía en la casa. De hecho, hacía un par de años había presenciado una situación similar. En días calurosos, de intensa lluvia o frío extremo, aquel animal siempre estaba en el patio de la casa.

Enfermo y sin fuerzas, cruzaba en la ruta entre camiones que circulaban a gran velocidad: “Me metí abajo de uno y lo agarré”

“La idea era que se quedara afuera”

En ese entonces, aunque Reyes había hecho todo lo posible para convencer a los tutores de que llevaran al perro adentro, al principio se negaron. Pero a las pocas semanas, el perro dejó de salir y Reyes nunca lo volvió a ver. Esperaba que fuera una señal de que finalmente pasaba más tiempo adentro, pero ver al nuevo cocker spaniel de repente la hizo sentir inquieta.

“Cuando volví a ver a otro perro en el jardín, supe que el plan de los humanos responsables no había cambiado: como estaba a la vista, la idea era que ese segundo perro también permaneciera afuera. Lo preocupante era que, esos días, habíamos estado experimentando días de 32°C en Houston, y ni siquiera era pleno verano”.

Reyes estaba preocupada, pero se sentía impotente en ese momento. Así que saludó al perro y prometió pasar a verlo todos los días. Efectivamente, cada vez que pasaba por la casa, el perro estaba parado al otro lado de la cerca, mirando con anhelo el mundo que lo rodeaba. “Empezamos a llevarle golosinas cada mañana, y pronto, corría a la cerca a saludarnos, meneando la cola”.

Los perros y gatos son más vulnerables al calor que los humanos debido a la falta de glándulas sudoríparas, que solo se encuentran en sus patas. Su principal forma de regular la temperatura es a través del jadeo y el contacto con superficies frías, explican desde MSD Salud Animal. Sin embargo, cuando estos mecanismos no son suficientes, puede producirse un golpe de calor, que se caracteriza por un aumento excesivo de la temperatura corporal. Este trastorno puede tener consecuencias graves, desde efectos temporales hasta daños permanentes o incluso la muerte, dependiendo de factores como la exposición al calor y las características del animal.

Por eso, en días de calor agobiante, los expertos aconsejan tomar algunos recaudos: poner a disposición agua fresca en diferentes lugares de la casa; refrescar el cuerpo del animal en zonas blandas o con poco pelaje, como sus axilas y panza; prestar atención a signos de alerta como jadeo excesivo, lengua muy roja, letargo o vómitos y acudir al veterinario ya que requieren atención urgente.

“Lo noté angustiado”

A medida que pasaban los días y el clima veraniego se intensificaba, Reyes se preocupó más por la cantidad de horas que el cachorro pasaba al aire libre. Dejó una nota en la puerta principal explicando las leyes estatales sobre la necesidad de un refugio adecuado para los perros, pero fue en vano. Un día, cuando una fuerte tormenta se cernía sobre el vecindario, Reyes finalmente llamó a la puerta. “Esa tarde noté al perro particularmente angustiado”, dijo Reyes. “Volví a tocar, y esta vez, el dueño de la casa abrió”.

Tras una breve conversación, los temores de Reyes se confirmaron: el perro no podía entrar. Cuando Reyes preguntó si entregarían al cachorro para que encontrara un hogar mejor, le extendieron la correa sin hacer preguntas. Reyes se sintió aliviada, pero el cachorro, que luego descubrió que se llamaba Benny, estaba aún más feliz.

“Benny corrió directo a mi casa emocionado, donde lo recibió un gran patio para correr y dos labradores gigantes”. De inmediato se puso en contacto con Rescue Texas. Su fundadora, Tracey Cline, tomó cartas en el asunto de inmediato. Escaneó a Benny en busca de un microchip y, al contactar a sus tutores originales, se enteró de su desgarrador pasado.

“Tenía demasiada energía”

“Originalmente era un animal de interior, comprado de cachorro, pero alrededor de los dos años fue realojado en el patio de aquella casa porque tenía ‘demasiada energía’”, dijo Reyes. Aunque los dos primeros tutores de Benny no lo lo habían comprendido ni estado a la altura de sus necesidades, Reyes lo amó al instante y aceptó transitarlo hasta que llegara la familia perfecta.

Mientras Reyes revisaba los detalles de la logística para encontrar su hogar definitivo, como colaborar con Cocker Spaniel Rescue of East Texas (CockerKids), Benny se esforzó por reconectar con su espíritu de cachorro en su nuevo hogar. Con el correr de los días se convirtió en un perro completamente diferente. “Su espíritu se iluminó casi de la noche a la mañana. Es increíblemente dulce, juguetón por fuera, pero tranquilo por dentro”.

No pasaron muchos días hasta que apareció la familia perfecta para Benny. Hoy, el perro que alguna vez había sido condenado al olvido, vive en una casa con parque en Shreveport, una ciudad ubicada en el estado de Luisiana. Allí comparte sus días con niños en edad escolar, otro perro y una mamá que lo mima día y noche.

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Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com

​ Era un sofocante día de junio en Texas cuando el rápido paseo de Desiree Reyes con sus perros, Knox y Coal, se convirtió en un momento preocupante. Al pasar por una casa del vecindario, Reyes vio a un animal que llamó su atención. Jadeaba, estaba de pie en un patio cercado y tenía la mirada perdida.Si bien era la primera vez que se encontraba con ese cocker spaniel, no era el primer animal que veía en la casa. De hecho, hacía un par de años había presenciado una situación similar. En días calurosos, de intensa lluvia o frío extremo, aquel animal siempre estaba en el patio de la casa.Enfermo y sin fuerzas, cruzaba en la ruta entre camiones que circulaban a gran velocidad: “Me metí abajo de uno y lo agarr锓La idea era que se quedara afuera”En ese entonces, aunque Reyes había hecho todo lo posible para convencer a los tutores de que llevaran al perro adentro, al principio se negaron. Pero a las pocas semanas, el perro dejó de salir y Reyes nunca lo volvió a ver. Esperaba que fuera una señal de que finalmente pasaba más tiempo adentro, pero ver al nuevo cocker spaniel de repente la hizo sentir inquieta.“Cuando volví a ver a otro perro en el jardín, supe que el plan de los humanos responsables no había cambiado: como estaba a la vista, la idea era que ese segundo perro también permaneciera afuera. Lo preocupante era que, esos días, habíamos estado experimentando días de 32°C en Houston, y ni siquiera era pleno verano”.Reyes estaba preocupada, pero se sentía impotente en ese momento. Así que saludó al perro y prometió pasar a verlo todos los días. Efectivamente, cada vez que pasaba por la casa, el perro estaba parado al otro lado de la cerca, mirando con anhelo el mundo que lo rodeaba. “Empezamos a llevarle golosinas cada mañana, y pronto, corría a la cerca a saludarnos, meneando la cola”. Los perros y gatos son más vulnerables al calor que los humanos debido a la falta de glándulas sudoríparas, que solo se encuentran en sus patas. Su principal forma de regular la temperatura es a través del jadeo y el contacto con superficies frías, explican desde MSD Salud Animal. Sin embargo, cuando estos mecanismos no son suficientes, puede producirse un golpe de calor, que se caracteriza por un aumento excesivo de la temperatura corporal. Este trastorno puede tener consecuencias graves, desde efectos temporales hasta daños permanentes o incluso la muerte, dependiendo de factores como la exposición al calor y las características del animal.Por eso, en días de calor agobiante, los expertos aconsejan tomar algunos recaudos: poner a disposición agua fresca en diferentes lugares de la casa; refrescar el cuerpo del animal en zonas blandas o con poco pelaje, como sus axilas y panza; prestar atención a signos de alerta como jadeo excesivo, lengua muy roja, letargo o vómitos y acudir al veterinario ya que requieren atención urgente. “Lo noté angustiado”A medida que pasaban los días y el clima veraniego se intensificaba, Reyes se preocupó más por la cantidad de horas que el cachorro pasaba al aire libre. Dejó una nota en la puerta principal explicando las leyes estatales sobre la necesidad de un refugio adecuado para los perros, pero fue en vano. Un día, cuando una fuerte tormenta se cernía sobre el vecindario, Reyes finalmente llamó a la puerta. “Esa tarde noté al perro particularmente angustiado”, dijo Reyes. “Volví a tocar, y esta vez, el dueño de la casa abrió”.Tras una breve conversación, los temores de Reyes se confirmaron: el perro no podía entrar. Cuando Reyes preguntó si entregarían al cachorro para que encontrara un hogar mejor, le extendieron la correa sin hacer preguntas. Reyes se sintió aliviada, pero el cachorro, que luego descubrió que se llamaba Benny, estaba aún más feliz.“Benny corrió directo a mi casa emocionado, donde lo recibió un gran patio para correr y dos labradores gigantes”. De inmediato se puso en contacto con Rescue Texas. Su fundadora, Tracey Cline, tomó cartas en el asunto de inmediato. Escaneó a Benny en busca de un microchip y, al contactar a sus tutores originales, se enteró de su desgarrador pasado.“Tenía demasiada energía”“Originalmente era un animal de interior, comprado de cachorro, pero alrededor de los dos años fue realojado en el patio de aquella casa porque tenía ‘demasiada energía’”, dijo Reyes. Aunque los dos primeros tutores de Benny no lo lo habían comprendido ni estado a la altura de sus necesidades, Reyes lo amó al instante y aceptó transitarlo hasta que llegara la familia perfecta.Mientras Reyes revisaba los detalles de la logística para encontrar su hogar definitivo, como colaborar con Cocker Spaniel Rescue of East Texas (CockerKids), Benny se esforzó por reconectar con su espíritu de cachorro en su nuevo hogar. Con el correr de los días se convirtió en un perro completamente diferente. “Su espíritu se iluminó casi de la noche a la mañana. Es increíblemente dulce, juguetón por fuera, pero tranquilo por dentro”.No pasaron muchos días hasta que apareció la familia perfecta para Benny. Hoy, el perro que alguna vez había sido condenado al olvido, vive en una casa con parque en Shreveport, una ciudad ubicada en el estado de Luisiana. Allí comparte sus días con niños en edad escolar, otro perro y una mamá que lo mima día y noche. Compartí una historiaSi tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com  Lifestyle 

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