“No podía soportarlo”: la madre mexicana que prefirió ser deportada con sus hijos antes de ir a la cárcel en Los Ángeles

Modesta Matías Aquino, madre latina y trabajadora agrícola en California, enfrentó una difícil decisión el 10 de julio: permanecer en Estados Unidos bajo custodia federal en Los Ángeles o regresar voluntariamente a México. Tras una redada en Glass House Farms, donde trabajaba con sus hijas adolescentes, Aquino y más de 300 inmigrantes indocumentados fueron detenidos, y su familia de estatus mixto quedó en una situación complicada.
Aquino y dos de sus hijas fueron detenidas por agentes de migración cuando trabajaban en California
Aquino, de 43 años, migró a Estados Unidos cuando era adolescente. Con el tiempo, dio a luz a sus siete hijas, cuatro en el país norteamericano y tres en México, mientras cruzaba la frontera una docena de veces.
En 2014, había conseguido trabajo en Glass House Farms, una de las principales marcas de cannabis. Aquino llegó a ser jefa de cuadrilla y supervisar a 240 empleados. Ganaba más de 20 dólares por hora y, con horas extra, superaba los US$1000 a la semana. “Fue el mejor trabajo que tuve en mi vida”, contó a Los Angeles Times.
Su plan era quedarse en California hasta cumplir 65 años y luego retirarse a su ciudad natal, Yojuela, en Oaxaca, México, e invertir sus ahorros para abrir una tienda. Sin embargo, el 10 de julio, mientras trabajaba, escuadrones enmascarados cerraron el complejo. “Con todo lo que estaba pasando, con las redadas, había rumores de que algo malo podía ocurrir”, recordó la mexicana.
Aquino y dos de sus hijas, de 16 y 19 años, estuvieron entre más de 300 inmigrantes indocumentados, incluidos al menos diez menores, detenidos en dos instalaciones de Glass House. “La gente corría por todos lados. Algunos intentaban esconderse dentro de los invernaderos. Otros se metían en los ductos de ventilación. Fue un caos total”, afirmó la mujer.
Tras su captura, las mexicanas fueron trasladadas a un centro de detención en Los Ángeles. En ese momento, la madre enfrentó la decisión de aceptar la deportación a México o pelear su expulsión en la corte. “Me dijeron que podía estar encerrada meses, quizá un año, sin ver a mis hijos. Simplemente, no podía soportar eso”, relató Aquino.
Finalmente, optó por regresar voluntariamente a México, pero con la condición de que debía ir acompañada de sus dos hijas más pequeñas, de dos y cinco años, y de su nieto. Según la mexicana, tras algunas negociaciones, ya que inicialmente las autoridades se negaron a enviar menores, se llegó a un acuerdo y fueron trasladados en una camioneta rumbo a Tijuana. “Adelante. Ya estás de vuelta en tu país”, le dijo un agente al dejarlos en la frontera.
Luego de siete años, Aquino y su familia volvieron a Yojuela, su ciudad natal
Tras siete años sin pisar su tierra natal, Aquino y su familia regresaron en julio, 20 días después de su detención. Luego de tres días de viaje en autobús, llegaron a la aldea de Yojuela, ubicada en la Sierra Madre Oriental, en el sur de Oaxaca. La aldea tiene unos 500 habitantes. La zona es conocida por su alfarería de barro, elaborada con tierra rojiza, y por la tradición de que los padres envían a sus hijos a trabajar en los campos de California.
“Este es el lugar donde nací y crecí”, dijo la madre. “Todos mis hijos tuvieron que irse y dejarme a sus niños, aquí no hay trabajo. Luego regresan. Luego se vuelven a ir. Es triste. Los niños nunca llegan a conocer realmente a sus padres”.
Actualmente, Aquino busca inscribir a su hija de cinco años en la escuela y encontrar algún empleo. Espera que, en uno o dos años, puedan volver a intentar regresar a California, pero por el momento, se concentra en ayudar a su familia a adaptarse a esta nueva vida.
Latina detenida en California eligió la deportación a México con sus hijos antes que enfrentar la cárcel en Los Ángeles. Migraciones
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