Ni adultos ni producción local. Una chica de 13 años administraba un grupo de WhatsApp que compartía todo tipo de pornografía
CÓRDOBA.- La Justicia de Córdoba desbarató un grupo de WhatsApp integrado por unos 160 chicos de entre 13 y 14 años que compartían contenido pornográfico, desde fotografías a videos, con imágenes infantiles, de mayores, zoofilia y gore (violencia extrema mezclada con sexo). Las fuentes de la investigación confirmaron a LA NACION que la administradora era una nena de 13 años y que no hay detrás mayores. No se trata de un caso de pedofilia y la causa pasará, en las próximas horas, al fuero Penal Juvenil.
La Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo de Juan Ávila Echenique, actuó de oficio después de que varios padres testimoniaran su preocupación en un programa de televisión. Se creó un grupo especial para recibirlos pero, finalmente, solo tres se acercaron. En un trabajo conjunto con Cibercrimen y la Policía Judicial se avanzó en la investigación.
La reconstrucción realizada es que la nena administradora arma el grupo y unos empiezan a pasarlos a otros, con lo que entre los integrantes hay chicos de diferentes barrios y colegios. Los investigadores empiezan a seguir las líneas que distribuían el material y las que más tráfico tenían.
Este martes se realizaron siete allanamientos simultáneos a la madrugada para que los menores estuvieran en sus hogares y con sus padres. Fuentes judiciales que participaron indicaron a este diario que los padres estaban “azorados”. Todos desconocían en lo que estaban involucrados sus hijos.
“No hay producción local -aclara uno de los investigadores-, pero las imágenes son aberrantes. El contenido incluye pornografía infantil, de adultos, imágenes de sexo explícito, zoofilia y gore. Todos los celulares de los chicos fueron secuestrados”.
El material que compartían en el grupo era bajado de sitios; en algunos de los móviles incluso había pegados stickers con imágenes pornográficas. “Algunos chicos, incluso, se habían empezado a borrar de la cadena”, agrega una de las fuentes.
En uno de los allanamientos, en la casa de una de las chicas que estaba como administradora, el teléfono que había empleado estaba reseteado y ya no tenía más el número ni el chip que había usado hasta hace unos días.
El grupo comenzó con la nena de 13 años invitando a cinco amigos y ellos sumaron a otro y así hasta llegar a 160. El objetivo, aparentemente, era cubrir un “desafío” y alcanzar los 1.500 integrantes. “La intención de la administradora no parecía ir por este lado, pero es lo que terminó pasando y extendiéndose”, explica uno de los líderes de la investigación.
“No es una picardía -enfatiza-. No tiene que ser tomado así, porque detrás de las imágenes que compartían hay niños abusados, hay delitos. Es muy preocupante”.
Prevención
Un aspecto a tener en cuenta es que la aplicación de WhatsApp puede ser formateada para ajustar la privacidad para controlar quiénes pueden ver la información de la cuenta y comunicarse. De manera predeterminada, WhatsApp establece que cualquier usuario puede ver la foto del perfil, confirmar las lecturas y el estado en línea. Además, cualquiera puede añadir a grupos.
Se hacía pasar por psicóloga y psiquiatra y atendía a personas con problemas de adicciones
Para cambiar eso hay que ir a Configuración, Privacidad y hacer “click” en los ajustes a cambiar para determinar quién puede acceder a hora de última conexión y estado en línea, foto del perfil, estado, o quién puede añadir al usuario a grupos.
La red fue detectada en Córdoba; la integraban 160 menores de entre 13 y 14 años, todos inimputables; empezó como un “desafío” para llegar a 1500 miembros; la Justicia afirma que tenían imágenes “aberrantes” Seguridad
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