Mundial de Clubes: Serhou Guirassy, el introvertido que se hizo goleador a los 27 e inquieta a Real Madrid​

Lamine Yamal, de 17 años y la gran figura de la Eurocopa que ganó España en 2024, consiguió 3 goles y 2 asistencias en los cuatro triunfos de Barcelona sobre Real Madrid de la temporada que se termina. Para contrarrestarlo, el club merengue contrató a Dean Huijsen, un pibe de 19 años que ya es titular en la selección a la que dirige Luis De la Fuente, y a Franco Mastantuono, de 17, que acaba de debutar en la Argentina campeona del mundo. A su vez, Xabi Alonso, su flamante director técnico, le da la manija del equipo al turco Arda Güler, de 20, la misma edad que tienen el francés Désiré Doué y el también turco Kenan Yildiz.

El fútbol mundial atraviesa una época de talentos prematuros que muestran una madurez inusual para cargar sobre sus hombros sin peso aparente responsabilidades y presiones de tamaño mayúsculo. Sin embargo, siempre quedan espacios para aquellos que necesitan procesos más largos hasta que sus condiciones naturales explotan. Es el caso de Serhou Guirassy, el goleador tardío que representa la mayor amenaza para Real Madrid en su cruce con Borussia Dortmund en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Clubes.

El autor de los dos tantos que le permitieron al conjunto germano superar a Rayados, de Monterrey, en la etapa de los octavos es la contracara de tantos jóvenes “irreverentes”, la de un futbolista de trayectoria silenciosa que un buen día se transforma en líder y enciende las luces de neón que le estuvieron vedadas desde que comenzó a trajinar las canchas. Con 29 años y 1,87 metros de estatura, el patilargo centrodelantero nacido en Arlés, Provenza francesa, pero que eligió Guinea, el país de sus padres, para ser jugador de selección, nunca había excedido de 15 tantos por campaña hasta hace dos temporadas, cuando con 27 años en el documento parecía encarar una larga recta final de carrera instalado en la medianía.

En la 2023/2024, con la camiseta de Stuttgart, Guirassy marcó 30 goles en la misma cantidad de partidos (14 en las primeras ocho fechas de la Bundesliga, récord). En la que está a punto de finalizar acumula 37 en 49 encuentros, incluidos 13 en la Champions League, en la que compartió con Raphinha el puesto de máximo artillero del certamen. Si se limita la cuenta a lo realizado en la liga alemana, en la que debutó en 2016 en un paso poco exitoso por Köln, suma 100 presencias con 62 tantos, exactamente las mismas cifras que en su día registró el legendario Gerd Müller.

“He tenido dos años de locura, pero no he cambiado nada. No trabajo más, no duermo más, no hago más análisis de video que antes. Es solo una cuestión de confianza. Sí que he comprendido que en el más alto nivel el talento no basta. Tenés que superar la barrera del dolor en los desafíos, en el esfuerzo que ponés; realizar carreras de alta intensidad una y otra veces, más rápido y con mayor frecuencia que tus oponentes. Quizás de ahí proviene el cambio”, fue su intento de explicación para el acrobático salto que dio su carrera en apenas 24 meses.

Pero tal vez haya que buscar por otros lados las razones. Las lesiones han sido desde siempre uno de los ítems en rojo en la trayectoria de Guirassy. El sitio Transfermarkt indica que el futbolista franco-guineano estuvo ausente en 75 partidos por diversos problemas físicos, a los que habría que sumar los perdidos hasta recuperar el estado óptimo para que el director técnico del momento volviera a considerarlo apto.

Su calvario comenzó de muy joven, cuando los meniscos de una rodilla frenaron su progresión en el equipo sub 17 de Laval, el club que lo formó futbolísticamente. Rodillas y tobillos volvieron a jugarle en contra en su primera experiencia en Köln, y continuaron llevándole problemas de manera periódica. En las últimas dos campañas, en cambio, Guirassy padeció dolencias menores, y se quedó afuera de la cancha solamente en un puñado de ocasiones por ese motivo.

La cuestión psíquica es el otro aspecto por mirar para entender por qué la eficacia anotadora que se le suponía a Serhou Guirassy no terminaba de concretarse. “Tenía un potencial superior, un perfil atlético poderoso y una madurez física obvia para su edad”, recuerda Alexis Brouard, preparador físico del centro de entrenamiento de Laval, refiriéndose a cuando el futbolista tenía 14 años y medía más de 180 centímetros de estatura. Pero ya en aquella época sus profesores vieron que el camino al éxito no iba a resultarle sencillo: “Lo primero que se podía suponer era que a esa edad y con esa altura tendría más capacidad para afrontar el ritmo y la intensidad de un partido y de los duelos con los defensores. Pero era un chico introvertido y silencioso, y fue necesario entender que no se trataba de un adulto pequeño sino de un adolescente alto. Y había que ver cómo evolucionaría hasta la madurez social y emocional. Era todo un conjunto por tener en cuenta”.

Guirassy atravesó con altibajos etapas en Lille, Köln, Amiens y Rennes, hasta que algo comenzó en septiembre de 2022, cuando llegó a Stuttgart cedido en préstamo. Al final de esa temporada, Bayern sacudiría el mercado abonando 95 millones de euros por el pase de Harry Kane, pero Lothar Matthäus, referente histórico del club de Múnich, no tuvo reparos en revelar algo controvertido: “Yo habría elegido a Guirassy, porque tiene todo lo que necesita un delantero de primer nivel”. Acertó a medias, porque el crack inglés relegó al guineano como máximo goleador de la Bundesliga en estos dos años, pero la comparación es más pareja si se tiene en cuenta la relación precio-calidad: Stuttgart le pagó 9 millones a Rennes en la compra definitiva de Guirassy, y Borussia Dortmund ejecutó la cláusula de rescisión valorada en 18 millones doce meses después.

En el partido que cerrará la rueda de los cuartos de final del Mundial de Clubes, el equipo de la cuenca del Rühr tendrá en los botines y la cabeza de su longilíneo delantero la carta ganadora para afrontar el reto mayúsculo de eliminar a Real Madrid. Nico Kovac, el entrenador aurinegro, lo halagó en marzo pasado: “Nuestro seguro de vida”, lo definió. Comprobar hasta dónde Serhou Guirassy, el goleador tardío que desafía la moda de los talentos adolescentes, puede responder a semejante calificativo será uno de los grandes atractivos de la tarde del sábado en Nueva Jersey.

​ “Es solo una cuestión de confianza”, explica el delantero de Borussia Dortmund, que explotó en 2023 y será adversario de la Casa Blanca  Fútbol 

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