Miguel Russo está mejor, supervisó la práctica de Boca y se ilusiona con dirigir frente a Rosario Central

Volvió una tarde, al lugar de siempre. Ese césped que le da vida, donde recupera la sonrisa y encuentra la mejor terapia. Diez días después de haber estado internado en la clínica Fleni por una recaída en sus defensas que le provocó una infección urinaria, Miguel Ángel Russo regresó a una práctica de Boca. No lo hizo con la energía de siempre, pero acompañó los trabajos que condujo Claudio Úbeda, charló con Juan Román Riquelme y con los jugadores, y antes de que cayera el sol emprendió la vuelta a casa.
Su intención es estar este domingo en el Gigante de Arroyito, cuando Boca visite a Rosario Central con la posibilidad de alcanzar la cima de la Zona A si lo ayudan los resultados. Su presencia se definirá en estas horas, de acuerdo a cómo se sienta. Lo deportivo, por ahora, queda en segundo plano: lo importante es que Russo está mejor, y llevó tranquilidad a todo el fútbol argentino.
El técnico, de 69 años, había ingresado el lunes de la semana pasada al centro médico de Belgrano porque se sentía débil. Los estudios detectaron una alteración en la orina, confirmada después con un urocultivo. Cuando las defensas bajan, el sistema inmunológico pierde capacidad para combatir microorganismos que habitualmente no traen problemas. Eso fue lo que le ocurrió a Russo, a quien ya se lo había visto cansado y somnoliento en los últimos partidos. El cuadro generó preocupación, más aún por sus antecedentes: en 2017 padeció cáncer de vejiga y de próstata, y como paciente oncológico debe estar muy atento a cualquier señal mínima de alarma. Una infección urinaria no tratada puede ocasionar un daño renal o, si la infección pasa al torrente sanguíneo, derivar en una infección generalizada, con consecuencias mucho más serias. Por eso la decisión de internarse rápido, en la que tuvo mucho que ver la familia, fue clave para evitar riesgos.
De a poco, todo empezó a encaminarse. Con cuidados estrictos, sin apurar la recuperación y siguiendo al pie de la letra las indicaciones de los médicos. Russo recibió el alta el viernes pasado, aunque le recomendaron no volver de inmediato a su rutina laboral. En esos días, las prácticas quedaron en manos de Claudio Úbeda, pero siempre con el monitoreo de Miguel a la distancia. Desde la internación y también desde su casa, mantuvo contacto con su ayudante, con Riquelme y con los médicos del club. Este jueves, en su regreso, también apareció Román en la Bombonera para darle la bienvenida y dejarle un mensaje claro: primero está su salud, después el equipo.
El regreso de Russo tuvo un factor extra: el clima. Si la práctica hubiese sido por la mañana en Ezeiza, en un predio abierto y con temperaturas bajas, tal vez habría preferido quedarse adentro. Pero como el ensayo se organizó en la Bombonera, a las dos de la tarde y con más de 20 grados, se animó a volver. Boca realizó allí la práctica de fútbol con la mira puesta en Central. “Se irá viendo día a día la evolución. Si Miguel se siente bien, va a viajar”, confiaron a LA NACION desde el predio, marcando que la decisión final se tomará sobre la hora. En cuanto al equipo, la única variante con respecto al triunfo sobre Aldosivi fue el ingreso de Leandro Brey en el arco por el lesionado Agustín Marchesin.
Otro motivo que refuerza la posibilidad de su vuelta este fin de semana es que el partido se jugará en la cancha de Rosario Central, que es casi un segundo hogar para Russo. Es uno de los clubes donde más cariño le tienen, donde fue campeón, y además mantiene una amistad personal con Gonzalo Belloso, actual presidente del Canalla. Así, en el Gigante tendrá todas las comodidades posibles: desde atención médica especial en caso de necesitarla hasta un lugar alternativo para ver el partido con más comodidad, ya que los bancos de suplentes en esa cancha están en una fosa, a un nivel más bajo que el campo de juego. El único inconveniente es el viaje. Boca tiene previsto salir el sábado en micro y hospedarse en Rosario hasta después del partido, pero si fuera necesario, Russo podría viajar el mismo domingo. Y si no, su regreso quedará para la semana siguiente, contra Central Córdoba en la Bombonera.
La aparición de Russo en la práctica sorprendió a más de uno. Con apenas dos entrenamientos por delante antes de enfrentar a Central, hasta los propios jugadores imaginaban que recién volvería después del partido. Pero Miguel se recuperó bien en su casa, compartió tiempo con su familia y se mantuvo enfocado en regresar cuanto antes. Aunque el ensayo estuvo a cargo de Úbeda, Russo siguió todo de cerca y será él quien defina la formación para el domingo. Su sola aparición transmitió tranquilidad puertas adentro y fue recibida con alegría por el plantel, que más allá de los vaivenes futbolísticos mantiene un fuerte aprecio por el entrenador.
La vuelta de Russo está cada vez más cerca, aunque su regreso a las prácticas se trata por ahora de solo una señal positiva. El tiempo lo determinarán los médicos y cómo él se sienta en el día a día, aunque lo primordial sigue siendo su salud.
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