Los Juegos Olímpicos de París 2024 se despidieron con un show impactante y conmovedor​

PARIS.- Conmovedora, mágica, sanguínea, hubo una invitación a hurgar en lo más profundo del olimpismo y su vértigo de emociones. En esa remembranza eterna, interminables luces, efectos y sonidos animaron una fiesta sin igual, para quedar hipnotizados desde lo visual y sacudir el cuerpo con variados estilos musicales a todo volumen. El mundo entero quedó representando sobre la superficie del Stade de France, escenario de la ceremonia de clausura de París 2024, que se despidió con honores tras una realización impecable. ¡Qué cierre!

En esa cancha icónica se reunieron 71.500 almas, con 9000 atletas de 205 delegaciones que desfilaron en una superficie de 2400 metros cuadrados. Un espectáculo que reunió a 270 artistas después de 35 días de ensayo. Y en donde el atletismo cobró una dimensión especial, porque por primera vez el maratón femenino cerró los Juegos y se premió a las tres del podio: la neerlandesa Sifan Hassan, la etíope Tigst Assefa y la keniata Hellen Obiri.

Y claro, el sabor nacional. Después de disfrutar de las mieles del reconocimiento durante unos días en nuestro país, a José “Maligno” Torres lo hicieron volver a la Ciudad Luz para ser abanderado de la Argentina en compañía de Eugenia Bosco, ganadora de la medalla plateada en yachting junto con Mateo Majdalani. Un instante de máximo orgullo para la dupla de atletas, en sintonía con unos Juegos que se jactaron de total igualdad de género. Pero no solo disfrutaron el ciclista y la velista: a puro rock, la delegación celeste y blanca ingresó junto con el resto de los contingentes y se acomodó entre los bloques que representaban a los cinco continentes.

Cuando cayó la noche en París, pasadas las 22, el estadio se transformó en una gigantesca nave espacial. Se produjo un drástico cambio de clima: se impuso un paisaje galáctico en donde el público fue transportado a otro espacio y tiempo; a un mundo oscuro, desierto y misterioso. Y entonces, emergiendo del cielo, aterrizó un viajero dorado, que se presentó ante los ojos de los espectadores con aspecto de holograma brillante, bajo efectos lumínicos de claroscuros, realzados por una partitura épica de Clément Mirguet. La atmósfera se volvió inhóspita mientras las miradas siguieron los pasos de este increíble “voyager”, que con su silueta rodeada de humo y en una búsqueda onírica, guio los fundamentos de la humanidad.

Fue una distopía futurista encarnada por el breakdancer francés Arthur Cadre, que con sus contorsiones, acrobacias y gestualidades simbolizó redescubrir los Juegos Olímpicos, como hiciera el barón Pierre de Coubertin en el siglo XIX. En algún momento, la figura extraterrestre portó la bandera de Grecia y se topó con Nike, la mitológica diosa de la victoria asociada con las antiguas justas olímpicas. Y una voz robótica resonó en todo el estadio recordando la esencia de los Juegos. Poco después, en este regreso al pasado del olimpismo, enormes anillos cobraron vida en un ballet coreográfico de Kevin Vivès. Al fin, en un lento ritual, los cinco aros quedaron entrelazados en el aire, mientras que los fuegos artificiales quemaron los contornos de la mole del barrio de Saint Denis. Como cierre del acto, Alain Roche interpretó el Himno a Apolo, sentado ante un piano suspendido verticalmente en el aire.

11x Olympic medalist @Simone_Biles held the Olympic flag as it was handed over for @LA28 🇺🇸#ParisOlympics pic.twitter.com/2vtlNld4ct

— Team USA (@TeamUSA) August 11, 2024

Ya en otra secuencia más informal, apareció en el centro de la escena “Phoenix”, un grupo de indie rock francés. Hasta que sobrevinieron los discursos, entre ellos el de Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional que dejará la entidad el año próximo. La bandera olímpica llegó a manos de la increíble gimnasta Simone Biles, que la hizo flamear para pasarle el mástil a la alcaldesa de Los Angeles, Karen Bass. El himno de los Estados Unidos, como país organizador de Los Ángeles 2028, se escuchó bajo la potente voz de la cantante californiana H.E.R. y un video anticipó los próximos Juegos, con la actuación de Tom Cruise, que después de andar en moto a toda velocidad terminó en el cartel de Hollywood, en el que dos letras O, con tres más arriba, conformaron los anillos olímpicos. El propio actor de la saga de Misión Imposible bajó en vivo desde una cuerda al estadio. E infaltable, la música de la banda angelina Red Hot Chili Peppers, entre los acordes de otros artistas norteamericanos como Billie Eilish y Snoop Dogg. La celebración concluyó con una emotiva versión de la canción “My Way”, “A mi manera”, cantada por Yseult, cantautora y modelo francesa.

Diferencias con la apertura en el Río Sena

Hubo claras diferencias entre el principio y el final de estos Juegos. Mientras esta clausura estuvo encajonada en un escenario deportivo convencional y duró dos horas y media, aquella ceremonia de apertura del 26 de julio duró cuatro horas y fue la única en la historia que no se desarrolló en un estadio, sino a lo largo del río Sena y con los atletas desfilando a bordo de 85 embarcaciones. Un lanzamiento de los Juegos del que se siguió hablando varios días después, y no por su espectacularidad artística, que la tuvo, sino por la indignación que despertó en la Iglesia Católica, en la derecha religiosa estadounidense y hasta en el líder supremo de Irán una parodia de la Ultima Cena, con drag queens, una modelo transexual y un cantante desnudo disfrazado del dios griego del vino Dionisio. El director artístico de aquella fiesta y de este mismo cierre, Thomas Jolly, tuvo que pedir disculpas para aquietar la bronca.

El domingo parisino fue el momento ideal para decir “Au revoir” (“Adiós”) a todos los atletas y anunciar los Juegos Paralímpicos -del 28 de agosto al 8 de septiembre- y dar el relevo a Los Angeles 2028. Y eso que apenas unas horas antes se había definido dramáticamente el medallero general: un mano a mano entre las dos superpotencias mundiales. Y fueron las basquetbolistas norteamericanas las que les regalaron a los Estados Unidos el primer puesto por sobre China (la igualó en 40 medallas de oro, pero la superó en platas y bronces), después de un eléctrico y agónico triunfo por 67-66 sobre Francia en el Bercy Arena. La mejor manera de sentirse anfitriones dentro de cuatro años.

París 2024 ya provoca nostalgia, después de las proezas de Biles en la gimnasia artística, de Novak Djokovic en el tenis, de Noah Lyles en el atletismo, de Mijaín López en lucha y de los nadadores Katie Ledecky y Léon Marchand en la natación. Justamente el astro galo de la pileta actuó al principio de la fiesta en una imagen desde el Jardín de las Tullerías, en donde apareció como primer relevista de la antorcha al lado del pebetero en forma de globo.

Estos Juegos –más inclusivos, más sustentables- arrancaron celosamente blindados, con un gigantesco despliegue de policías, drones y helicópteros frente a la amenaza de atentados. Afortunadamente, primó la paz y la alegría de los amantes del deporte. ¡Hasta Los Angeles 2028!

​ En el Stade de France se le dio la bienvenida a Los Ángeles 2028; los medallistas José Maligno Torres y Eugenia Bosco desfilaron con la bandera argentina  Deportes 

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