Los ingresos cayeron más de 7% en seis meses, pero hay signos de leve mejora
Es un ajuste sobre un ajuste. Y es por eso que a la economía le cuesta mostrar una recuperación firme, pese al tibio repunte que muestran algunas billeteras. No todas, claro.
Los ingresos tanto de los ocupados como de los asalariados cayeron más de 7% en términos reales –considerando la inflación del período– en el primer semestre, los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei, según datos oficiales.
Pero el impacto de esa merma en la capacidad de compra es mayor porque, desde mediados de 2017 –antes de que se comenzara la corrida cambiaria en el gobierno de Mauricio Macri– hasta la actualidad esos mismos ingresos mostraron un derrumbe de más de 30%.
Esta es la conclusión de un trabajo de la consultora ExQuanti con base en los datos que surgen del informe de Evolución de Distribución del Ingreso que publicó el Indec hoy para el segundo trimestre. La misma además indica que, entre los estratos que más sufrieron el impacto de la suba de precios tras la depreciación de la moneda y los ajustes de otros precios relativos –además del dólar– están los segmentos más bajos de la sociedad. Esto explica también, en parte, el aumento de más de diez puntos que tuvo la pobreza en el primer semestre. Llegó a 52,9% y afectó a más de 25 millones de argentinos.
Vale aclarar que, según datos oficiales, la recuperación de los salarios fue significativa luego de la devaluación de diciembre pasado, pese a que siguen en niveles bajos. De hecho, según indicaron los analistas de la Secretaría de Trabajo, el salario privado registrado en julio estaba solo 0,3% por debajo de aquellos de noviembre.
Tres consideraciones: según los datos oficiales, se trata de la recuperación más rápida del salario privado considerando las últimas cuatro devaluaciones; vale aclarar que el salario privado registrado es sólo un tercio de la masa salarial total en el mercado laboral argentino; y, como se contó, el salario de noviembre ya venía golpeado por la fuerte inflación y precarización del trabajo sufrida en los últimos gobiernos.
Según ExQuanti con base en datos oficiales, el ingreso de los ocupados cayó 7,76% entre el cuarto trimestre de 2023 y el segundo de 2024. Sin embargo, hay diferencias en el ajuste que sufrieron los distintos estratos sociales. El alto perdió 5,29%; el medio, 8,25%; mientras que el más bajo vio una caída de 14,8%. Entre el segundo trimestre de 2017 y el mismo período de este año, la reducción de los de los ocupados fue de 33,23%, lo que implica el ajuste fue persistente y profundo sobre el precio (los ingresos) y no tanto sobre el nivel de empleo. De hecho, el desempleo fue de 7,6%, una cifra que por sí sola no logra explicar el aumento de la pobreza en los últimos años y el salto en el primer semestre de 2024. Para el segmento más bajo, la reducción de ingresos en siete años fue de 44,4%.
La caída de los salarios, en sintonía, fue de 7,45% en los seis meses que Milei lleva como presidente, según los datos procesados por ExQuanti. También entre quienes cobran un sueldo en la Argentina, hay diferencias. Quienes cobran sueldos más elevados perdieron 5,77%; el estrato medio mostró una baja salarial de 7,20% y aquellos con sueldos más bajos perdieron un 13,12% de su salario en ese lapso. En siete años, la retracción salarial fue de 31,9% (de 43,75% para quienes menos cobran en el país). Los trabajadores informales, en tanto, vieron caer sus sueldos un 38,9% desde el segundo trimestre de 2017. Es casi diez puntos más que los formales (28,5%), según los datos oficiales.
Una leve mejora
Sin embargo, los salarios comenzaron a mostrar una mejora producto de las paritarias cerradas y la pronunciada baja de la inflación que logró el Gobierno. Del 25,5% de diciembre llevó el IPC a alrededor de 3,5% en septiembre (este dato se conocerá el jueves 10 de octubre).
En julio, los salarios crecieron más que la inflación mensual (4%). El sector público creció 6,7%, los privados registrados subieron 6,3%; y los informales avanzaron 15,1% (este dato tiene un rezago de cinco meses).
Según el Iaraf, en términos interanuales, la inflación fue ese mes un 263,4%. Si se considera la variación interanual real de los salarios, “se aprecia una caída el caso del sector público (-25,7%), del privado registrado (-7,8%) y del privado no registrado (-23,3%)”. Por otra parte, si se considera la variación interanual real del acumulado parcial de los salarios, se ve una caída el caso del sector público (-24%), del sector privado registrado (-10,6%) y del sector privado no registrado (-35%). “Este último es el que más pierde poder adquisitivo desde hace años”, estimó Nadin Argañaraz, director del Iaraf.
La leve mejora salarial y de ingresos, según creen los analistas, no tienen aún un impacto significativo en la economía porque es todavía muy heterogéneo (no llegó a todos los trabajadores), porque venían muy deteriorados ya antes del pico de inflación de diciembre tras la devaluación y porque los incrementos de otros precios pisados durante el kirchnerismo (como las tarifas de los servicios públicos) derivó los nuevos ingresos al pago de las facturas de luz, agua o gas.
Es por eso que, sin una demanda tirante, el Gobierno apuesta a la reactivación del crédito privado, la estabilidad y la inversión privada en un año que terminará con caída de la economía.
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