Los chats que confirman la mala relación del peluquero asesino de Recoleta y sus compañeros de trabajo
A Luis Abel Guzmán sus compañeros de trabajo en la peluquería Verdini, de Recoleta, no le hablaban. Le tenían miedo. La relación era insostenible. El único que lo enfrentaba era el colorista Germán Gabriel Medina, de 33 años. Todo quedó expuesto en un grupo de WhatsApp donde el propietario de la empresa, Facundo Verdini, recordó que estaba prohibido el uso de formol y aclaró que al que no estuviese de acuerdo se podía abrir su propio salón. “No tengo problema, nos encontramos y lo resolvemos cómo responde”, respondió Guzmán. En los intercambios, Medina dejó expuesta su opinión: “Hasta donde yo entiendo se hace lo que el jefe dice y si no patada en el tuje. ¿Dónde se vio que se le hable así al que te paga el sueldo? Si no le gusta a alguien que agarre la puerta y listo. Muerto el perro, se acabó la rabia”. Era el 24 de febrero pasado. Un mes después, Guzmán mató de un balazo en la cabeza al colorista. Para la Justicia, el móvil del crimen fueron cuestiones de celos, odio y resentimiento profesional”.
Los mensajes enviados a “Verdini Beruti Grupo” fueron reproducidos en la resolución donde el juez Javier Sánchez Sarmiento procesó con prisión preventiva por el delito de homicidio agravado por alevosía en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada y trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 40 millones de pesos.
Guzmán era el único que continuaba con el uso de formol para alisar el cabello de las clientas. Sus compañeros y Verdini no estaban de acuerdo porque se trata de una sustancia prohibida y la peluquería había sido denunciada en dos oportunidades.
“Se puede apreciar, en la conversación grupal mantenida por el staff, entre el 23 y 24 de febrero pasado, que se habló de la prohibición del uso de formol en “y que al que no le gustara se abriera una peluquería o lo hiciera en la casa de la clienta o dónde sea, pero no en el local de Beruti nro. 3017. En igual sentido, se observa cómo Medina indignado por las manifestaciones del inculpado, hace mención a que no se le puede hablar así a la persona que te paga el sueldo, que lo referido previamente por parte del acusado había sonado a ‘amenaza’, que si no se cumple con lo que les ordenan ‘patada en el tuje’ y ‘muerto el perro, se acabó la rabia’. Más claro, el conflicto entre las partes, no pudo haber quedado plasmado”, afirmó el juez Sánchez Sarmiento en la resolución a la que tuvo acceso LA NACION.
Medina fue asesinado de un balazo en la cabeza el 20 de marzo pasado, pocos minutos después de las 20. Guzmán estuvo 70 días prófugo, hasta que fue detenido por detectives de la Policía de la Ciudad en Moreno, después de que un vecino llamara a la línea de denuncias 134 del Ministerio de Seguridad de la Nación y aportara la ubicación precisa del sindicado peluquero asesino de Recoleta.
Los chats entre Guzmán, Verdini, Medina y el resto de los empleados fueron recuperados a partir del peritaje que hizo la División Apoyo Tecnológico de la Policía de la Ciudad sobre el teléfono celular de la víctima.
“Esto va más que nada para vos Abel [por Guzmán] que tengo muchas quejas con los chicos y ya. Me está superando este tema: prohibido usar formol!!! Lo dejo grabado como evidencia, no quiero más formol en la peluquería. Listo. Listo formol, ni a la mañana, ni a la tarde, ni a la noche, ni cuando está cerrada la peluquería”, sostuvo Verdini en un video que mandó al grupo de WhatsApp.
Después de que una empleada escribiera: “Impecables palabras”, Guzmán contraatacó: “¿Querés hablarlo personalmente mejor? Nunca sos claro…. Y Ahora que tenes este equipo te molesta el formol. ¿Por qué esperaste tanto tiempo para poner claro tantas cosas? No tengo problema de mañana nos encontramos y lo resolvemos, pero cómo corresponde si todo es un problema para vos. Ya sabes qué tenes que hacer. Te olvidas de quién sos… Sempre estuve y nunca te abandoné y te portas así conmigo, no quiero más. Mañana te busco en la otra pelu y lo resolvemos mañana mismo. No me gusta este puterío barato, lo hablamos en la cara”.
Después llegaron las opiniones de Medina, que cerró con la citada frase “muerte el perro, se acabó la rabia”.
“Ningún conflicto de relación amerita el despliegue de un atentado contra la vida de un ser humano. Considero que el móvil del homicidio de Germán Gabriel Medina se trataría de una cuestión de celos, odio y resentimiento profesional”, sostuvo el juez en la citada resolución.
Luis Abel Guzmán fue procesado por haber asesinado con alevosía a Germán Gabriel Medina, de 33 años Seguridad
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