Lo que no se vio del acto de Javier Milei: aplausos forzados, provocaciones que dieron en el blanco y un recinto que no llegó al quorum
Aplausos forzados, provocaciones a los diputados kirchneristas y la ausencia total de cifras sobre la inflación y los recursos y los gastos previstos por el Estado para el ejercicio 2025 fueron los hitos del acto con el que Javier Milei presentó el proyecto de ley de Presupuesto 2025, ante un hemiciclo de la Cámara de Diputados con muchos vacíos.
La ceremonia fue inédita desde todo punto de vista. No sólo por el día poco habitual para la actividad legislativa, un domingo, sino porque por primera vez un jefe del Estado tomó la misión de presentar el presupuesto ante la Cámara de Diputados, trámite que es costumbre que lo haga el ministro de Economía. Dijo que lo hacía porque era “el primer presidente economista de la historia argentina”, algo de lo que, aseguró, se enorgullecía.
Milei busca obligar a “la casta” a certificar su plan
Fue una reunión armada para que Milei pudiera ocupar el centro de la escena política y así lo demostró el clima del encuentro, preparado con la finalidad de darle al Presidente la posibilidad de hacer un discurso político en el que no brindó un sólo número de la economía nacional y en el que dedicó varios pasajes a provocar a los diputados del kirchnerismo.
La primera y más violenta fue cuando invitó a los presentes a “despejar la X” de lo que calificó como “la regla fiscal inquebrantable” que piensa aplicar en la administración de los recursos del Estado: “Cuánto tenemos que ahorrar para saber cuánto podemos gastar”, precisó.
“Ustedes pueden abstenerse porque suman con dificultad”, le enrostró a la veintena de diputados de Unión por la Patria que se encontraban en las bancas ubicadas a la izquierda del estrado desde donde habló el jefe del Estado. Los kirchneristas no fueron registrados por las cámaras de la transmisión oficial hasta el final del discurso del mandatario: recién allí se los mostró dos veces, casi de espaldas.
La provocación surtió efecto. En medio de los gritos de los militantes libertarios, el jefe de la bancada kirchnerista de la Cámara baja, Germán Martínez, le respondió al presidente a los gritos, haciendo bocina con sus manos al costado de la boca, criticándolo por leer el mensaje. “Mirá, lea o no, vos seguís sumando con dificultad”, replicó Milei, ante la risa irónica del líder de la primera minoría de la Cámara baja.
La ceremonia había empezado con una gaffe. Al escuchar por los parlantes del recinto el inicio de la cadena nacional, los diputados libertarios se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. El recinto se tensó a la espera del ingreso del Presidente. Pero eso no ocurrió. Por el contrario, alguien cerró la cortinas de la puerta central que da al proscenio de la presidencia, por donde se esperaba que ingresara Milei.
El jefe del Estado entró dos minutos después, por una puerta que da al recinto y que está a la derecha de la presidencia. Como si fuera la sesión de asamblea legislativa en la que brindó su primer discurso como Presidente, el pasado 10 de diciembre, ingresó vistiendo los atributos de mando, la banda y el bastón presidenciales. Repartió saludos a legisladores y ministros hasta llegar al estrado desde donde dirigió el discurso. Apenas unos pocos gritos se escucharon desde los palcos. “Vamos Javier”, partió desde el segundo piso. El kirchnerismo lo recibió de pie, pero no le brindó un solo aplauso.
El discurso empezó a las 21.09. Saludó con “hola a todos”, con la voz ronca que caracterizó a sus discursos de campaña. “Grande, león”, le gritaron desde uno de los palcos. Volvió a apelar al tono de barricada electoral en el final de su alocución, repitiendo el rito de gritar tres veces “¡Viva la libertad, carajo!”
Milei se plantó ante un recinto apenas ocupado por la mitad. Asistieron 120 diputados, nueve menos que el quorum que se requiere para la habilitar una sesión, una cifra que no era necesaria en esta oportunidad. En el proscenio de la presidencia de la Cámara baja, a las espaldas del Presidente, se ubicaron la vicepresidenta Victoria Villarruel, el titular de la Cámara baja, Martín Menem, y los jefes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda de ambas cámaras legislativas, José Luis Espert (Diputados) y Ezequiel Atauche (Senado). A la izquierda de este se ubicó el ministro de Economía, Luis Caputo, que quedó fuera del plano de la transmisión oficial.
En una medida inconsulta e inédita, Menem, cerró los palcos del recinto que históricamente ocupan los periodistas. Fue la primera vez desde 1983 que ocurre. Con modos de matón, Santiago Cosimano, vocero del presidente de la Cámara, fue el encargado de comunicar que la decisión había sido adoptada por “el comité organizador” del encuentro y hacer oídos sordos ante el reclamo de los trabajadores de prensa que querían recuperar su lugar. La tensión llegó a tal nivel que tuvo que intervenir el secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien trató de mediar en el conflicto.
Sin embargo, los palcos que según Cosimano iban a estar cerrados terminaron habilitándose sobre el inicio del discurso. En uno de ellos se ubicaron el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, y su hermano Nicolás.
Los palcos se llenaron de fanáticos libertarios que, desde temprano, comenzaron a hacer notar su presencia. Así, cada diputado libertario que ingresaba al recinto era vitoreado, demostrando a quiénes respondían los militantes.
Los padres de Milei se ubicaron en un palco del primer piso ubicado a la derecha del central que, en esta oportunidad, estuvo ocupado por una cámara de la TV Pública. Junto a los progenitores del Presidente se instaló Amalia “Yuyito” González, actual pareja del jefe del Estado.
Salvo la bancada libertaria, que hizo acto de presencia casi en su totalidad, el resto de los bloques enviaron una pequeña delegación, en su mayoría miembros de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Los ministros se sentaron en el palco bandeja que suelen ocupar los colaboradores del Presidente en las asambleas legislativas. El más saludado de todos fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ya repuesto de la afección gastrointestinal que lo mantuvo internado el fin de semana pasado. Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, se sentó una vez que su hermano entró al recinto.
En la otra punta, a la izquierda de la presidencia, se ubicó todo el equipo económico. Todos posaron para una foto antes de que Milei ingresara al recinto.
La convocatoria a los senadores, que fueron invitados por Menem en una nota que le envío el último jueves a Villarruel, no tuvo demasiado éxito. Eso sí, el bloque Pro fue el que más aportó. Con su jefe de bancada, Luis Juez, a la cabeza, estuvieron Alfredo De Angeli, María Victoria Huala, Carmen Álvarez Rivero y Andrea Cristina. Faltaron Guadalupe Tagliaferri, Beatriz Ávila y Martín Goerling.
De los oficialistas de la Cámara alta, la jujeña Vilma Bedia fue la primera en llegar y las más entusiasta de la dotación. De a poco se fueron sumando el presidente provisional, Bartolomé Abdala, eje de una polémica por haber confesado que usaba a sus asesores legislativos para trabajar por su candidatura a gobernador, y Bruno Olivera. Faltó el riojano Juan Carlos Pagotto. A su lado se ubicaron los misioneros del Frente Renovador de la Concordia Carlos Arce y Sonia Rojas Decout.
Veinte minutos antes del inicio del discurso, ingresó al recinto Villarruel, que bajó al hemiciclo para saludar a los senadores y posar para las fotos con los legisladores. Cuando llegó al proscenio de presidencia, repitió el rito fotográfico con Menem, su par de la Cámara baja.
Las fotos estuvieron a la orden del día. Como si fuera una fiesta de cumpleaños, los libertarios se reunieron en un sector del hemiciclo para un retrato grupal en el que hizo su primera aparición como miembro de La Libertad Avanza Carolina Píparo.
Los alrededores del Congreso mostraron, desde las 18, una postal atípica para un día domingo. Mucho movimiento con gente bien vestida haciendo fila en los accesos al Palacio Legislativo, del lado de la Cámara de Diputados, y al edificio Anexo de la Cámara de Diputados.
Tal como viene ocurriendo desde que ambas cámaras legislativas quedaron en manos de los libertarios, los alrededores del Congreso estuvieron copados por efectivos de diferentes fuerzas de seguridad. Cinco combis de Prefectura y dos móviles de Bomberos estacionados sobre Combate de los Pozos. La Policía Federal, en tanto, se desplegó a lo largo de la calle Hipólito Yrigoyen, en la que se pudo ver un ómnibus, un camión hidrante se destacaban entre a media docena de rodados que se instalaron en el lugar.
La Plaza de los Dos Congresos amaneció vallada y así permaneció durante todo el día a la espera de manifestantes, sobre todo críticos al presidente Javier Milei, que al final optaron por disfrutar el domingo en familia o usarlo para otras actividades antes que ira a arengar o despotricar contra el jefe del Estado.
El Presidente condujo una inusual presentación del proyecto de ley que deberá tratar la Cámara de Diputados, en un discurso cargado de tecnicismos pero sin una sola cifra Política
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