Ley de Nietos. Buenos Aires se encamina a registrar un insólito récord en medio del furor por la ciudadanía española​

Esta medianoche cierra el plazo para aplicar a la Ley de Memoria Democrática, más conocida como la de Nietos, que tiene por objetivo reconocer la nacionalidad a todos los descendientes de inmigrantes españoles, sin restricciones.

Y los números ya superan ampliamente todas las expectativas del gobierno español. Según los últimos datos oficiales, el Consulado de Buenos Aires es el que encabeza el ranking de solicitudes con más de 650.000 números de identificación de trámites (IDU) creados en total desde la vigencia de la Ley. Esta es la referencia que se necesita para comenzar el proceso. Mientras que en los de Córdoba, Bahía Blanca, Rosario y Mendoza, totalizan 220.000. Pero seguramente sean muchos más porque los consulados no han actualizado los datos y en los últimos días se han sumado muchos descendientes.

Tanto es así que el gobierno español calcula que al final del proceso habrá entre 1,5 millones y 2 millones de nuevos españoles. Y se estima que Buenos Aires se convierta en la tercera ciudad con más españoles del mundo, solo por detrás de Madrid y Barcelona. Hay que tener en cuenta que esta es una ley para todo el mundo y más del 40% de las solicitudes a nivel mundial han sido en la Argentina

¿Cuánto demorarán en resolverlos expedientes? Fueron tantos los descendientes argentinos que se sumaron que, dependiendo de cada consulado, podría tardar varios años. En el de Buenos Aires, por ejemplo, recién se resolvieron los expedientes presentados hasta agosto de 2023, por lo que se calcula que el tiempo de finalización sería no menor a tres años. Mientras que las delegaciones de Rosario, Mendoza, Bahía Blanca y Córdoba estiman resolverlos en un plazo de dos años.

Largas filas en Rosario

La foto del consulado español en Rosario mostró durante la mañana y la tarde una gran cantidad de personas que aguardaban para iniciar el trámite. Se estimaba que entre 1200 y 1500 descendientes pasarían por esa sede. “[Es] en línea con la cantidad de personas que veníamos atendiendo en la última semana. Para que se den una idea nuestro consulado tomaba, antes de esta ley, 1100 expedientes de nacionalidad al año”, aclara el cónsul de España en Rosario, Pablo Platas Casteleiro.

¿Por qué tantas personas? Es que el sistema, en Rosario, es diferente al de otros consulados. El último día los interesados se inscriben y deben ir con su documentación a esta sede.

Por esta razón en los funcionarios de esta delegación trabajarán ininterrumpidamente desde la 8 hasta las 23.59, cuando vence la aplicación.

Sobre el número total de expedientes presentados en Rosario hay, por el momento, solo estimaciones. “Aún no tenemos los números exactos, pero calculamos que Rosario terminará teniendo 150.000 españoles, entre los nuevos y la comunidad de españoles que teníamos antes de esta ley, que eran cerca de 40.000”, indica Platas Casteleiro.

Testimonios

En el Consulado de España en Buenos Aires el panorama era totalmente diferente. Esta sede cuenta con un sistema de citas previas y turnos dividido por horarios, por eso había filas cortas con personas que habían obtenido el turno hacía tiempo.

“Vengo esperando esta ley hace muchos años para poder ser reconocida como española. Me uní a un grupo de Facebook de descendientes y ahí me enteré de esta ley y me registré en ese mismo instante. Lo hago en honor a mi abuela, no me interesa ir a vivir a España, siento que le debía este reconocimiento”, dice emocionada Miriam González, de 65 años, que esperaba paciente para sacar su pasaporte en el consulado.

Ella, según cuenta, conoció Galicia a través de las anécdotas de su abuela: “Me hablaba tanto de su amada tierra que me siento española. Se murió cuando yo tenía 10 años, pero recuerdo cada una de las cosas que me contaba sobre su amada España”.

González trabajaba como empleada administrativa, por lo que, como señala, su carpeta estaba “impecable”. Y agrega: “Venía reuniendo la documentación hacía años. El día que la traje se me cayeron unos lagrimones”.

Un poco más adelante, en la fila, está Ignacio. Él tiene 26 años, estudia Comercio Internacional y trabaja en una petrolera. “Hice la ciudadanía hace un mes, ya soy español. Mi mamá se encargó de hacer todos los trámites porque siempre quiso sacar la nacionalidad a través de su abuelo español, pero como su papá, mi abuelo, nunca la sacó ella no podía. Así que ni bien surgió esta posibilidad, con la Ley de Nietos, comenzó a buscar toda la documentación”, explica.

Para Ignacio tener la nacionalidad española es una gran oportunidad y una ventaja porque tiene pensado hacer un posgrado en España. Además desea conocer Vizcaya, el lugar de donde era oriundo su bisabuelo. “No estoy pensando en irme a vivir a otro país, lo veo más que nada como una oportunidad para hacer un máster o un intercambio”, señala.

“Por mis hijos”

Ángel Rodríguez, de 65 años, es hijo de españoles, pero nunca había aplicado para tener la nacionalidad de sus padres. “La verdad es que la saqué por mis hijos. Tengo tres de 28, 26 y 24 años que no saben si se quedarán acá o se irán a vivir al exterior”, expone.

Débora Marragán, de 36 años, viajó temprano desde Pilar hacia el consulado de ciudad de Buenos Aires. “Mi hermana nos convenció de que era una importante oportunidad, cuando se enteró de la ley, y ella se ocupó de todo. La empezamos hace dos años y el mes pasado presentamos la carpeta. Me parece muy importante para conectarnos con nuestras raíces. Mi abuelo era de Santiago de Compostela y me encantaría poder conocer esa cuidad y ver si tenemos aún familiares allá”, dice.

Marragán no quiere irse a vivir a otro país, ya tiene planes en la Argentina, pero reconoce que tener un pasaporte europeo es una gran oportunidad.

Sofía Vega, de 29 años, estaba a punto de ingresar para completar su trámite y un poco más atrás estaban su hermana y su mamá. “Fue emocionante cuando recibimos la nacionalidad. Por un lado, porque conectamos con mi bisabuela; y por otro porque es una gran oportunidad ya que soy joven y me dedico al turismo. Tardamos más o menos dos años en obtener la ciudadanía”, sostiene.

Alejandra Vera, madre de Sofía, afirma que la posibilidad de transmitirle la nacionalidad española a sus hijas es como abrirles el camino. “El que más se ocupó fue mi hermano mayor. Mis hijas y yo nos sumamos a esa carpeta. Pero durante el proceso nos movilizó mucho conectarnos con ese pasado”, reconoce.

Según relata Vera, su madre llegó a la Argentina con tan solo tres años de edad. “No recordaba mucho, solo el barco. Le quedaban recuerdos del barco donde viajó porque pasó un mes navegando”, narra.

Maitena Vega, de 22 años, sonríe mientras escucha atenta a su madre. “Para mí, es una gran oportunidad este legado que nos dejó la abuela porque nosotros también podremos pasárselo a nuestros hijos. Estoy estudiando el profesorado en educación física y no descarto la posibilidad de ejercer esta profesión en España. Por eso quiero darles las gracias a todos los que hicieron posible esta ley porque nos están dando una gran oportunidad a los descendientes de españoles”, dice.

Inmigrante española

Dolores, de 85 años, escucha atenta cada testimonio. “Soy española, me trajeron mis padres cuando tenía 15”, recuerda.

Aunque los primeros años fueron muy difíciles para ella porque no quería irse de su tierra, reconoce que la Argentina la recibió con los brazos abiertos. “Mis padres se fueron por la llegada de Franco al poder, pero yo era adolescente y no quería irme de España”, recuerda.

Aunque todavía tiene muy vívidos esos primeros tiempos en la Argentina agrega instantáneamente que hoy ama nuestro país. “Tengo mi vida acá. Mis hijos y nietos son argentinos, pero me gustaría decirles a los que están dudando si irse o no del país que si no tienen necesidad se queden, porque no hay nada como el país donde uno nació”, aclara.

“¿Qué pienso de esta ley? Me parece muy buena. Espero que todos los que lo deseen puedan sacar la ciudadanía española”, concluye.

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