La visita de los diputados a Astiz acrecentó la crisis en el bloque libertario y tensa la relación con los aliados
El oficialismo en la Cámara de Diputados atraviesa un momento difícil. No solo padece una profundización de las diferencias dentro de su bloque sino que, además, se encuentra jaqueado por todo el arco opositor. ¿La razón? La decisión de seis diputados libertarios de visitar a represores condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
Este hecho también amenaza con generar un nuevo foco de tensión con Francia en la antesala del encuentro entre los presidentes Emmanuel Macron, y Javier Milei. Uno de los exmilitares detenidos con los que se reunieron los legisladores libertarios es Alfredo Astiz, condenado a cadena perpetua por el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet, así como de tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino, María Ponce de Bianco. En ausencia, Astiz también fue condenado a perpetua en Francia.
El fin del chavismo puede transformar la región
Este martes, organizaciones civiles francesas se pronunciaron al respecto y demandaron al primer mandatario que insista en el reclamo de Justicia. “Ni los fastos de los Juegos Olímpicos ni las razones políticas o económicas deben hacernos olvidar la exigencia francesa de justicia”, advirtieron en la carta abierta.
En el plano nacional, el oficialismo tampoco la tiene fácil. Como pocos otros temas, la visita a represores abroqueló de un mismo lado tanto al kirchnerismo como a referentes de la oposición dialoguista, que pidieron respuestas institucionales. La bancada que comanda el legislador santafesino Germán Martínez reclamó la conformación de una comisión especial que, en un plazo de 20 días, “determine responsabilidades y proponga las medidas que el caso demande”. Se le suma el proyecto de resolución de Gisela Marziotta, integrante del mismo bloque, donde pide la exclusión de los seis legisladores oficialistas de la Cámara, en función de lo dispuesto por el artículo 66 de la Constitución Nacional.
Cristian Ritondo, el líder del espacio Pro en Diputados, se sumó al repudio general y solicitó al presidente de la Cámara, Martín Menem, una “solución institucional”. Algo similar ocurrió con el radicalismo, que si bien no hizo una demanda concreta sobre medidas sancionatorias, condenó el accionar de los diputados libertarios a través de las redes sociales.
El silencio de los principales referentes de La Libertad Avanza (LLA) en la Cámara baja no ayudó a capear la tormenta que se desató a principios de la semana pasada, cuando se conoció la noticia de que Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo se trasladaron al penal federal de Ezeiza para encontrarse con Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti, entre otros condenados por delitos de lesa humanidad. Por el contrario, la profundizó.
Entrevistado por un medio digital español, Menem se limitó a despegarse de los hechos. “No es la posición del bloque de La Libertad Avanza, no es la posición de este presidente de la Cámara ni del Gobierno. Son actos individuales de algunos diputados”, aclaró en diálogo con Javier Negre, del canal EDATV. Sin embargo, no condenó los hechos ni adelantó sanciones. Por su parte, Gabriel Bornoroni, jefe del bloque oficialista, no hizo declaraciones públicas al respecto. Según pudo saber este medio, tampoco conversó internamente con su tropa sobre la polémica.
Estos acontecimientos erosionaron la ya difícil situación dentro de la bancada oficialista, jaqueada por tensiones y diferencias entre sus miembros. Alrededor de media docena de diputados libertarios no están conformes con el liderazgo de Bornoroni, y lo acusan a él y a su círculo chico de quedarse con lugares de peso en las comisiones. En paralelo, siguen los roces internos por el armado nacional del La Libertad Avanza, a través de la que los partidos chicos que conformaron el frente electoral el año pasado quedaron relegados a un segundo plano. Menem y su primo Eduardo “Lule” trabajan codo a codo con la hermana presidencial, Karina Milei, en esta estrategia.
Muchos referentes de estos sellos partidarios son legisladores por LLA y no dudan en exhibir su malestar con la estrategia oficial. Fue una de las razones por la que Oscar Zago y otros dos legisladores del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) dieron un portazo, armaron un espacio propio en Diputados y ahora coquetean con confluir en un interbloque con Pro. Tras la polémica por la visita a Ezeiza, Zago no dudó en tentar los desencantados para unirse a su bancada. Sin embargo, esta movida no prosperó. Se discutirán estos temas el martes que viene, en la próxima reunión de bloque, donde muchos anticipan chispazos.
Por si fuera poco, Benedit, el diputado entrerriano que organizó la visita a los represores, es un exdirigente de la Sociedad Rural y oficia de nexo entre el bloque oficialista y los organizadores del evento ferial agropecuario. Milei tiene previsto asistir a La Rural el próximo domingo, el mismo día que los legisladores libertarios. ¿Aparecerá Benedit en el palco junto al Presidente? Es una pregunta que se hacen en LLA.
La combi oficial
La polémica por el “Astiz gate” escaló cuando se conoció que los seis diputados libertarios se habían trasladado a Ezeiza en una de las combis que forman parte de la flota oficial de autos. Esto dejó desmarcado a Sharif Menem, quien oficia como director general. Entre otras cosas, el sobrino segundo del presidente del cuerpo está encargado de la autorización de uso de los vehículos de la Cámara baja.
Sin justificar el accionar de la media docena de diputados que pidieron la combi, fuentes cercanas a los Menem desligaron a Sharif de cualquier responsabilidad. Según explicaron a LA NACION, el sistema de solicitud de vehículos permite reservar un auto sin intervención de las autoridades siempre que sea para menos de cinco personas.
“El tema es que Benedit pidió un auto para cuatro personas y aclaró en los comentarios que iban más. Por eso se aprobó automáticamente, sin que nadie revisara el pedido”, precisaron. Tal como se detalla, hay capturas que evidencian que el legislador entrerriano ingresó en el sistema oficial un número menor de asistentes para concretar la reserva.
A través de una nota, el jefe del bloque UP pidió detalles sobre este procedimiento al presidente del cuerpo. “Debe dar precisiones sobre los hechos reseñados que hacen parecer que nos encontramos frente a una actividad institucional”, indica Martínez.
La carta de una organización francesa
“Francia no olvida”, es el título de la carta abierta publicada este martes por Sophie Thonon-Wesfreid, abogada de las familias de franceses desaparecidos en Chile y Argentina, y Jean-Pierre Lhande, de la organización Franceses Desaparecidos en Argentina.
“Denunciamos la intención de liberar a Alfredo Astiz, responsable de la desaparición de monjas francesas durante la dictadura argentina”, advierte el comunicado, que pone en duda “el pretexto de inspeccionar las condiciones carcelarias de los detenidos” dado a conocer por los diputados libertarios luego de que se hiciera pública la visita que el 11 de julio realizaron a Ezeiza.
Al comienzo de la dictadura, Astiz se infiltró en el grupo que se reunía en la Iglesia Santa Cruz, en San Cristóbal simulando ser Gustavo Niño, un familiar de un detenido-desaparecido. Según la investigación judicial, fue quien se encargó de elegir quiénes serían secuestrados y luego desaparecidos.
Jaqueado por todo el arco opositor, el oficialismo en Diputados determinó “no hablar del tema” para desescalar la polémica; los cuestionamientos internos y los costos políticos que enfrentan Menem y Bornoroni Política
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