La reina Máxima sorprendió con un doble look en Luxemburgo y se llevó todos los aplausos

En sus 12 años como reina consorte de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta dejó en claro que es, indiscutidamente, una de las integrantes de la realeza más fashionistas. Se caracteriza por su buen gusto y su estilo clásico, pero al mismo tiempo moderno y original. Puede usar desde sobrios conjuntos de pantalón y saco hasta despampanantes vestidos con estampas, plumas o bordados, vistosos tocados y lujosa joyería. Asimismo, afirma y reafirma que no es necesario estrenar prendas para cada evento, sino que las mismas pueden reutilizarse una y otra vez. Aunque esta es su filosofía, eso no evita que, cada tanto, adquiera nuevas piezas para su guardarropa. Esta semana viajó a Luxemburgo y deslumbró con dos outfits en menos de 24 horas: un elegante vestido verde oliva para el día y un sofisticado vestido de gala con una tiara de zafiros para la noche.
El viernes 3 de octubre, el rey Guillermo Alejandro, la reina Máxima y la princesa Amalia de Orange viajaron a Luxemburgo para asistir a la abdicación del gran duque Enrique y la investidura del gran duque Guillermo. La abdicación tuvo lugar en el Palacio Gran Ducal y la ceremonia de jura en el Parlamento.
La reina Máxima, el rey Guillermo y la princesa Amalia en Luxemburgo
Para esta primera parte del día, Zorreguieta lució un vestido verde oliva de Claes Iversen, una de sus firmas predilectas. Se trató de un diseño de manga francesa con un lazo a la altura del cuello, ceñido a la cintura con un delicado cinturón con un brillante y una falda midi amplia. Lo complementó con una capa marrón, un clutch negro cubierto de piedras de Bottega Veneta, un par de stilettos grises de Gianvito Rossi y guantes de cuero a tono con el vestido. Se recogió el cabello en un rodete con unas horquillas de brillantes y se peinó el flequillo hacia un costado, lo cual permitió que los pequeños aretes de brillantes resplandecieran aún más.
Caída la noche se realizó una cena de gala en el Palacio Gran Ducal. Los reyes de los Países Bajos posaron junto al gran duque Guillermo y la gran duquesa Estefanía. Para la velada la reina Máxima estrenó un vestido de gala con transparencias y un bordado de guipur azul marino. Se trató de un diseño sin mangas y con cola de Natan Couture, la firma belga con la que se viste desde hace años. Agregó un chal azul, un clutch a tono y unas sandalias plateadas altas. No obstante, las grandes protagonistas fueron las joyas.
La monarca lució la tiara de diamantes y zafiros que usó para convertirse en reina aquel 30 de abril de 2013. Se trata de una pieza ancestral que el rey Guillermo III -tatarabuelo del actual monarca- le hizo en 1881 a su segunda esposa, la reina Emma. La corona fue modificada para que Máxima pudiera lucirla. También llevó unos pendientes colgantes de zafiros y un prendedor a la altura del pecho. Sin duda alguna, fue una de las mejores vestidas de la gala.
La monarca nacida en la Argentina no estuvo sola, sino acompañada por el rey Guillermo y la princesa Amalia de Orange, con quien estuvo compartiendo varias actividades en los últimos días. Juntas viajaron a los Estados Unidos para que la heredera al trono pudiera aprender sobre el trabajo de su madre en las Naciones Unidas. Así como sigue de cerca sus pasos en lo laboral, también demuestra que heredó su sentido de la moda.
Para la ceremonia de investidura, la princesa de Orange se lució con un vestido rojo al cuerpo de manga larga y corte midi de Alex Perry y le agregó una cuota de dramatismo con una capa bordó de Valentino. Como tantas veces lo hizo su madre, optó por un look monocromático con stilettos, clutch y guantes en color rojo. Horas más tarde, para la cena, en la cual posó junto al gran duque Guillermo, la gran duquesa Estefanía y otra heredera al trono como ella, la princesa Isabel de Bélgica, se robó todas las miradas con un espectacular outfit de gala.
La princesa Amalia estrenó un diseño en tul de Monique Lhuillier de hombros caídos, manga larga, cintura ceñida y falda amplia en color verde bordado con lentejuelas. Se trató de una pieza juvenil y llamativa con la que sin duda no pasó inadvertida. Lo complementó con unas sandalias plateadas, un clutch de brillantes y lujosas joyas: una pulsera, un prendedor, unos aretes colgantes y como estrella una tiara de diamantes de la reina Emma. La joven heredera al trono brilló con su look y fue una de las integrantes de la “nueva generación” más glamurosas de la velada.
La monarca participó junto al rey Guillermo Alejandro y la princesa Amalia de Orange de la investidura del gran duque Guillermo; lució dos outfits en un día y cusó sensación El Mundo
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