La producción y las exportaciones lácteas crecen, pero advierten que se requiere superar un desafío

La industria láctea argentina atraviesa un momento de dinamismo. Según datos oficiales, entre enero y agosto de 2025 las exportaciones aumentaron 13% y generaron ingresos por US$980 millones, mientras que la producción acumulada alcanzó 7193 millones de litros, un 11% más que en igual período del año pasado. En este contexto, en el Gobierno destacan que el desafío ahora está en desarrollar los mercados ya abiertos, fortalecer la presencia argentina en cada destino y sumar valor a los productos. Para eso, aseguran, se necesita más innovación, articulación público-privada y promoción comercial.
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El crecimiento del sector indican que se explica por una combinación de factores: una mejora en la productividad, la estabilidad de los precios internacionales y una demanda interna que volvió a afirmarse. Entre enero y agosto, el consumo de leche fluida aumentó 5% y el de quesos 9%, lo que refleja una base de consumo sólida tras años de sequía y altos costos. En paralelo, la elaboración industrial creció 11,3% interanual y la utilización de la capacidad de recibo en las plantas se ubicó en torno al 51%, con una participación del 79% de las industrias comprendidas bajo la resolución 230, que agrupa a las principales usinas lácteas del país.
Según los últimos datos del tablero sectorial de la Dirección Nacional de Lechería, en los primeros ocho meses del año las exportaciones totalizaron 243.766 toneladas, lo que representa el 25% de la producción nacional. Solo en agosto, las ventas externas sumaron 35.926 toneladas, un 29% más que en el mismo mes de 2024, confirmando la recuperación del comercio exterior. El precio promedio de exportación se ubicó en US$ 4110 por tonelada de leche en polvo entera, un 11% por encima del año pasado.
En el plano internacional, Brasil, Argelia, Chile, China y Rusia se consolidaron como los principales destinos de los productos lácteos argentinos. Brasil lidera las compras con US$ 465,4 millones (+7%), seguido por Argelia (US$ 127,5 millones, +39%) y Chile (US$84 millones, +8%). Rusia mostró el mayor salto porcentual, con US$ 49,7 millones y un crecimiento del 179%, mientras que China se mantiene entre los cinco mayores compradores, con una suba interanual del 49%. En conjunto, estos mercados explican la mayor parte del crecimiento de las ventas externas.
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Pero más allá de los buenos resultados, en el Gobierno aseguran que la prioridad pasa por sostener ese impulso y mejorar la proyección internacional del sector. “En 2024 la Argentina exportó lácteos a 90 destinos y hoy tiene más de 110 mercados abiertos y 75 posiciones arancelarias activas,” detalló el director nacional de Lechería, Sebastián Alconada, en diálogo con LA NACION. Según dijo, el gran desafío es aumentar la participación en cada uno de esos destinos y no depender solo de los clásicos como Brasil, Argelia, China o Chile. “Tenemos que enfocarnos en desarrollar esos mercados, una tarea mucho más accesible que abrir nuevos”, afirmó.
Alconada señaló que esa tarea implica apostar a la innovación y al desarrollo de nuevos productos, con una mirada que combine tecnología, marketing y valor agregado. “Por eso trabajamos junto con Apymel en el marco de la Federación Internacional de Lechería, en una comisión orientada al desarrollo de productos innovadores y funcionales. Es un foco clave para promover el consumo tanto interno como externo,” señaló.
El funcionario adelantó que desde la Secretaría se está planificando una agenda de promoción internacional para 2026, que incluirá rondas de negocios en la Argentina con compradores extranjeros. “Queremos que conozcan las fábricas, los procesos y las empresas argentinas. Estamos articulando este trabajo con Santa Fe y Córdoba, que tienen agencias de promoción exportadora muy activas, y con el apoyo de embajadas y organismos internacionales”, añadió.
Además, subrayó la importancia de la presencia argentina en ferias internacionales y de las acciones de promoción que se realizan junto con las empresas. “Cada vez que alguna autoridad viaja al exterior, lleva productos argentinos para presentarlos. Son gestos simbólicos, pero abren puertas y generan interés,” explicó.
Desde el sector privado, Ércole Felippa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), coincidió: “Cuando uno observa el comportamiento de las exportaciones de lácteos argentinos en los últimos diez años, se nota un proceso de descomoditización importante”, explicó.
“Si analizamos diez años atrás, la participación de la leche en polvo entera —que es un commodity— llegaba al 70% o más en algún momento. Hoy, sumando la entera y la descremada, no alcanza al 40% del total de las exportaciones,” detalló. Según el empresario, el resto corresponde a productos con mayor valor agregado, como “quesos, proteínas de suero, proteínas de leche o fórmulas infantiles”.
“Eso demuestra que las exportaciones se han descomoditizado y que en ese sentido hay un campo muy amplio para seguir trabajando,” agregó. No obstante, remarcó que para consolidar ese proceso “es necesario un marco de estabilidad macroeconómica y una agenda de competitividad que permita aprovechar el potencial que tiene el sector y exportar cada vez más valor agregado”.
Entre enero y agosto las ventas externas aumentaron 13% y la producción subió 11%, con ingresos por US$980 millones; tanto en el Gobierno como en la industria creen que la prioridad ya no es abrir nuevos destinos, sino fortalecer los existentes y sumar valor agregado Campo
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