La historia de la expedición arqueológica que descubrió una ciudad milenaria oculta bajo la selva​

América Latina cuenta con diferentes monumentos y rastros indígenas de su época de apogeo antes de la llegada de los primeros conquistadores europeos al continente. Muchos de ellos pasaron al olvido cuando las comunidades nativas fueron masacradas y otros tantos se pusieron en valor a posteriori. Sin embargo, por varios siglos, una ciudad inca permaneció oculta entre la jungla peruana. Tuvo que esperar a que en 1911, el expedicionario Hiram Bingham la ubicara nuevamente en el mapa.

Cuando Hiram llegó a una de las planicies que la montaña ofrecía, se topó con un montón de construcciones cubiertas de vegetación. Era imposible de dirimir qué había debajo. Lo cierto es que sin tener conocimiento alguno de la magnitud, se adentró en una aventura total por limpiar la zona y darla a conocer. Este sitio era nada más ni nada menos que Machu Picchu, que en las primeras imágenes que se tomaron aparece irreconocible.

Cabe destacar que el primer descubridor de la ciudad andina fue el agricultor peruano Agustín Lizárraga en 1902, pero lamentablemente nunca logró tener la difusión que el estadounidense tendría nueve años más tarde.

Para muchos, Hiram fue la persona que inspiró la creación del personaje de Indiana Jones por su espíritu aventurero, los hallazgos que se le atribuyeron y la obsesión por Sudamérica. Entre ellos, el más importante, Machu Picchu.

El comienzo de la expedición

En 1908, Hiram tuvo un primer acercamiento a Perú y a su cultura luego de la conferencia del Primer Congreso Científico Panamericano que se celebró en Santiago de Chile. Si bien él no era científico ni arqueólogo, su experiencia lo posicionó así a lo largo de la historia.

En su arribo a Lima, se dirigió a Cuzco, en donde participó de una pequeña recorrida en las ruinas de una antigua ciudad incaica, solo que aquí retornó a su país de origen decepcionado por no haber hallado los tesoros que tanto esperaba.

En 1911 volvió y esta vez por Huayna Pichu, la montaña que tiene a sus pies la ciudad de Machu Picchu. En un viaje en el que enfrentó a la selva tropical, los ríos, arroyos, a los animales y los peligros que la jungla tiene, alcanzó su exitoso propósito. El objetivo era conocer la última capital del imperio que había pasado desapercibida ante los ojos de los conquistadores españoles.

En un principio creyó estar en las puertas de Vilcabamba, otra ciudad inca pérdida. Sin embargo, luego cobró noción de que se trataba de Machu Picchu. “Encontré brillantes templos, casas reales, una gran plaza y miles de casas. Parecía estar en un sueño”, escribió en su diario luego de pisar la zona, según indicó National Geographic.

Fue en ese entonces que se tomó la primera foto, la cual recorrió el mundo y que sorprendió a más de un turista que en la actualidad arriba al espacio histórico y lo encuentra totalmente diferente.

Machu Picchu, Patrimonio de la Humanidad

Este lugar fue descrito por la UNESCO como santuario histórico. Se ubica a 2430 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera de los Andes. Según describe la institución cultural, es una de las expresiones arquitectónicas mejor conservadas y construidas del imperio Inca.

Esta ciudad se destaca por las casas, templos, canales de agua y riego, y las terrazas de cultivo, que sobrevivieron a las inclemencias climáticas de la cuenca del Amazonas y al paso de los siglos.

​ En 1911, el estadounidense Hiram Bingham se inmiscuyó en la jungla peruana con el fin de hallar un tesoro inca; como resultado, develó la ubicación de una urbanización monumental que sobrevivió a la colonización española  En las redes 

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