Cuando a Bobbie Racette la despidieron de su trabajo, en Canadá, no imaginó que ese mal momento se convertiría en el punto de partida de una nueva vida para ella. Tras ver que las compañías le cerraban las puertas, se lanzó a crear un emprendimiento personal. Sin una estrategia clara ni experiencia en negocios, y con solo 300 dólares de inversión, inició su empresa, Virtual Gurus, que ya empleó a más de 2000 personas y factura millones de dólares al año. “El cielo es el límite”, expresó.

El despido, un punto de quiebre en su vida

En 2015, Racette trabajaba como técnica de seguridad en la industria petrolera en Calgary, Canadá, cuando los despidos masivos afectaron a su sector. Perdió su empleo y, a pesar de sus múltiples intentos, no lograba conseguir un nuevo puesto. “Enviaba currículums, iba a entrevistas, pero nadie me contrataba”, contó Racette en una entrevista con Entrepreneur.

Bobbie recordó que las puertas de las compañías parecían haberse cerrado para ella por una razón: su identidad. Por ese entonces, vivía en una zona conservadora y se dio cuenta de que el hecho de ser una mujer indígena, queer, y con tatuajes complicaba su búsqueda laboral. “Nadie me contratará”, pensó.

Frustrada por la falta de oportunidades, Racette comenzó a investigar el mundo de los trabajadores autónomos. Así, creó un perfil en la plataforma para freelancers Upwork y comenzó a ofrecer sus servicios como asistente virtual. Sin embargo, enfrentó una dura competencia: “Tuve que bajar mis tarifas a dos dólares solo para conseguir un trabajo”.

De asistente virtual a fundadora de una empresa

A pesar de las dificultades, Bobbie Racette no se desanimó. Comenzó a recibir cada vez más pedidos como asistente virtual, lo que le hizo ver que había una necesidad en el mercado y la impulsó a crear su propia empresa.

Aunque no tenía experiencia en negocios, la emprendedora lanzó Virtual Gurus, una plataforma que conecta a asistentes virtuales con empresas que buscan ayuda en diferentes áreas, como atención al cliente y contabilidad. En su primer año, la compañía que creó con apenas US$300, le generó ingresos por US$300 mil.

Por ese entonces, ella era la única empleada de su empresa y “trabajaba las 24 horas del día”. Sabía que para poder crecer, necesitaba formar un equipo y salió a buscar fondos. Ese fue uno de los desafíos más grandes que enfrentó. “170 inversores me dijeron que ‘no’, antes de que uno dijera que ‘sí’”, expresó.

Finalmente, la empresaria consiguió una ronda de financiación de 8,4 millones de dólares canadienses. Esto le permitió expandir su equipo y seguir creciendo. Para 2020, Virtual Gurus ya contaba con más de 40 empleados. Hoy, la empresa le dio trabajo a más de 2000 personas en Canadá y Estados Unidos y factura millones de dólares.

El desafío de convertirse en líder y el apoyo a las comunidades indígenas

Además de los retos de crear una empresa desde cero, Racette reconoció que uno de los mayores desafíos fue convertirse en la líder de su compañía: “El liderazgo es muy difícil cuando nunca lo aprendiste realmente”. Para poder lograrlo se inscribió en cursos en la Universidad de Harvard.

“La persona que soy ahora como líder es diez veces diferente de la que era hace dos años”, destacó al medio citado. Bobbie resaltó que para ella ser un buen líder es un proceso continuo y que la clave está en inspirar a la próxima generación.

Compartir historias como la suya, dijo, es fundamental para que los jóvenes se animen a perseguir sus propios sueños empresariales: “El cielo es el límite: nada te detiene”, dijo.

​ Bobbie Racette fue despedida de su trabajo en la industria petrolera en Canadá, y con solo 300 dólares, inició un negocio que la convirtió en millonaria. Al ofrecerse como asistente virtual, decidió crear su propia empresa. Su lema: “El cielo es el límite”.  Estados Unidos