La búsqueda de Loan: una investigación con increíbles demoras y demasiados errores derivó en el peor escenario
Un pacto familiar que se empieza a resquebrajar y una investigación con serios errores desde un inicio determinaron el peor de los escenarios: que a nueve días de haber desaparecido no se sepa el paradero de Loan Peña, un chico de cinco años que fue al almorzar a la casa de su abuela con su padre, su tío y dos matrimonios, y nunca más se supo nada de él.
El viernes a la noche la causa tomó un giro que deja a un lado la hipótesis de un extravío del niño en el monte y se centra en la posibilidad de investigar el delito de trata de personas por la sospecha que a Loan un sector de su familia lo entregó a alguien. Fue lo que planteó la madre de Loan desde el martes pasado, cuando María Noguera advirtió, según publicó LA NACION que a su hijo “se lo llevó alguien”.
Nadie en la Justicia escuchó la corazonada de Noguera, que también había reclamado a su abogado que se hiciera una búsqueda “casa por casa” en el pueblo de Nueve de Julio, una localidad de 2500 habitantes que se encuentra a 50 kilómetros de Bellavista.
El fiscal Juan Carlos Castillo tuvo hasta el viernes una sola hipótesis que apuntó a que Loan se había perdido en el monte. Era lo que habían manifestado los familiares que compartieron el almuerzo en la casa de la abuela del niño y los tres detenidos: Bernardino Benítez, tío del menor, y la pareja integrada por Daniel Ramírez y Mónica del Carmen Millapi, los tres adultos que supuestamente fueron con Loan y cinco niños a un naranjal que está ubicado a unos 600 metros de la casa de la abuela, donde habían almorzado.
El fiscal pasó por alto que ese día también había otras dos mujeres, como advirtió en una presentación el abogado Jorge Monti, que hicieron el camino hasta la mitad del tramo al naranjal y luego se volvieron: Laudelina Peña (tía de Loan) y Camila Gómez. Hasta el pasado viernes era el abogado de los tres primeros detenidos, pero ese día renunció a la defensa de Benítez. En ese escrito había solicitado que esas dos mujeres fuesen llamadas por la fiscalía. La misma medida solicitó para Carlos Pérez y su pareja, Victoria Villalba que son amigos de la abuela de Loan, quienes se fueron tras el almuerzo a Nueve de Julio para ver un partido de fútbol por televisión y al otro día viajaron a Corrientes. Ellos fueron detenidos anteanoche junto al comisario del pueblo, Walter Maciel.
Los rastrillajes que se realizaron durante nueve días con más de 1000 efectivos de distintas fuerzas y brigadas de varias provincias no dieron resultados positivos. Los rescatistas “peinaron” más de cinco veces el lugar donde desapareció Loan y los bañados y lagunas cercanas. Trabajaron con perros y drones, pero no hubo avances. Varios de los jefes del operativo advirtieron por lo bajo que era imposible que Loan estuviese en el campo cercano a la casa de su abuela. La ausencia del fiscal en el lugar del hecho generó que los cambios en la dirección de la investigación se mantuvieran como al principio y se perdiera mucho tiempo.
Recién el jueves, una semana después de que desapareciera Loan, Castillo ordenó peritajes de las antenas de celulares de la zona para determinar quiénes podrían estar en esa zona. El fiscal Castillo tampoco ordenó el secuestro de todos los celulares de los que estaban presentes para determinar si existió alguna maniobra para sacar al niño de ese lugar.
La primera que empezó a plantear la posibilidad de que Loan hubiese sido raptado fue su madre, María Noguera, pero el abogado que tenía hasta el miércoles pasado –Roberto Méndez– insistió en que la única hipótesis era el extravío del niño en el monte. En diálogo con LA NACION, ese día Méndez confirmó que la madre del niño había pedido que se busque a Loan “casa por casa” en el pueblo Nueve de Julio. Luego dejó su posición como letrado de Noguera.
La Justicia correntina comenzó a moverse con mayor premura, después de que los habitantes de Nueve de Julio empezaron a movilizarse en el pueblo. El miércoles a la noche se manifestaron frente a la comisaría. Ese día estaba previsto que se realizara una caravana desde Bellavista hasta la mencionada localidad, pero a último momento se suspendió. Las autoridades entablaron negociaciones para que se cancelara.
Noguera cambió de abogado ante el poco movimiento de la causa. La acción penal estaba a cargo del mencionado Méndez, que nunca contradijo al fiscal ni pidió medidas para cambiar el enfoque de la búsqueda. El abogado Méndez sostuvo a LA NACION que desde un principio se brindó información al fiscal federal de Goya y a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (conocida por la sigla Protex), pero aclaró que “no había evidencias para avanzar en ese sentido”.
Sin embargo, algo cambió tras la detención anteanoche del comisario y la pareja que había estado en el almuerzo. Perros de la policía detectaron rastros de la ropa de Loan en uno de los autos en los que llegó la pareja detenida. Pérez, un capitán de navío contador de la Armada, y Caillava, funcionaria municipal, dijeron que habían ido a almorzar a la casa de la abuela del chico, porque tenían una amistad con ella. Lo extraño es que al resto prácticamente no los conocían. Y se fueron antes de que desapareciera Loan. Es que Pérez quería ver un partido de fútbol por la TV, según dijo su esposa.
Se trasladaron al pueblo en una camioneta y al otro día viajaron a la ciudad de Corrientes en un auto, un Ford K color rojo. Los perros encontraron los rastros de olor de Loan en ese vehículo que usaron para viajar a la capital de la provincia, donde la mujer debía hacerse un chequeo médico, según declaró.
Ahora el foco de la investigación se centra en que Loan fue llevado a otro lugar. El dilema es dónde. El lugar donde desapareció está cerca de rutas que conducen a la frontera con Brasil y Paraguay. El tiempo que se perdió en la investigación al principio de la desaparición del niño ya no se va a poder recuperar. Lo único que puede ayudar a develar el misterio de donde está Loan es que alguien del entorno familiar se quiebre.
La Justicia no escuchó a la madre del menor, que pedía rastrillajes “casa por casa”, y se aferró a la teoría del chico extraviado Seguridad
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