Karina, la arquitecta de la nueva fase libertaria​

“Roma no paga traidores”, posteó en Instagram Ramón “Nene” Vera, un viscoso peronista de Moreno acusado de irregularidades como consejero escolar, que hoy es uno de los principales punteros territoriales de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. La ironía de su mensaje tenía como destinatarios a los jóvenes celestiales que acababan de ser marginados casi por completo de las listas bonaerenses.

“Te das cuenta, se nos burla un impuro, a nosotros que estuvimos con Javier desde el inicio”, se lamentó uno de los integrantes de la guardia pretoriana del Presidente. El exponente más fiel del barro político que anida en LLA ridiculizando a los renovadores digitales que venían a combatir la casta.

Éste es el estado de confusión en el que quedó una parte clave el oficialismo después del sábado de la lapicera implacable. Abrumados por una pregunta filosófica: ¿qué somos? Un interrogante que interpela lo más nítido que había aportado Milei y su banda cuando desembarcó en la política.

Uno de los referentes de las Fuerzas del Cielo más racionales retrata la frustración de su espacio: “Si a la lista de LLA le sacás el logo del partido y la mostrás en blanco y negro, no con el violeta, te cuesta identificarla como nuestra. Podríamos haber acordado candidatos más representativos, porque nuestro argumento no es que nos deben algo por estar desde el principio, sino porque nuestro activo principal es la identidad del proyecto libertario. Somos parte sustantiva de su esencia, y eso se extravió”.

Más allá del natural desencanto por la derrota en la distribución de lugares emerge todo el tiempo la cuestión identitaria. No está en debate el rumbo del programa de gobierno. Tampoco se trata de una mera cuestión estética. Lo que está en juego es algo más sofisticado, que consiste en determinar los actores, los instrumentos y las capacidades para alcanzar los ambiciosos objetivos trazados para el último tramo. En definitiva, si es posible cumplir con las promesas que hace Milei para la etapa que viene.

En la confección de las listas libertarias aparece un fuerte predominio de referentes territoriales de pasado peronista, una receta que incluye reciclados de exmassismo y exkirchnerismo, sazonados con finas hierbas neomenemistas.

Los territoriales de Sebastián Pareja aseguran que no había otra manera de cubrir la gran cantidad de puestos en los 135 municipios y que los jóvenes tuiteros no contaban ni remotamente con una oferta semejante. “Los pibes dicen dedicarse a la batalla cultural y que ven la política de un modo distinto, hasta que empiezan a pujar por entrar en las listas”, les enrostran los “emparejados”.

Por ese motivo las cuentas en redes sociales orgánicas, que responden a las directivas de Santiago Caputo, prefirieron el silencio y sólo algunas ironías anónimas. El malestar se canalizó a través de tuiteros muy cercanos, pero no oficiales, como Traductor o Pregonero, quien en uno de sus posteos más virulentos expresó: “No podes armar tu ejército con mercenarios cuya única función hasta su contratación era ser parásitos estatales ni tampoco con el descarte biológico de la sociedad, subeducados que solo quieren formar parte por el sueldo de concejal o legislador. Se supone que sos lo opuesto a 100 años de sanguijuelas impositivas”.

Un funcionario importante del Gobierno confía en que el desbalance que se produjo en el cierre de listas provinciales será recalibrado en el armado de las candidaturas nacionales. “Va a ser diferente, lo territorial va a pesar menos y va a ser importante la calidad de los postulantes. Debemos elevar el nivel de legisladores”, admite, y repite que no les puede volver a pasar que como fuerza oficialista tengan un desgranamiento de sus bloques. Aparecen como recordatorios los casos de Lourdes Arrieta, Marcela Pagano, Oscar Zago, Francisco Paoltroni y otros.

En las Fuerzas del Cielo tienen muchas dudas; no creen que haya un criterio de compensación. Sospechan que lo del cierre de listas bonaerenses fue el prólogo de una nueva etapa, no un proceso puntual. Y es que además de la cuestión identitaria sobrellevan otro enigma irresuelto, de similar significado: ¿hasta qué punto Milei cuenta con los recursos personales para imponerse sobre su hermana en las áreas que le delegó?

Rememoran con amargura que el Gordo Dan y Agustín Romo, los representantes oficiales del espacio, se reunieron con el Presidente y, a pedido suyo, le llevaron una lista con sus postulantes, que incluía una detallada descripción de sus perfiles personales y profesionales, y las cualidades que podían aportar como candidatos. Se imaginaron un scouting al estilo empresarial. Pero el papel terminó en el tacho de basura de Karina Milei.

El sábado loco, en el momento definitivo, el teléfono de Javier se desconectó, y los jóvenes del mundo digital se replegaron para decidir qué hacer. Sólo les daban un puesto para Mariano Pérez, el youtuber libertario, quien ofreció el lugar para quien el grupo considerara más adecuado.

El Gordo Dan y Romo resolvieron que lo mejor era que fuera Nahuel Sotelo, secretario de Culto y legislador con licencia, quien en medio de las tratativas salió y entró del bunker admitiendo no saber si iba a ser candidato hasta último momento. Santiago Caputo se había corrido mucho antes de las negociaciones, por entender que sus diferencias con los primos Menem y con Pareja sólo complicaría las chances de su gente.

Así lucieron en el momento decisivo, aislados y destratados, como si toda la batalla cultural no hubiera tenido valor en el instante crucial de cotizar acciones. “Después nos vienen a buscar en los momentos de crisis para que los defendamos en las redes”, se quejó uno de ellos. Incluso la reivindicación al Gordo Dan en la Derecha Fest sonó a consuelo.

Algunos recordaron los shows escarlata y los estandartes romanos de las movilizaciones celestiales como si hubiesen sido meros insumos simbólicos para los incautos militantes virtuales, mientras la realpolitik de Pareja invadía el imperio por la retaguardia.

Javo, mi amigo

Se filtra en esa desilusión una sensación impronunciable: que el vínculo privilegiado con Milei no alcanza para lograr objetivos políticos. Y este es un punto nodal. La gran pregunta ya no es si Karina es capaz de doblegar a Santiago Caputo, algo que acaba de exhibir y refrendar en su extensa proclama en favor de la lealtad y la disciplina partidaria.

El tema de fondo es si al imponerse en el diseño electoral Karina se está transformando en la nueva arquitecta intelectual del proyecto libertario de su hermano para la segunda mitad del mandato, un rol que hasta ahora había ejercido Caputo. Si al establecer su criterio de que es el momento para que LLA expanda el violeta en todo el país no está empezando a rediseñar el tablero político a partir de diciembre. Si la doctrina del alineamiento acrítico que propuso en las redes no marca una fase de endurecimiento interno.

La división de tareas entre lo electoral y la gestión se difuminan en estas circunstancias, porque la gestión queda determinada por las decisiones electorales inevitablemente.

Por eso lo esencial no pasa por verificar quién tiene más poder en el vínculo fraterno de los Milei, porque podría inducir a error, aunque hay anécdotas muy concretas, narradas por ocasionales interlocutores, que demuestran que en determinadas circunstancias Javier acepta los límites y las directivas de Karina. Así como ella jamás intervendría en una decisión económica, él le encomienda la construcción política que dice “odiar”. Será tarea para un psicólogo determinar si esa delegación es totalmente voluntaria o el indicio de una relación emocional asimétrica.

Si durante 2024 la figura de mayor crecimiento en el equipo presidencial había sido Santiago Caputo, quien pasó de ser el estratega comunicacional a manejar medio gobierno desde la salida de Nicolás Posse, este 2025 expuso la consolidación de la figura de Karina Milei.

Ya desde fines de enero exhibió su poder de fuego, cuando en una sola semana corrió a Eduardo Serenellini de la Secretaría de Prensa, expulsó a Ramiro Marra de LLA, le sacó el despacho al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y alambró con custodios los pasillos de la Casa Rosada para que los periodistas no accedieran a las habituales charlas ocasionales con Santiago Caputo. En cinco días fulminó a dos camaradas de su hermano, degradó a un delegado de Posse, y limitó al asesor estrella. Ahora ocurrió algo similar. En un solo movimiento demostró los límites políticos de la amistad de Milei, marginó al joven estratega y dejó a las Fuerzas del Cielo en manos de Dios.

El Presidente se hizo el distraído, pero en conversaciones reservadas admitió el ruido interno que generó todo este movimiento. Por un lado, alentó una reunión entre Karina y Caputo y ayer dijo que los dos eran sus “hermanos”. En ese espíritu, la funcionaria y el asesor se juntaron esta semana para demostrarse la habilidad que tienen ambos para fingir demencia. Será interesante ver cuánto se involucra el joven que fuma y espera en la campaña bonaerense.

Milei también mantuvo un largo encuentro con Guillermo Francos, a quien le pidió que se involucre como intermediario y amortigüe las tensiones residuales entre los otros dos vértices del ya deformado triángulo de hierro. No le demandó que se integre a esa cúpula, sino que lo ayude a mantener la convivencia. El jefe de ministros se reunió con ambos por separado para limar asperezas. En ciertas circunstancias los moderados son más valorados que los radicalizados.

Francos también asumió la costosa labor de reconstruir lazos con los gobernadores que alguna vez fueron aliados, con la mira puesta en blindar los vetos que el Ejecutivo firmará próximamente para las leyes jubilatorias y de emergencia en discapacidad. En los últimos días hilvanó reuniones con Ignacio Torres, de Chubut; Raúl Jalil, de Catamarca; Alfredo Cornejo, de Mendoza; Gustavo Sáenz, de Salta; Rolando Figueroa, de Neuquén; y Carlos Sadir, de Jujuy.

El diálogo no es sencillo. Francos se desgastó como interlocutor y los gobernadores ya demostraron alguna rebeldía en la revuelta del CFI. Sin embargo, hay intereses que podrían acercarlos. La propuesta del jefe de Gabinete es conversar de todo el paquete legislativo junto: los dos proyectos jubilatorios y el de discapacidad, que ya son ley y son impulsados por el kirchnerismo y exaliados libertarios, más las dos iniciativas de los mandatarios provinciales que tienen media sanción del Senado: el de ATN y el del impuesto a los combustibles.

Francos apuesta a que acompañen al Gobierno en sostener el veto de las primeras tres leyes (que los gobernadores no promueven especialmente) y en enfriar la coparticipación del impuesto a los combustibles, a cambio de lograr alguna “conciliación” con los ATN, para que una vez que sea ley no sea vetada por Milei.

Pero hay un problema en la ilusión de Francos: la reactivación del Congreso empezará en la segunda semana de agosto, exactamente cuando se estén cerrando las alianzas electorales para octubre (el 7) y cuando falte pocos días para la definición de las listas (el 17). “Nos va a salir carísimo en términos políticos”, admiten en su entorno.

Y aquí otra vez se cruzarán los caminos de la estrategia electoral y el futuro de la gestión. Hasta el momento, Karina habilitó acuerdos con tres gobernadores solamente: con Cornejo en Mendoza, con Leandro Zdero en Chaco y con Rogelio Frigerio en Entre Ríos (todavía no se cerró). En provincia de Buenos Aires aceptó ir con Pro, y en la Ciudad está en contra de una reconciliación con el macrismo. Después hará alianzas tácticas, pero en boletas separadas, en Río Negro, Neuquén y Chubut. San Luis y Jujuy son una incógnita, y el resto parece descartado.

Claramente el éxito electoral con el que se ilusiona el Gobierno estará apalancado en la baja de la inflación y en la estabilidad macroeconómica, no en el armado de las listas. Aparece por ahora una limitación libertaria para generar un atractivo con figuras convocantes o renovadas. Todo el peso recae en la marca de La Libertad Avanza y en el atractivo que Milei conserva entre el electorado.

Karina volverá a estar al frente de esta tarea, ahora con los Menem como bastoneros. ¿Cuánto incidirá Milei, más allá de imponer a José Luis Espert al frente de la boleta de diputados en la Provincia? ¿Podrá aportar su mirada estratégica Santiago Caputo? ¿Recuperarán algún protagonismo las Fuerzas del Cielo? ¿Habrá lugar para alianzas con otras fuerzas?

Estas definiciones no tienen que ver sólo con los nombres en las listas, sino esencialmente con el diseño del futuro oficialismo. Y en ese reformateo clave, la hermana presidencial parece haber asumido un protagonismo decisivo. Es otra innovación que trae el experimento libertario.

​ Al imponerse en el cierre de las listas, empezó a formatear el oficialismo que viene; la intervención de Milei para moderar la interna con Caputo y el pedido a Guillermo Francos  Política 

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