Juicio histórico: el dramático testimonio de la madre de Benjamín, el segundo bebé fallecido en el Neonatal de Córdoba​

CÓRDOBA.-Damaris Bustamante, la madre de Benjamín Luna, el segundo bebé fallecido en el Hospital Neonatal de Córdoba el 23 de abril del 2022 es la primera testigo en sentarse a hablar ante el tribunal que juzga cinco supuestos crímenes y ocho intentos de homicidio. Con su remera con la leyenda “Justicia por Benjamín”. Visiblemente conmovida y nerviosa, estaba sentada de frente a los camaristas y los jurados populares y a metros a la izquierda de Brenda Agüero, la enfermera imputada como supuesta autora material de los hechos. Bustamante precisó cuándo conoció a la enfermera. “¡Levantate Damaris!, ¡Levantate no seas egoísta levantate! Si tu hijo se muere va a ser tu culpa –detalló que le insistía–. Ahí empezó su maltrato”. La joven comenzó a llorar en ese tramo del relato y casi no paró en todo su testimonio.

Benjamín nació a las 8.13 del sábado 23 de abril del 2022, con 39 semanas de gestación; pesó 3,310 kilos. Su madre siempre dijo que fue un “parto horrible” y, de hecho la médica imputada que declaró antes de ella recordó que hubo una reunión por su caso de presunta “violencia obstétrica”. “Benja” murió ocho horas después. “Mi bebé estuvo bien hasta que lo amamanté. Después no sé qué pasó”, sintetizó.

Bustamante pidió que Agüero no estuviera en la sala. Ya en la audiencia sostuvo que “hasta que los hechos salieron en las noticias yo me sentí culpable. No es fácil estar cerca de alguien que me maltrató tanto. Me volví a mi casa con los brazos marcados por ella y sin mi hijo”.

En la antesala de esos detalles, describió que la llevaron de la guardia a una sala de preparto, donde había unas cinco o seis madres más. Le indicaron que sino podía estar acostada, se quedara parada. “‘Por favor háganme una cesárea’, les decía llorando y me decían: ‘aguantátela’”. Recordó que empezó a perder flujo con sangre, en cuclillas, y entonces “entró Brenda Agüero contándole a sus compañeras que había llegado tarde porque se le habían escapado sus perros. Se estaba recogiendo el pelo. Me miró, sonrió y se subió el barbijo”.

“’¿Qué le pasa a esta?’, preguntó ella [en referencia a Agüero] y los otros le decían: ‘no sabemos, todas pueden, ella no’”, siguió. Dijo que el parto “estuvo bien; me pusieron a ‘Benja’ en el pecho. Lo tuve unos minutos en el pecho, lo acaricié. Me dijeron que estaba a la vista mía, si podían llevar a pesarlo. Cuando lo llevaron a la mesita Brenda entró a la sala de partos y, como si no me hubiera hecho nada, me dijo ‘viste mamá que ibas a poder. Yo te tenía fe’. Fue hasta donde estaba ‘Benja’ y se fue”.

A ella la llevaron a una sala de recuperación y más de media hora después le alcanzaron a su hijo: “Se prende a la teta. Lo tuve unos 40 minutos, lo acaricié, le canté y solo quería irme a casa con mi hijo. Me traen una cunita y me piden que lo ponga ahí y que termine de desayunar (…). Entra Brenda, pasa por delante mío, me dice: ‘¿estás bien?’. Pasa a una salita con unos armarios, cajas. Vuelve y se para al lado de mi hijo. ‘Está incómodo así’, me dice y le respondo que no, que estaba tranquilo. Ella lo acomodó. Cuando Brenda lo acomoda, él larga el llanto, empieza a llorar. Le pido que me lo dé y me dice que no”.

Bustamante después no recuerda si Agüero se fue o no, pero sí que llegaron dos médicas y le indicaron que cambiara de pecho. Como seguía llorando, pidieron revisarlo, ella les pidió que fuera ahí mismo. Pero le plantearon que lo veían “raro” que tenían que llevarlo. “Después de un rato vinieron y me dijeron que le había dado un paro cardiáco, que me quedara tranquila, que lo podían manejar”, expresó.

La joven se descompensó, se le bajó la presión y estuvo –según le contó otra madre– una media hora descompuesta. Cuando empezó a recuperarse, entra su mamá. Una médica de terapia intensiva le explica que estaba “muy abrumada, que no sabía que le pasaba a mi bebé, que estaba muy mal”. Al rato le avisan que había tenido un segundo paro cardíaco

Bustamante tuvo varios accesos de llanto a lo largo de todo el relato, pero no se tomaba tiempo y siempre siguió. Cuando lo vió en terapia –a donde llegó en silla ruedas llevada por una enfermera y con Leandro, su pareja– aseguró que pidió “mucho a Dios por mi hijo”

“Maltrato”

Dos veces afirmó que la persona que la tomaba de los brazos antes del parto era Agüero. Su abogado, Carlos Nayi, dio cuenta de que las fotos de los brazos marcados están en el expediente. Apuntó que su familia advirtió la violencia que sufrió en el momento del entierro de Benjamín y por eso decidieron presentar un relamo en el Neonatal.

En la segunda ecografía, a las 18 semanas, supo el sexo de su hijo. Era su primer embarazo. Dijo que al enterarse de que tendría su bebé era “sana” y contó que cuando se enteró fue “una alegría muy grande. Me sentí bendecida, fui muy feliz; también el papá de mi hijo”. Indicó que fue por primera vez al Neonatal en febrero de 2022 cuando tuvo un “sangrado muy pequeño. En el dispensario me dijeron que era normal, pero que fuera a la Maternidad para que me sacara el miedo. Estuve seis horas en la Maternidad y decidimos ir al Neonatal”.

Relató que en esa consulta le hicieron escuchar los latidos, le señalaron que “estaba todo bien, que había sido porque había tenido relaciones”. A los días le realizaron una ecografía. “No recuerdo bien, pero fueron dos o tres controles más. Cerca de la fecha empecé a despedir un flujo, fui, me explicaron que no había roto bolsa. Me volví a mi casa”. El 22 de abril a la noche empezaron las contracciones, a las 3 se despertó porque ya eran “muy fuertes”. Fue al Neonatal con su pareja y sus padres.

En la guardia le tomaron los signos vitales y la hicieron esperar. “Me hacen entrar a la guardia y desde entonces empiezo a sufrir violencia obstétrica. Quiero entrar con mi mamá y me dicen que no, que ya estaba grande para esas cosas, que esperara afuera”, detalló. Describió que le hicieron bajar los pantalones para tomarle la dilatación, que le negaron ayuda para subir y bajar de la camilla.

“Lo hice como pude con muchísimas dilataciones todo el tiempo (…). El dolor físico era terrible, tenía siete de dilatación. Tuve mucho miedo y me dije que lo tenía que pasar porque era el mejor momento de mi vida”, apuntó y afirmó que había dos profesionales, “una era estudiante”. Expresó que no la dejaban ni tomar aire, “me obligaban a contestar”, y graficó que hacían gestos de impaciencia.

El juicio por jurados tiene 11 imputados. La principal es Agüero, acusada de cinco asesinatos más otros ocho en grado de tentativa, y diez exfuncionarios y profesionales enfrentarán a un jurado popular. Para ella, si se comprueban los delitos, solo cabe la pena de prisión perpetua. Todos ellos ya pasaron por el estrado.

En las próximas audiencias –cuatro por semana durante todo este mes– seguirán hablando los querellantes, 14 damnificados por los hechos se constituyeron como querellantes particulares y 29 iniciaron acciones civiles contra los imputados y el Estado provincial.

​ Damaris Bustamante es la primera testigo en hablar ante los jueces y el jurado popular; su hijo murió ocho horas después de nacer  Sociedad 

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