Hernán Reyes, candidato de la Coalición Cívica: “Milei se cree rey y en función de eso administra el Estado a gusto y piacere”​

Hernán Reyes recuerda cuando empezó a militar a los 19 años. Se acercó, junto a su hermana, a una reunión encabezada por la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió y desde entonces se plegó a su lucha contra la corrupción y “en defensa de la República”. Ahora, en las elecciones nacionales del domingo próximo, buscará llevar esa misma agenda a la Cámara de Diputados.

En una entrevista con LA NACION, el candidato a la Cámara baja por la Ciudad de Buenos Aires explica qué iniciativas impulsará en el recinto en caso de alcanzar una banca y analiza la posibilidad de reeditar un espacio conjunto con sus antiguos aliados de Juntos por el Cambio, el Pro y la UCR.

–¿Qué rol cumple la Coalición Cívica en el gobierno de Milei?

–La Coalición Cívica es central en una resistencia contra el pasado, en ponerle, por un lado, un límite a ese intento permanente de desestabilización que ofrece el peronismo y, por otro, al gobierno de Milei que está lastimando mucho desde lo institucional, pero también desde lo social. La Argentina tenía que cambiar en lo económico, en lo institucional y lo político y lo cierto es que se está repitiendo a sí misma. Hoy estamos frente a un gobierno que ataca la libertad de expresión casi como un hábito, que ha obturado los organismos de control como la Oficina Anticorrupción y que ejerce el poder a través del veto y el decreto. Entonces, el salto institucional que la Argentina necesita para salir definitivamente del pozo no se está dando. El desafío nuestro es poner eso arriba de la mesa.

–¿Qué tan receptiva se muestra la ciudadanía a esa agenda, en especial tras la asunción de Milei?

–Yo siento que la gente está dolida. La gente siente el engaño, la mentira, la traición. En cualquier hecho de corrupción se lastima al ciudadano que confió y que se quedaron con su plata. Entonces hay receptividad porque la gente necesita un poco de aire. El mayor dolor es decir “no salimos del pasado, sino que se repite”. Después de lo de la Agencia Nacional de Discapacidad, lo de $LIBRA o el caso de Espert, la sensación de angustia es profunda porque hay una sensación de engaño. Y el desafío de mi generación es dar la batalla contra la corrupción sin dobleces, entendiendo que no es de derecha ni de izquierda, que la corrupción es una tragedia y que se manifiesta en diferentes gobiernos si no se construyen herramientas para enfrentarla.

–En este contexto, ¿qué expectativas tiene para esta elección?

–Creo que es una oportunidad enorme para renovar, para apostar a nuevas caras, pero con la historia y trayectoria que tenemos nosotros en la Coalición Cívica. La Argentina no se explica en libertarios y kirchneristas. Hay un montón de nosotros que quedamos afuera de esa clasificación. El desafío del 2027 es volver a encontrarnos, por eso pido a los porteños que nos acompañen para poder ir a esa unión con la fuerza que necesitamos para seguir reivindicando la lucha contra la corrupción sin miramientos, la defensa de la igualdad de oportunidades, la educación y la salud pública. No hay ninguna otra fuerza política que condense con tanta potencia todo esto.

–¿Qué opinión le merece lo que está pasando con las leyes de emergencia en pediatría, financiamiento universitario y discapacidad?

–Definitivamente, demuestra el autoritarismo del Presidente. Milei se cree rey y en función de eso administra el estado a gusto y piacere. Por eso, es importante ponerle límites. A diferencia de Ricardo López Murphy, a quien respeto, no creo que el problema del Presidente sea el entorno y los modos. El problema es el norte hacia dónde va. Por eso no estoy de acuerdo con haberle dado facultades delegadas. El orden económico hay que encontrarlo, pero nunca debe hacerse sobre las espaldas de los jubilados, el Garrahan o la universidad pública.

–¿En qué áreas se podría recortar?

–Revisaría los regímenes especiales como el de Tierra del Fuego y después gastos que no tienen razón de ser como los de la SIDE. En realidad, el problema de la Argentina es que vincula la autoridad política a la velocidad. En función de ese vínculo, se toman soluciones mágicas que no resuelven nada. Tenés hoy un ciclo económico que baja la inflación del 25% al 2% en un año y medio, pero es pura demagogia. El desafío más grande que tiene la Argentina hoy es generar estabilidad macroeconómica con decisiones profundas y sostenidas en el tiempo y restricciones éticas para llegar a ese objetivo. Esto significa que no se puede gastar más de lo que ingresa, pero que no se puede tocar a los sectores más vulnerables. Hay injusticias que son intolerables. Yo estoy del lado del Garrahan, presenté una denuncia penal, logré que se ponga luz sobre los $40 millones que tenía guardados el Consejo Directivo y en función de eso empezaron a distribuir algo de plata.

–La salud es parte de su agenda, ¿qué propuestas llevaría al Congreso si accediera a una banca?

–Nosotros hicimos una denuncia contra PAMI por sobreprecios en la compra de medicamentos. Es un problema tanto para los ambulatorios, que los pagamos hasta cuatro o cinco veces más que en Europa, como en los de alto costo. Según pudimos acreditar en la denuncia que hicimos con Carrió, los medicamentos oncológicos se han pagado hasta 15 o 16 veces más por contratación directa que por licitación pública. Eso es un escándalo porque toda la presión que hay sobre medicamentos ataca la capacidad de prestación de PAMI, las obras sociales y el Ministerio Público de Salud. Entonces es urgente cambiar el mecanismo de compra de medicamentos. Le mandamos en su momento una propuesta a Sturzenegger para la compra centralizada entre los diferentes sistemas para hacer valer el poder de compra del Estado frente al lobby farmacéutico. Y el otro problema es que no hay una ley de prepagas, entonces, hay un abuso permanente sobre los beneficiaros del sistema privado de salud, al que permanentemente les cambian las condiciones y les suben los precios. Sin duda, esa ley es un tema urgente.

–Hablaba antes del desafío de volver a encontrarse. ¿Hay una intención de formar una alianza de centro a futuro?

–Yo no creo en esa clasificación de centro. El desafío de esta generación es construir una identidad alternativa. Los libertarios y el kirchnerismo en términos institucionales y de falta de transparencia se asemejan muchísimo. ¿Cómo nos ponemos en el centro de eso? No, estamos a un costado y tenemos que dar un salto hacia adelante y superar esos populismos y demagogias. Eso se hace volviendo a la ley, distribuyendo premios y castigos conforme a la ley y no conforme a los amigos del poder. Entonces, lejos de pensar en la idea de centro, hay que construir una nueva identidad democrática, de igualdad de oportunidades y lucha contra la corrupción.

–¿Esa nueva identidad democrática puede incluir a sus ex aliados de Juntos por el Cambio?

–Juntos por el Cambio es una experiencia, a mi modo de ver, buena en el intento. Y creo que hay que volver a pensar en esa reunión, en ese gran encuentro. Yo no coincido con muchos ex Juntos por el Cambio que dicen que La Libertad Avanza es lo mismo que fuimos nosotros a más velocidad. Ellos van en otro sentido. Entonces quiero convocar a todo ese militante de Pro, el radicalismo y la Coalición Cívica que alguna vez construimos ese espacio para proyectarlo al futuro. Hay un montón de votantes de Pro, afiliados y dirigentes que no se sienten cómodos con lo que dice y hace Milei y tienen un lugar seguro en la Coalición Cívica para transitar hacia una salida en el 2027.

​ Encabeza la lista de diputados del partido de Elisa Carrió en la ciudad; subraya el rol de su espacio en la lucha contra la corrupción; la posibilidad de reeditar Juntos por el Cambio  Política 

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