Hasta dónde subirá el dólar y los peligros que acechan al gobierno de Milei​

En Casa Rosada y en el Ministerio de Economía dicen estar tranquilos a pesar de que el dólar -el termómetro de la estabilidad criolla- se despertó de su sueño de una noche de verano. En medio del debate entre el Gobierno y parte del mercado sobre el atraso cambiario en la Argentina, la angurrienta baja de tasas de interés del Banco Central (BCRA), un súper peso en una economía carente de competitividad, con alta presión fiscal y elevados costos en dólares, y la falta de resultados políticos en el Congreso aparecen los impulsores del salto del blue y las cotizaciones financieras de los últimos días.

¿El peligro? La pesadilla se llama brecha cambiaria, que se duplicó en días, y las consecuentes expectativas de devaluación. Son las mismas que, extendidas en el tiempo, se meten en la cabeza de los remarcadores de precios. Vale recordar: el gobierno de Milei gana en dos canchas. La primera es la del descenso de la inflación, el principal problema de la mayoría de los argentinos, según las encuestas. La otra es la del vacío absoluto de referentes en la oposición. La gran pregunta que se abre es en definitiva cuánto dura este salto, dónde se frena y qué impacto tendrá finalmente sobre los precios de otros bienes y servicios.

“Nosotros no nos vamos a mosquear por algún movimiento particular”, aseguraron cerca del despacho presidencial que ocupa el libertario. “En otros momentos, saltó la brecha [pasó en enero pasado, por ejemplo] y después se acomodó”, agregaron cerca de Javier Milei, donde creen que no hay suficientes pesos ya en la economía ni para mover los valores de los dólares ni de los precios.

“Sería una corrida extraña con el BCRA comprando dólares, ¿no?”, se divirtieron en el equipo económico citando a algunos colegas que analizan lo que ocurre en el mercado. Sin embargo, la entidad que conduce Santiago Bausili hizo hoy la menor compra del mes: sólo US$59 millones. Pero sí, es verdad, sigue comprando dólares y lleva casi US$17.000 millones desde que Alberto Fernández y Cristina Kirchner dejaron la Casa Rosada. Todo a pesar de que Nicolás Posse ratificó que el dólar oficial en diciembre llegará a $1016, lo que implica que el BCRA mantendrá su estrategia de crawling peg al 2% mensual.

“Nosotros tenemos que ganar competitividad bajando impuestos, no devaluando. Devaluar es el error que se cometió siempre”, afirmó el martes por la noche Caputo frente a los directivos de finanzas del IAEF. “Me importa poco y nada [lo que pase con el dólar blue]. Hay solidez macro y no hay pesos para presionar al dólar”, dijeron que sugiere el ministro a quienes lo acompañan sobre los saltos de los tipos de cambio libres. “Asumimos que con este precio del dólar, el BCRA compra dólares todos los días, hay equilibrio fiscal y escasez de pesos. Por lo tanto, no hay nada de que preocuparse”, ratificó un asesor.

Los distintos sectores

En el campo venían bregando hace tiempo un mejor tipo de cambio para liquidar. Allí se vende un 80% al oficial y otro 20% al Contado con Liquidación (CCL). En estos días, según el mercado, tienen un dólar en alrededor de $960, que surge de un oficial a $890 y un contado con liquidación (CCL) a $1256. “Esto es, definitivamente, mejor tipo de cambio para el productor y están liquidando bastante más”, dijeron en una cerealera. En definitiva, la baja de tasas del BCRA fue también un inductor para lograr ese mejor precio.

Varias fuentes del equipo económico descreen que estos movimientos de los tipos de cambio contagien a los precios en las góndolas, por lo menos, en lo inmediato. Cuentan con una ayuda clave: la recesión. El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) –un anticipo del PBI- se derrumbó 8,4% interanual en marzo. El consumo masivo no remonta y, desde septiembre, cae la cantidad de trabajadores registrados privados (también sus salarios). Desde el cambio de Gobierno, hay 62.000 menos. En la industria alimenticia, los supermercados, la electrónica, y las automotrices coinciden con el Gobierno. No habrá remarcación, por ahora. Se mira el dólar oficial y, de reojo, la brecha. Todo depende del tiempo.

“El consumidor es el rey. Antes había pesos y convalidaba subas. Eso ya no va más”, definieron en una empresa de alimentos. Allí, dijeron, no se pueden trasladar alzas y, más que atentos al dólar, están en una lucha encarnizada con proveedores por los valores en la cadena. “Los miramos atentos [a los dólares], pero estamos en otro modo: ver cómo levantamos la brutal baja en las ventas y para eso tenemos que mantener los precios o bajarlos como hicimos este mes. No hay margen para subir”, contaron en otra firma. En ese camino, por ejemplo, irá el programa “Precios Redondos” que lanzará Danone en estos días.

“No hay margen para subir los precios con la baja de volumen. Hay que estar atentos y ver cómo evoluciona [el tipo de cambio]”, aseguraron en una multinacional de consumo masivo.

En los supermercados, como siempre, desconfían de la industria. Allí esperan a ver si se corta [la suba del dólar] o no la escalada. “Un par de días más así y va a pegar en las listas”, anticiparon.

En las automotrices prometen, en tanto, mantener sus precios si el dólar oficial se mantiene estable. como hasta ahora. Incluso hablan de “oportunidad” para las alicaídas ventas, de entre 20% y 30% en los primeros meses del año. Con el blue y el CCL subiendo, los pesos rinden más para acceder al impagable 0 km. “Autos sobran. No hay lugar para sobreprecios en los concesionarios”, contaron en las empresas.

En el mundo de los electrónicos, un bien sumamente atado a la evolución del dólar y cuyo consumo dependió en los últimos años de las expectativas de devaluación, repiten lo mismo. La caída de las ventas no da margen para aumentar precios. Cayeron entre 40% y 45% en promedio. En algunas categorías más. “El principal problema es que no hay consumo”, dijeron a este medio, pese a que algunos se costean al CCL. En esas empresas, muchas de ellas en Tierra del Fuego, le encienden velas a San Cuota Simple.

En el mundo empresarial repiten (¿lo creen?) que lo que vale es el dólar oficial. Y dan dos datos importantes: pese al alza de la brecha y los financieros, no sólo se caen las ventas, sino que además el Gobierno comenzó a normalizar el comercio exterior y también el giro de dividendos, lo que elimina presiones. Un ejemplo: hoy podían verse fotos de los panes de molde brasileños en las góndolas de los supermercados de Censosud de Unicenter. Se estima que la variación de los importados entre abril contra un promedio de enero a marzo muestra un aumento de la importación de un 35% en productos de la canasta básica y 21% en medicamentos. “Están llegando cuatro equipos de 20 toneladas cada uno [con panes]. Lo que se vio hoy en algunos locales es un camión que entró el martes”, contaron.

Los economistas que son consultados por las empresas entienden que una mayor brecha alimenta las expectativas de devaluación. Finalmente, da la sensación de que el oficial está retrasado. Así, las tesorerías de las compañías se ponen en alerta y dejan de liquidar stocks –hoy abundan- a un precio de dólar barato. “Si había una sensación de tranquilidad y de desinflación, esto te pone en alarma”, contaron.

“La última baja de tasa fue demasiado apurada, angurrienta”, comentó uno de los hombres más escuchados del mercado. “Quieren que los bancos se pasen de Pases a deuda del Gobierno. Están obsesionados con el tema de los pasivos del Banco Central. Es un error. Bajaron la tasa y ahora la tasa implícita en dólares quedó muy baja. Con el movimiento del tipo de cambio, la gente se empieza a poner nerviosa y si vos esperás que se mueva el tipo de cambio es como que la tasa no te paga esa expectativa, y te puede acelerar todo. Pero no cambió lo fundamental: el compromiso con el equilibrio fiscal”, remarcó.

¿Hasta dónde irá el dólar? El economista Fernando Marull dejó una pista, una cuenta que hace el mercado: base monetaria más pasivos remunerados dividido las reservas brutas. La semana pasada, el resultado era $1600. Sin embargo, con la baja de la “bola de pases” –cayeron en $10 billones el lunes- hoy la cuenta te da un CCL a $1300. ¿Será ese el margen de suba? Algunos creen que sí. Lo demás, claro, dependerá del miedo, la desconfianza y la incertidumbre, intangibles inherentes a la economía argentina desde siempre.

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