Franco Colapinto en la Fórmula 1: su abandono en el GP de Abu Dhabi y el balance de sus nueve carreras en el Gran Circo
ABU DHABI.- Final por todo lo alto para McLaren, con una victoria de Lando Norris en el Gran Premio de Abu Dhabi que aseguró el Campeonato de Constructores, mientras Max Verstappen chocaba contra el otro McLaren de Oscar Piastri y dejaba al ferrarista Carlos Sainz en la segunda plaza de la carrera. El monegasco Charles Leclerc, penalizado por cambiar su caja de cambios, avanzó desde la 19.ª posición en una carrera para enmarcar y ocupó el tercer escalón del podio.
Franco Colapinto, que había largado desde la última posición, tuvo un muy buen ritmo utilizando neumáticos duros, estando a la altura en velocidad de su compañero Alex Albon, que terminó en la 11ª posición. Sin embargo tuvo que abandonar en la vuelta 28 por un fallo en el motor.
Ya en la primera curva, Max Verstappen, lanzado desde la cuarta posición, pretendió pasar por dentro al australiano Oscar Piastri, golpeándolo y mandándolo al fondo del pelotón. La FIA penalizaría a Max con un recargo de 10 segundos que cumplió al cambiar neumáticos en boxes.
Largada
Este incidente provocado por el campeón iba a terminar afectando negativamente a Franco Colapinto. Tratando de recuperar terreno, Oscar Piastri embistió por atrás, en la vuelta 15, al Williams del argentino, pinchándole el neumático trasero izquierdo que le obligó a un prematuro cambio de gomas. A partir de allí, Franco hizo la única carrera que podía, despegado del pelotón y con tiempos comparables a los de coches que en la clasificación del sábado habían sido más veloces. Estaba compensando con su innata velocidad las deficiencias del fondo aerodinámico del coche que, aunque reparado, tenía una disminución del 10% en el rendimiento. Se mantuvo así hasta que, en la vuelta 28, en Williams detectaron una inminente avería del motor Mercedes y lo llamaron a boxes para abandonar.
Pinchadura
Hubo fuegos artificiales en la noche de Abu Dhabi al acabar la carrera. Poco a poco, la excitación en Yas Marina se fue calmando y, mientras el nutrido grupo de los 10 equipos de la Fórmula 1 se iba despidiendo, Colapinto comenzó, seguramente, a pensar en un balance, un resumen de un año pleno de claroscuros.
El balance del argentino
Más allá del resultado de Abu Dhabi, para Franco Colapinto llegó la hora de hacer un balance. Él mismo, James Vowles, su jefe de equipo, Gaetan Jego, su ingeniero de pista, y Sven Smeets, el director de la Williams Academy y director deportivo de Williams, sacarán sus propias conclusiones en los días que vienen. Y la pregunta es: ¿Cómo se juzga o evalúa a un piloto? ¿Solo por sus resultados? ¿O, además, por una integración de su velocidad, por su actitud en pista, por su rendimiento en combate y defensa, por su capacidad de improvisar ante contingencias y por su resiliencia y fuerza mental?
La posición en una parrilla de largada o en una carrera no depende totalmente del piloto. Al final de cuentas, se trata de carreras de autos, y los Williams FW46 no son precisamente la referencia del rendimiento en la Fórmula 1, compartida este año alternativamente entre McLaren (campeona de constructores), Ferrari (segunda en ese certamen) y Red Bull, escuadra del campeón Max Verstappen y tercera entre los constructores.
Por ello, incluso dentro de la misma escuadra, a Franco lo han “medido” en relación con Alex Albon. El británico-tailandés le dio muchas satisfacciones a Williams en las tres temporadas que ya lleva con ellos y había superado ampliamente al norteamericano Logan Sargeant, que en un año y medio no consiguió punto alguno (contra 28 de Albon en 2023) y se estrelló numerosas veces.
Una radiografía rápida del piloto que es Franco Colapinto, de sus fortalezas y debilidades, desvelada en las nueve carreras en las que participó, permite afirmar lo siguiente:
Tiene una confianza a prueba de balas para lanzarse a buscar la vuelta rápida. En ello no teme golpearse, lo que no es mucho del agrado de los equipos.No duda en pasar cuando ve que hay un hueco o una posibilidad. Utiliza trucos y maniobras de karting, que otros de sus rivales no se animan a hacer, para lograrlo.Construye sus carreras, en general, de menos a más.Busca seguridad en las largadas, pero no a ultranza. Su gran maniobra pasando a varios coches por dentro en la primera curva de Singapur lo demuestra.No se achica ante rivales de mucho más renombre y prestigio. Luchó en ataque y defensa con altas notas contra Lewis Hamilton, siete veces campeón.Sabe, también, defenderse con gran habilidad sin apelar a maniobras fraudulentas.No se mete en problemas innecesarios en la lucha cuerpo a cuerpo.
Su lógica inexperiencia le pasó factura bajo la lluvia en Interlagos, con dos golpes en el fin de semana de San Pablo. Cometió errores, casi inevitables en un novato que quiere destacar y dar un golpe sobre la mesa diciendo “¡Aquí estoy!”. Su osadía le llevó a una salidas de pista con golpe en Las Vegas. Y en Abu Dhabi, una aparentemente sin importancia incursión por la zona de escape en la curva de entrada a la recta, averió el fondo de su coche, disminuyendo el rendimiento para el día de la carrera.
Colapinto no es perfecto, es un proyecto en construcción. Williams lo sabe, pero debido a esos golpes y deslices, los posibles equipos que mostraron interés para contratarlo para 2025 —Red Bull y Alpine— se han retraído, aparentemente. También el precio de su fichaje ha sido un elemento que han tenido en cuenta. Hasta momento este ha sido, en detalle, el recorrido del que debería ser el representante argentino del futuro a corto e inminente plazo en la Fórmula 1.
Lo que en 2023 hizo Franco en la Fórmula 3, lo que concretó en el simulador de Grove comparado con su antecesor Logan Sargeant y Albon, su capacidad de concentración y dedicación, la prueba en Abu Dhabi con el FW45 en 2023 y, más aún, la FP1 de Silverstone quedando a 45/100 de Albon en julio de este mismo año, propiciaron que Vowles confiara en él y le diera la gran oportunidad.
¿Estaba suficientemente preparado Franco? Eso no lo sabían ni Franco (aunque siempre confía en sus capacidades para sobreponerse a cualquier desafío), ni sus managers ni sus familiares. Podían tener una intuición positiva, pero no mucho más. Y aunque así no hubiese sido, ¿podían decir que no? Una analogía: estaban ante el eterno dilema del jugador de fútbol de 16 años descollando en la cantera de un club ganador de campeonatos de primera al que de repente llaman para suplantar al mejor y consagrado delantero profesional del equipo.
Ese fue el arriesgado salto que Colapinto aceptó dar al “equipo de primera” que es la Fórmula 1. Y aunque Logan Sargeant, al que reemplazó, no era ni de lejos “el mejor delantero”, Franco sí tenía que rendir ante el cronómetro, en la gestión de neumáticos y en su actitud o comportamiento en carrera.
Su rendimiento fue brillante en el GP de Italia donde debutó, quedando a menos de 4 décimas de Albon en la clasificación del sábado y terminando por igualar los tiempos del compañero en la carrera. La solvencia con la que transformó un leve golpe contra el muro en la primera sesión de entrenamientos en Bakú, Azerbaiyán, en un tiempo 3,3 décimas más rápido que el de Albon el sábado ya llamó más la atención de varios equipos. Entraba por primera vez, en su segunda presentación, entre los mejores diez largando desde la novena posición. Y completaba el trabajo en carrera acabando octavo, por detrás de Albon.
Señoras, señores… NADIE LO DESEA MÁS QUE ÉL
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En Singapur continuaba cosechando elogios: largando desde la 12° posición avanzó decidido por dentro hasta la primera curva y ganaba tres posiciones, adelantando por ejemplo a su compañero Albon y a Carlos Sainz (Ferrari). Con un Red Bull más veloz, persiguió por más de 16 vueltas el mexicano Checo Pérez, quien por radio elogió su gran capacidad para defenderse. Demostraba decisión en el ataque en el inicio e inteligencia posicional en la defensa después.
Así como llamaba la atención por su comparación con Albon, ya comenzaban a compararlo con sus rivales con coches de rendimiento parecido al suyo. Llegando al Gran Premio de Estados Unidos en Austin iban a ser los Racing Bull de Yuki Tsunoda y Liam Lawson y los Haas de Kevin Magnussen y Nico Hülkenberg otras referencias. Lawson iba a ser un novato como él. Había disputado cinco carreras en 2023 y acababa de reemplazar definitivamente a Daniel Ricciardo en Racing Bull a partir de la carrera de Austin.
Después de los cuatro puntos logrados por la octava posición en Baku, Franco consiguió su quinto punto en el Gran Premio de Estados Unidos, en Austin, largando desde el fondo y avanzando nada menos que seis posiciones a base de ritmo, cuidado de neumáticos y adelantamientos. Mostraba, en esa ocasión, oficio, como el de un piloto ya bien formado.
“NO SÉ QUÉ LE PASA A ESTE PIBE, DESPUÉS CHOCÓ A MÁS GENTE”
🤣 La reacción de #Colapinto analizando su carrera y el toque de Piastri
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Con Lawson luchó mano a mano en México: lo alcanzó y lo pasó. El neozelandés le tocó por detrás, pero los comisarios sancionaron a Colapinto. Terminaba 12.º.
En el Gran Premio de Brasil comenzó una verdadera racha de contratiempos que sabía que podían suceder, pero no con la intensidad y frecuencia con las que ocurrieron. Bajo la lluvia, sufrió dos golpes fuertes: uno en la clasificación para la carrera del domingo y otro en la misma competencia. Un factor que reduce significativamente su responsabilidad fue la lluvia torrencial y el “aquaplaning” intermitente que se apoderaba del circuito, produciendo no menos de una docena de salidas de pista de pilotos más experimentados y accidentes tan espectaculares como el del Ferrari de Carlos Sainz.
Llegó después el fuerte golpe en Las Vegas, ese sí, sin duda, su responsabilidad. Error de novato y de su entusiasmo en la Q2, que le hizo olvidar su objetivo: tenía que cuidar, pero después de perder algunas décimas en su última vuelta, molestado por Pierre Gasly, su ingeniero le dijo que no abortara ese giro. Franco decidió que tenía que recuperar lo perdido. Hubo sectores en los que venía marcando tiempos de récord. Iba a sorprender otra vez, pero no pudo. Pudo correr el domingo y acabar 14.º.
A dream come true.
Gracias, Franco 💙 pic.twitter.com/4hmcxQRDPq
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En realidad, Colapinto nunca ha sido un piloto de chocar. Su porcentaje de incidentes, comparado con el de otras estrellas en ascenso desde la Fórmula 2 —de la que él subió tras solo media temporada—, es muy bajo.
En el GP de Qatar, tras ser víctima inocente en la carambola que inició Nico Hülkenberg golpeando a Esteban Ocon, y este al Williams, Franco se resignaba: “Hay que pasar esta mala racha”, decía. No ocurrió.
En el Gran Premio de Abu Dhabi, última carrera del año, los Williams FW46, armados con repuestos de versiones mecánicas y aerodinámicas anteriores, no rendían como en Monza o Bakú. Los superaban incluso los Kick Sauber, que hasta la carrera anterior habían sido siempre los coches más lentos del pelotón. Franco pasó sobre un “pianito”, saliéndose brevemente de pista en la tercera sesión de entrenamiento y averió su único fondo aerodinámico. Ese componente fue reparado, pero quedó deformado; por ello, Franco clasificó 20.º, en el último lugar.
Pretendía tener una carrera sin problemas, pero no pudo concretar su plan. Un golpe de Piastri lo obligaría a parar en boxes apenas comenzada la prueba y, después, se retiraba por una inminente rotura de motor en a vuelta 23.
A pesar de la mala racha, Williams conoce ese potencial que procurará desarrollar aún más en el futuro próximo. Y lo hará con sus propios coches o situando a Colapinto en otro equipo.
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