Estudio Ghibli y otros estudios japoneses reclaman a OpenAI por el uso indebido de sus obras​

Las imágenes generadas con inteligencia artificial que imitan el estilo del anime japonés ya dejaron de ser vistas como un simple experimento estético. Según Xataka, en las últimas semanas, una de las organizaciones más influyentes del sector audiovisual de Japón exigió a OpenAI que detenga el uso de obras protegidas para entrenar Sora 2, su modelo de generación de videos con IA.

La advertencia provino de CODA (Content Overseas Distribution Association), una entidad antipiratería que reúne a estudios emblemáticos como Studio Ghibli, Toei Animation, Bandai, Toho, Square Enix y otras productoras. La asociación señaló que gran parte del contenido generado por Sora 2 “se asemeja de forma sustancial a las imágenes japonesas originales”, lo que sugiere que la IA habría sido entrenada con material sujeto a derechos de autor.

La organización pidió a OpenAI que cese de inmediato el uso de obras pertenecientes a sus miembros y que responda formalmente a las quejas de las compañías afectadas. Según CODA, las imágenes y videos producidos por Sora 2 no solo reproducen estéticas características del anime, sino también elementos específicos de obras conocidas, como escenarios, personajes o trazos visuales propios de estudios como Ghibli.

El reclamo no llega aislado. En octubre, el gobierno japonés ya había advertido a OpenAI sobre el uso indebido de contenido protegido. El ministro Minoru Kiuchi, responsable de la estrategia nacional de propiedad intelectual, calificó al manga y al anime como “tesoros irremplazables” que forman parte de la identidad cultural japonesa. Kiuchi instó a la compañía estadounidense a garantizar que sus sistemas respeten las leyes locales y los derechos de autor de los creadores.

“Estilo Ghibli”

El auge del llamado “estilo Ghibli” marcó buena parte de 2025. Desde marzo, cuando OpenAI habilitó la generación de imágenes mediante GPT-4o, las redes sociales se inundaron de representaciones al estilo anime: retratos realistas, paisajes fantásticos y reinterpretaciones de personajes clásicos. Sin embargo, con la llegada de Sora 2, capaz de producir clips animados con una fidelidad visual mucho mayor, el fenómeno escaló hasta despertar la preocupación de la industria japonesa.

Productoras como Bandai Namco, NHK, Wowow y Aniplex consideran que estos contenidos creados con IA vulneran su propiedad intelectual. Muchos de los videos compartidos en redes reproducen estilos y composiciones casi idénticas a las de sus películas y series. La posibilidad de que los algoritmos de OpenAI se hayan alimentado de ese material sin autorización encendió las alarmas en todo el ecosistema creativo japonés.

Hasta el momento, OpenAI no respondió públicamente a las solicitudes de CODA ni a los requerimientos del gobierno japonés. La compañía enfrenta crecientes cuestionamientos globales por el uso de datasets con obras artísticas sin consentimiento expreso de los autores, un debate que se intensifica a medida que sus herramientas, como Sora o ChatGPT, ganan alcance entre millones de usuarios.

La industria del entretenimiento en jaque

La disputa japonesa se suma a un conflicto global cada vez más amplio entre la industria del entretenimiento y las empresas de inteligencia artificial. En Hollywood, el enfrentamiento entre los sindicatos de guionistas (WGA) y actores (SAG-AFTRA) con los grandes estudios marcó un precedente en 2023 y 2024. Los trabajadores denunciaron que las productoras estaban utilizando IA para generar guiones, imitar voces y reproducir rostros sin autorización ni compensación, una práctica que consideraron una amenaza directa a los derechos de autor y a la identidad profesional.

La presión sindical derivó en acuerdos históricos: se establecieron cláusulas que obligan a los estudios a pedir consentimiento explícito para usar el material de un actor o guionista en el entrenamiento de algoritmos, y a pagar regalías en caso de reproducción digital. En paralelo, guionistas y artistas visuales impulsaron demandas colectivas contra plataformas como Stability AI, Midjourney y OpenAI, acusándolas de utilizar sus obras sin permiso.

​ La organización antipiratería CODA, que agrupa a gigantes como Ghibli, Toei Animation y Bandai, denunció que los nuevos videos creados con la inteligencia artificial de OpenAI reproducen elementos visuales protegidos por derechos de autor  Tecnología 

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