En medio de la turbulencia por la derrota bonaerense, el Gobierno busca encapsular la campaña en la Capital​

Mientras el presidente Javier Milei se refugia en Olivos para buscar una salida a la crisis política que desató en su gabinete la derrota electoral en Buenos Aires, La Libertad Avanza (LLA) puso en marcha la campaña electoral en la Capital para dar batalla con el peronismo en las próximas legislativas de octubre.

En la Casa Rosada pretenden encapsular la interna entre Santiago Caputo, el principal consejero del Presidente, y los dirigentes territoriales que responden a Karina Milei, como los Menem o Sebastián Pareja, para evitar que los coletazos de la debacle bonaerense alteren la tregua que consiguió LLA con los Macri y sus socios de Pro en el distrito porteño.

Libertarios y macristas dejaron atrás los enfrentamientos y sellaron una tregua en el emblemático bastión de Pro después las engorrosas negociaciones para inscribir la alianza, pero la convivencia sigue siendo un desafío para los popes de ambos bandos. Por eso, Pilar Ramírez, la gerente de la filial de LLA en la ciudad de Buenos Aires, y los armadores de los Macri y Patricia Bullrich, primera candidata a senadora nacional de Milei, armaron un “comité de campaña” para consensuar una estrategia electoral y evitar cortocircuitos.

En la mesa se sientan desde Karina Milei, Ramírez y Caputo hasta Juan Pablo Arenaza, mano derecha de Bullrich, y Fernando De Andreis, estrecho colaborador de Macri y uno de los postulantes de Pro en las listas libertarias, y Ezequiel Sabor, secretario de Gobierno de la Ciudad, o Ezequiel Jarvis, entre otros.

Si bien prevén el lanzamiento formal de la campaña está previsto para la semana próxima, las autoridades de LLA y de Pro ya suman esfuerzos para movilizar a sus seguidores porteños. De hecho, Bullrich y Alejandro Fargosi, que estará al frente de la nómina de diputados nacionales, encabezaron este viernes la primera actividad del oficialismo nacional en la Capital. A diferencia de la táctica agresiva con la que arrancaron la disputa en Buenos Aires -apelaron al provocador eslogan de “kirchnerismo nunca más”-, Bullrich y Fargosi apostaron a la “cercanía” y armaron un encuentro con vecinos. Acompañados por Ramírez y Agustín Monteverde, escolta de Bullrich en la boleta de senadores, charlaron con representantes de pymes en una confitería de Palermo. En su mensaje, la ministra de Seguridad intentó empatizar con el sector de la sociedad que padece la recesión económica y, ante todo, los efectos del ajuste que aplicó Milei.

“Este enorme esfuerzo no podemos tirarlo a la basura, estamos trabajando todos los días para que llegue a la casa de todos los argentinos; en los próximos meses vienen cambios fundamentales y necesitamos un Congreso que acompañe, no que intente tirar abajo al Gobierno”, planteó. ¿Podrá reconectar con las personas mayores de edad en la Capital después de haber sido el rostro de la mano dura de Milei para reprimir las protestas por los recortes a las jubilaciones?

La amenaza interna

Inquieta por la crisis interna que provocó en el Gobierno el duro revés en la elección bonaerense, donde el PJ le sacó una ventaja de casi 14 puntos a LLA, la ministra intenta blindar a la Capital, donde los Milei esperan sacar una gran diferencia sobre sus competidores en los comicios de octubre.

En la contienda local del 18 de mayo, Manuel Adorni, vocero presidencial y legislador electo, se impuso con holgura sobre Pro y doblegó al peronista Leandro Santoro con el 30% de los votos.

Tras aliarse con los Macri, en el comando electoral de La Libertad Avanza ambicionan ahora superar esa marca. Confían en quedarse con dos de las tres bancas de senadores que se ponen en juego y sumar unos seis o siete diputados. Desde este sábado, los libertarios saldrán a instruir a sus feligreses porteños sobre la aplicación de la boleta única de papel. “No vamos a llegar a 50 puntos. Con repetir la elección de [María Eugenia] Vidal en 2021 y llegar a los 40, estamos bien”, aventuran cerca de la ministra de Seguridad, quien recuperó protagonismo en la galaxia de LLA tras la debacle electoral en Buenos Aires, porque Milei volvió a incluirla en su mesa política. Un triunfo arrollador la fortalecerá de cara a la pelea por la sucesión de Jorge Macri en 2027. Es sabido que la ministra no descarta ir por la Ciudad dentro de dos años.

El lunes último, Bullrich llegó preocupada a la reunión de Gabinete. Desde hace semanas aboga por cerrar la interna facciosa que provocó el armado electoral de LLA. “Los gobiernos suelen tener crisis, pero el problema es la interna”, plantea uno de los colaboradores de confianza de la ministra, quien hasta ahora logró surfear la puja de poder entre la hermana del Presidente y Caputo.

Desde que desembarcó en LLA, Bullrich se mantuvo al margen de las disputas. De hecho, evitó confrontar con Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de “El Jefe”, cuando quedó relegada en el reparto de lugares en las listas -en la provincia le terminaron recortando un casillero a último momento y sus leales sufrieron el veto de Karina Milei-.

En los debates intramuros, la ministra recomendó rebajar la tensión y recobrar el diálogo con sectores aliados para no poner en riesgo la gobernabilidad. Pero, lejos de aplacarse, la tormenta empeora cada día en la cúpula del Gobierno de Milei. “Hay mucha preocupación. Hay una sensación de que el rey está desnudo. Y el camino hasta octubre es largo”, dice uno de los fieles de Bullrich.

¿Gestos con Macri?

En ese contexto, la extitular de Pro sorprendió esta semana cuando opinó que sería “bueno” que Milei retomara los contactos con el expresidente Mauricio Macri. Quienes la rodean deslizan que aspira a seducir a todo el universo de votantes de Pro para la competencia de octubre en la Capital. Además, está convencida de que el Presidente debe reducir el nivel de confrontación y apostar a recuperar el vínculo con los espacios o gobernadores afines. “Hay que sumar y aunar fuerzas”, evangelizan alrededor de Bullrich. La ministra aplicó la “tabula rasa” tras la contundente victoria de Fuerza Patria en Buenos Aires que sacudió a la Casa Rosada. Es que hace dos semanas el expresidente había echado de la vicepresidencia segunda de Pro a Damián Arabia, ladero de Bullrich. También apartó al exsenador Pablo Walter, otro dirigente que responde a la ministra.

Más allá del deseo de Bullrich, el titular de Pro aún no recibió ninguna invitación concreta de Milei para reunirse o dialogar. En rigor, Macri optó por un repliegue táctico en el peor momento de la gestión libertaria y no tiene interés en inmiscuirse en la campaña electoral. Por ejemplo, ni respaldó ni cuestionó a los Milei por los audios de Diego Spagnuolo. Mantuvo un silencio estratégico y se mostró indiferente, pese a que en la intimidad hizo un seguimiento de las novedades del caso por presunto pago de coimas en el área de Discapacidad.

Por lo pronto, Facundo Pérez Carletti, secretario general de Pro y uno de los encargados del armado partidario en el interior, prepara una cumbre de candidatos a senadores y diputados para fines de septiembre. Esa podría ser la primera aparición de Macri después de meses en los que cultivó un segundo plano.

Hasta ahora, solo habla de acompañar el rumbo económico y empujar la reforma impositiva o laboral y tributaria. Machaca con que su misión es volver a darle “nitidez” a Pro y se autoexcluye de la campaña. “No es un momento para que tenga un rol protagónico; esta elección es un plebiscito de Milei”, aventuran cerca de Macri.

A partir del 10 de diciembre, su principal reto será evitar una mayor fragmentación de Pro. Es una incógnita si el bloque de diputados que conduce Cristian Ritondo podrá preservar la cohesión interna, donde las diferencias en torno al vínculo ya son indisimulables. Macri está convencido de que el Gobierno necesitará su aporte hasta el final del mandato de Milei.

Con el recambio legislativo es probable que haya salidas –los bullrichistas o los larretistas y díscolos- o nuevos integrantes de la bancada que no acepten la jefatura de Ritondo, como Gisela Scaglia. De hecho, los legisladores de Ignacio Torres o Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora planean armar un interbloque de Provincias Unidas para negociar con la Casa Rosada desde diciembre.

Para los asesores de Macri, el corrimiento electoral de Torres es “táctico” y no implica una ruptura con Pro. Está claro que el gobernador de Chubut, que faltó a la primera cumbre formal de Provincias Unidas, se mueve con autonomía y no responde a la jefatura de Macri. En el círculo íntimo del expresidente tampoco dramatizan frente al desmarque público de María Eugenia Vidal, quien objetó en duros términos la alianza con LLA.

En el búnker de los Milei deslizan que todavía no se evaluó la chance de convocar al titular de Pro para que se sume a la campaña porteña. Están convencidos de que la Ciudad pondrá a disposición su estructura territorial y no retaceará el apoyo porque Macri puso dos candidatos en el quinto y sexto lugar de la lista libertaria: De Andreis y Antonella Giampieri.

Menos aún se discutió en LLA si sería conveniente que Milei ensaye un acercamiento al jefe de gobierno, Jorge Macri, a quien el Presidente le negó el saludo y tildó de traidor. Hasta el momento, el alcalde no recibió un llamado formal para sumarse a la mesa federal en la que el Ejecutivo aspira a lograr un pacto de gobernabilidad con los mandatarios provinciales que se enrolan en la oposición dialoguista. El domingo, festejó el triunfo de la intendenta Soledad Martínez, su sucesora en Vicente López y una de las pocas aliadas a La Libertad Avanza que salvaron la ropa en una jornada negra para los Milei.

En Pro ya evalúan cómo preservarse de un eventual naufragio de Milei. Por caso, los macristas paladar negro consideran que las condiciones severas que impuso Karina Milei para confluir en la Capital o Buenos Aires les permitirán tener un mayor margen para despegarse en caso de que el Gobierno no logre reafirmarse.

Con excepción de los acuerdistas bonaerenses, como Diego Santilli, Cristian Ritondo o Guillermo Montenegro, la mayoría de los macristas percibe que la alianza con LLA es circunstancial y les permite garantizarse una supervivencia política en el año electoral.

De hecho, un sector del macrismo prevé abrir un debate interno respecto del futuro de Pro una vez que finalice la competencia de octubre. “Vamos a discutir el futuro del partido después del 26, pero muchos creemos en que hay que pensar en construir una opción superadora a Milei”, plantea uno de los jefes de Pro.

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