En las nubes

Podría ser un buen día para subirse al teleférico del monte Feldberg, la montaña más alta de la Selva Negra. Un buen día para quienes, además de las alturas, gustan de alguna que otra emoción diferente. Porque, como muestra esta imagen, la cima del Feldberg se cubrió de un espeso manto nuboso y el sueño que solo –con sus límites– puede cumplirse a bordo de un avión está ahí, casi al alcance de la mano: ingresar en el territorio esquivo, distante (y no exento de riesgos) de las nubes. Esta foto captura esa sensación y va más allá: tomada desde las alturas, esconde un guiño, tal vez involuntario y sin duda no literal, al arte romántico y su modo de rendirse ante lo temible del mundo natural. Si el siglo XIX tuvo su momento de desvelo ante lo sublime, el siglo XXI, que apenas parece perder el sueño ante lo imprevisible de la técnica, tampoco puede ignorarlo.
Podría ser un buen día para subirse al teleférico del monte Feldberg, la montaña más alta de la Selva Negra. Un buen día para quienes, además de las alturas, gustan de alguna que otra emoción diferente. Porque, como muestra esta imagen, la cima del Feldberg se cubrió de un espeso manto nuboso y el sueño que solo –con sus límites– puede cumplirse a bordo de un avión está ahí, casi al alcance de la mano: ingresar en el territorio esquivo, distante (y no exento de riesgos) de las nubes. Esta foto captura esa sensación y va más allá: tomada desde las alturas, esconde un guiño, tal vez involuntario y sin duda no literal, al arte romántico y su modo de rendirse ante lo temible del mundo natural. Si el siglo XIX tuvo su momento de desvelo ante lo sublime, el siglo XXI, que apenas parece perder el sueño ante lo imprevisible de la técnica, tampoco puede ignorarlo. Cultura
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