El príncipe que dejó todo por amor y en la plenitud de su vida sufrió un trágico accidente que reconfiguró a toda una monarquía

La tragedia puede golpear a cualquiera, en el momento menos esperado y en las circunstancias más insólitas. No hay una regla y no es algo que se pueda prever. Lo que tienen en común es la tristeza de los que se quedan. El 17 de febrero de 2012, la realeza de los Países Bajos quedó marcada a fuego. El príncipe Friso, segundo hijo de la reina Beatriz y cuñado de Máxima Zorreguieta, murió a los 44 años tras 18 meses de esfuerzos por parte de los médicos para salvarlo. El daño fue demasiado extenso y el dolor que dejó en la familia fue tan grande que obligó a la monarca a tomar una contundente decisión. El príncipe, que este 25 de septiembre hubiese cumplido 57 años, era el favorito de su madre y también el más rebelde. Rompió con el mandato, las leyes y las exigencias de la corona y renunció a su derecho al trono para seguir a su corazón. Dejó a dos hijas, una esposa y una familia que se reformuló para hacerle frente a una inimaginable pérdida.
Johan Friso Bernhard Christiaan David era el segundo hijo de la reina Beatriz y el príncipe Claus, y hermano menor del actual rey Guillermo Alejandro y hermano mayor del príncipe Constantino. Era el niño mimado del palacio y desde una temprana edad demostró que a pesar de los años de tradición, iba a imponer sus propias condiciones.
Decidió cursar sus estudios universitarios en los Estados Unidos, algo poco frecuente entre los miembros de la realeza, quienes normalmente eligen Europa. Entre 1986 y 1988 cursó Ingeniería Mecánica en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de California en Berkeley, pero luego regresó a Holanda para continuar su formación en la Universidad Tecnológica de Delft donde en 1994 recibió su título en Gestión de Ingeniería Aeroespacial. Al año siguiente se graduó de la carrera de Economía Empresarial en la Universidad Erasmus de Rotterdam y dos años después obtuvo un MBA en el Instituto Europeo de Administración de Empresas (INSEAD) en Fontainebleau, Francia. Según destacó la casa de Orange-Nassau, a lo largo de los años participó de diversas iniciativas para promover la innovación y la tecnología.
Una controvertida relación, una negación y una decisión trascendental
En la vida del príncipe Friso hubo un momento bisagra: el día en que conoció a Mabel Wisse Smit, una economista, politóloga y activista holandesa que trabajaba para distintas fundaciones y ONGs. Parecía una relación ideal y la reina Beatriz estaba encantada con tener una nuera tan aplicada y comprometida con diversas causas sociales. Pero, había una letra chica que recién salió a la luz en 2003, cuando el príncipe anunció su compromiso. Y allí se desató un escándalo, uno de esos que pueden fraccionar a una familia y hacer temblar a una nación.
El parlamento debe aprobar previamente la unión marital de un integrante de la realeza y, en su caso, en la búsqueda de antecedentes de la novia, encontraron que durante su época de estudiante mantuvo un vínculo con el traficante de drogas Klaas Bruinsma, asesinado en 1991. El entonces primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, consideró que la pareja ocultó información trascendental. Si bien Wisse Smit negó cualquier tipo de relación sentimental con Bruinsma, su ingreso a la casa real fue denegado. Asimismo, según publicó El País, Frits Hoekstra, un espía de los servicios secretos holandeses, relató en su libro El servicio que la mujer habría colaborado con ellos en 1995.
El hijo mimado de la reina Beatriz hizo caso omiso a las exigencias del parlamento. Renunció a sus derechos reales y el 24 de abril de 2004 se casó con Wisse Smit. Aunque su entorno lo respetó, la decisión le costó su lugar en la Casa Real (pero no dentro de la familia, por lo que continuó con su título de príncipe) y en la línea de sucesión al trono (hasta el nacimiento de su sobrina, la princesa Amalia de Orange, era el segundo en la línea de sucesión). El matrimonio se instaló en Londres y tuvo dos hijas, las condesas Emma Luana, nacida en 2005, y Joanna Zaria, quien llegó al mundo al año siguiente.
A pesar de lo que podría presuponerse, sus acciones no lo separaron de su hermano mayor. Guillermo Alejandro y Máxima lo eligieron como padrino de su segunda hija, la princesa Alexia junto a Juan Zorreguieta, el hermano menor de la argentina, además de la princesa Mathilde de Bélgica, Jonkheer Frans Ferdinand de Beaufort -íntimo amigo del rey y uno de los testigos de su casamiento- y Jonkvrouw Alexandra Jankovich de Jeszenice. De hecho, la joven princesa de 20 años heredó varias cosas de su tío. Muchos consideran que es la “rebelde” de la familia, al igual que él, y además actualmente sigue sus pasos y estudia Ingeniería Civil en la University College London (UCL).
El accidente que derrumbó a la corona holandesa
El 17 de febrero de 2012, casi una década después de la muerte del príncipe Claus, un acontecimiento completamente inesperado golpeó a la realeza de los Países Bajos. Friso organizó una jornada de esquí en la ciudad austríaca de Lech. Si bien estaba más que familiarizado con el deporte, por error se despistó y terminó sepultado por una avalancha. De acuerdo con lo citado por la BBC, pasaron 15 minutos hasta que los rescatistas pudieron sacarlo de debajo de la nieve. Fue atendido en la Universidad Médica de Innsbruck, donde los doctores, que lo reanimaron durante 50 minutos, determinaron que sufrió un daño cerebral masivo.
Nadie se imaginó que un día de esquí podía terminar en una tragedia semejante. Al enterarse de lo ocurrido, Guillermo y Máxima interrumpieron sus vacaciones de verano en Grecia y regresaron de urgencia a Holanda. A Friso lo trasladaron al Hospital Wellington de Londres, donde permaneció en un “estado de conciencia mínima” hasta que recibió el alta médica y pudo continuar con su rehabilitación en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya. “Llevamos más de un año viviendo esta terrible situación, durante la cual mi madre y Mabel hicieron todo lo humanamente posible para estar al lado de mi hermano. Todos los días lo esperan. Por mi parte, solo puedo apoyarlos y hacer todo lo posible”, expresó Guillermo, según replicó la publicación Hello!
No obstante, a pesar de la esperanza que tenía su familia -la cual nunca se separó de su lado- y de los esfuerzos de los médicos, el daño fue demasiado y no había nada más por hacer. Friso murió durante la mañana del 12 de agosto de 2013, 18 meses después del accidente, a los 44 años. “Fue a causa de complicaciones relacionadas con la lesión cerebral hipóxica, la cual sufrió como consecuencia de su accidente de esquí en Lech, Austria, el 17 de febrero de 2012”, informó la corona a través de un comunicado oficial.
Se realizó un íntimo funeral que, según Vanity Fair España, se pagó con la herencia del príncipe por decisión de su esposa y porque además ya no pertenecía a la Casa Real. Lo enterraron el 16 de agosto en Lage Vuursche, un pequeño pueblo del municipio de Baarn, donde se encuentra el castillo Drakensteyn de la princesa Beatriz.
La reconfiguración de la realeza de Holanda tras el accidente del príncipe Friso
El accidente de Friso en la nieve fue un punto de quiebre para la reina Beatriz, quien ya había atravesado difíciles momentos: la muerte de su marido en 2002, la de sus padres, los príncipes Juliana y Bernardo, en marzo y diciembre de 2004 respectivamente, y un atentado contra la familia real que tuvo lugar el 30 de abril de 2009 y dejó siete víctimas fatales. Pasaron muchas cosas durante los 18 meses que el príncipe estuvo en coma, pero lo más trascendental fue que su madre decidió abdicar a la corona para pasar más tiempo a su lado.
El 28 de enero de 2013, a los 75 años, la reina Beatriz anunció su abdicación al trono de Holanda en favor de su hijo mayor. El 30 de abril, tras 33 años como monarca, le cedió el lugar a Guillermo Alejandro, quien asumió como rey junto a su esposa, Máxima Zorreguieta. La ceremonia del traspaso se realizó en la Sala de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam y la investidura, la cual a diferencia de una coronación no tiene un carácter religioso, sino más bien secular, se celebró ese mismo día en la Nueva Iglesia de Ámsterdam.
“Agradezco la enorme cantidad de mensajes y amables muestras de condolencia que recibimos. Significa mucho saber que tanta gente piensa en nosotros”, expresó Beatriz tras la muerte de su hijo mediante un comunicado. Durante los años siguientes evitó hablar públicamente sobre lo sucedido. En abril de 2024 inauguró en el parque del Palacio de Soestdijk, el monumento “La Familia Real” del escultor Arthur Spronken compuesto por retratos en bronce de ella, el príncipe Claus y sus tres hijos.
En cuanto a la princesa Mabel, según trascendió, aún vive en Londres, pero frecuenta con regularidad los Países Bajos. Según la casa de Orange-Nassau, trabaja activamente en diversas organizaciones, entre ellas VOW for Girls, de la cual es presidenta honoraria. En junio de 2022, el rey Guillermo le otorgó la Orden de la Casa de Orange por sus numerosos servicios a la Casa Real.
Las condesas Luana y Zaira, de 20 y 19 años respectivamente, también mantienen un bajo perfil. En agosto participaron junto a su abuela paterna, su madre y sus primos del evento naval Sail Amsterdam y navegaron a bordo del velero Groene Draeck. La hija mayor del príncipe Friso estudia en la Universidad de St. Andrews, en Escocia, donde se conocieron el príncipe William y Kate Middleton. Se sabe poco de la vida de las jóvenes, puesto que no participan de los eventos oficiales junto al resto de la familia real, pero sí de algunas actividades especiales. Como su padre renunció a la corona para casarse con su madre, llevan título, pero no pertenecen a la Casa Real y no están en la línea de sucesión del trono.
En 2012, lo que le ocurrió a Friso afectó a la realeza de los Países Bajos e hizo que su madre abdicara al trono después de 33 años; de esta manera, su hermano Guillermo Alejandro y su cuñada, Máxima Zorreguieta, se convirtieron en reyes El Mundo
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