El “musher” argentino que organiza expediciones en trineo en un aislado lugar de la cordillera neuquina​

En 2001, cuando el país estaba en llamas, Hernán Cipriani eligió las nieves de la cordillera neuquina para dar vuelta una página de su vida. Su trabajo en la industria cinematográfica llegaba a un fin, y la posibilidad de emigrar a España crecía como una opción. Sin embargo, decidió dar cabida a su interés por los huskies y las carreras de trineos, así que puso rumbo a Zapala.

En la Dirección de Tierras, le otorgaron un permiso para desarrollar el proyecto que tenía en mente: crear una villa turística muy cerca del paso fronterizo de Pino Hachado, donde no había nada. Con un terreno fiscal y el capital de 22 perros –entre Siberian y Alaskan husky–, durante el verano de 2002 construyó la primera cabaña. Lo hizo juntando piedras y madera seca del bosque, mientras dormía en carpa. Con el techo asegurado, al año siguiente, llevó a sus hijos, de 6 y 10 años.

En 2003 llegaron los primeros turistas. Para apostar al crecimiento, construyó una segunda cabaña donde hospedarlos. La posibilidad de quedarse a dormir entre las araucarias, sin wifi (sólo internet satelital para emergencias), sin señal de celular ni luz eléctrica, en el paisaje más prístino, hizo que el boca en boca funcionara.

Al poco tiempo, eran cada vez más los interesados en las expediciones de varios días: en trineo en invierno y a caballo en verano. Hernán delineó distintos circuitos, montó campamentos y logró un producto que pronto atrajo al turismo internacional.

Para entonces ya había organizado el criadero y los caniles. La convivencia con los perros es un atractivo de por sí. “La gente se interesa por saber de ellos”, explica. “Para las expediciones en trineo se utiliza la raza Alaskan Husky, es la más usada a nivel mundial. Es rápido, obediente, tiene buen carácter de grupo, conviven muy bien entre ellos”, agrega.

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Hace poco tiempo viajó a Noruega para traer dos ejemplares y así inyectar sangre nueva, pero los primeros Alaskan que usó para criar sus teams de trineo vinieron de Estados Unidos y de Francia. Hoy cuenta con 30 ejemplares. En el otoño, el invierno y parte de la primavera están con las expediciones y en el verano en el Husky Park, un parque que cuenta con agua de vertiente, sombra, y un amplio espacio donde pueden correr y descansar, con una vista inmejorable del límite con Chile.

Otro hito en su carrera llegó en 2009, cuando comenzó con el cruce de los Andes a caballo, junto con los socios alemanes de Campo Antilco, en Pucón, Chile. Además, en 2016, gracias a los contactos de su pareja Matilda, que es de origen inglés, lograron traer clientes del Reino Unido. Siguieron creciendo y, durante la pandemia, construyeron dos cabañas, a las que bautizaron Shepherdʼs Hut, de estilo british, como las que usan los pastores en las islas. La expansión los llevó a potenciar el negocio tanto en invierno como en verano.

La última iniciativa de Hernán es Experiencia Antártida. Es sabido que la zona de Copahue y Caviahue, muy próxima, tiene condiciones climáticas tan similares a las del Continente Blanco que allí entrenan quienes van a hacer campaña anual a esas extremas latitudes. Por eso, esta propuesta es perfecta para los espíritus más intrépidos: combina trineos, orugas antárticas originales como el Sno-Cat, esquí de travesía y campamentos de montaña a metros del límite con Chile.

Es una aventura que recrea la epopeya de quienes conquistaron los polos. “Recordemos que el trineo tirado por perros fue el primer medio de locomoción del ser humano”, se entusiasma Hernán. “En la Antártida, los huskies fueron los que ayudaron con el scouting, la exploración primaria, el hallazgo de grietas y accidentes del terreno. Ellos están genéticamente preparados, tienen el instinto afilado y son la forma más segura para avanzar en terreno desconocido. Detrás, los seguían los tractores oruga, máquinas mecánicas con motores nafteros que llevaban muchísimos kilos en equipamiento, comida, campamento, estación meteorológica”.

En Pino Hachado, cuentan con un Sno-Cat que fue recuperado del abandono absoluto y participó de la Operación 90 que se llevó a cabo en la Antártida en 1965, cuando seis vehículos de este tipo recorrieron 2.980 kilómetros, ida y vuelta.

Hoy, entre trineos, esquíes y araucarias, la oruga volvió a vivir y está en su salsa. Como Hernán y sus perros entre las nieves neuquinas.

Datos útiles

Horses & Huskies. RN 242 Km 49, a 50 km de Las Lajas. WS: +54 9 2942 50-6827. En las cuatro cabañas hay sólo luz led (alimentada con energía solar) y la posibilidad de cargar equipos con USB.

Los planes son “daytours”, o travesías con pernocte en carpa en la cordillera de 1, 2, 3 o más noches. Para todos es preciso reservar con anticipación. No se realizan “paseos”, sino expediciones donde cada uno maneja su propio trineo (hay algunos dobles). También dan un curso de mushing de 7 días. Salida de medio día con almuerzo incluido, visita al límite con Chile: $140.000 mayores y $90.000 menores de 12 años. Expedición de una noche en carpa, con noche previa y posterior en el refugio (3 noches), $700.000 por persona, con todo incluido. Las travesías en trineo suelen realizarse de finales de junio a finales de septiembre.

​ Muy cerca del paso de Pino Hachado, a 55 kilómetros de Villa Pehuenia, Hernán Cipriani propone en invierno paseos en trineos tirados por perros huskies que complementa en verano con cabalgatas.  Revista Lugares 

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