El lorito robusto que habita en Sudáfrica y está en peligro de extinción​

En el Bosque Estatal Hogsback, un refugio de helechos húmedos y árboles gigantes cubiertos de líquenes, vive el lorito robusto, el pájaro más particular de África, una pequeña ave que depende del árbol palo amarillo hojas de hoz tanto para alimentarse como para anidar, en una constante lucha por sobrevivir.

El lorito robusto no solo enfrenta la amenaza de la tala indiscriminada de su principal fuente de subsistencia, sino también la enfermedad del pico y las plumas, un mal que afecta a este tipo de pájaros. Este virus mortal, cuyo origen es aún incierto, podría haber sido transmitido por aves que estaban en cautiverio. Desde finales del siglo XIX, la deforestación devastó el 60% de los bosques de afrocarpus, el nombre científico del Palo Amarillo, en Sudáfrica, lo que dejó a estos animales dispersos en tres pequeños bosques aislados en las provincias de Cabo Oriental, Limpopo y KwaZulu-Natal.

Cassie y Kate Carstens, del Proyecto del Lorito Robusto de Wild Bird Trust, dedican sus días a estudiar y proteger a esta especie en peligro. Con valentía, atraviesan la densa vegetación y desafían las frías madrugadas para seguir a estos pájaros, así como observar sus rituales de cortejo y monitorear sus comportamientos. Estas aves, siempre en busca de semillas de palo amarillo, vuelan hasta 97 kilómetros al día para encontrar árboles florecientes. Cuando su alimento favorito escasea, se adaptan e ingieren hasta 30 tipos diferentes de grano, nueces y frutas, aunque la calidad nutricional de estos sustitutos es incierta.

Además de la pérdida de hábitat y la enfermedad, el lorito robusto enfrenta amenazas de depredadores naturales y cazadores humanos. En una pequeña huerta de nueces cerca de Hogsback, los Carstens encontraron restos de estas aves posiblemente cazados por gavilanes o niños que los capturan para venderlos. La falta de conciencia y valoración de esta especie agrava la situación, según los defensores de estos pájaros.

Para aumentar la conciencia sobre esta especie en peligro de extinción, Colleen Downs, zoóloga de la Universidad de KwaZulu-Natal, fundó el Día para observar al lorito robusto, que moviliza a voluntarios y niños en busca de estas aves. En su vigésimo aniversario, en 2017, se contaron 1.500 ejemplares, un número que se mantuvo estable gracias a las leyes que regulan la tenencia de estos loros como mascotas. Además, Downs y el genetista Sandi Willows-Munro crearon un registro genealógico oficial, que combina análisis genéticos con registros detallados para identificar a cada animal individualmente.

Steve Boyes, director científico de Wild Bird Trust y explorador de National Geographic, trabaja para proteger al menos el 18% de los bosques de afrocarpus de Sudáfrica. Mientras tanto, el Proyecto del lorito robusto estableció viveros de esta planta en Hogsback, para así proporcionar semillas y plantines a la comunidad local. En el pueblo de Sompondo, cada propietario cuida de sus pequeños árboles, a la espera del día en que estos crezcan y sus copas se llenen del alegre graznido de estos animales.

Un Paisaje de Inspiración

Se dice que J.R.R. Tolkien, autor de “El Señor de los Anillos”, encontró inspiración en las húmedas montañas y abruptas cataratas de esta región para su famosa trilogía. Al igual que las historias de Tolkien, la lucha del lorito robusto es una épica batalla por la supervivencia en un mundo que, a menudo, parece estar en su contra.

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