El Gran Premio Jockey Club: Real Rim escribió su capítulo en la Triple Corona y se llevó el clásico con más historia

El Gran Premio Jockey Club (G1-2000m), el clásico con más historia del turf argentino, se vistió con los colores de Firmamento, la cabaña que sigue agigantando la suya. De la ilusión trunca en la Polla de Potrillos, cuando el favorito Drive Joy cedió el primer puesto a pasos del disco el mes pasado en Palermo, al festejo sin susto de Real Rim, otro del stud de Juan Carlos Bagó, que ganó fácil este sábado el segundo paso de la Triple Corona en San Isidro.
Real Rim creció competitivamente a la sombra de Drive Joy, al que escoltó incluso en uno de los clásicos selectivos en el primer semestre. Ahora que el as de espadas se lesionó y no estaba disponible, apareció esta otra carta en la manga para salir a la luz en el momento que más se lo necesitaba. Dio un salto de calidad, cuando los focos estaban en otros protagonistas, para obtener su mejor victoria.
Martín Valle, jinete oficial de la divisa marplatense, lo escondió entre el racimo de rivales y únicamente en la recta final decidió mostrarle la cancha. Con pista libre, a la hora de acelerar y no guardarse nada, el zaino cambió de ritmo, pasó de largo y se dedicó a acumular ventajas. Fue, entonces, una aplanadora, ante adversarios incapaces de incomodarlo.
Señor Sandro, entrenado por Dany Etchechoury como el vencedor, escaló hasta el segundo puesto y lo defendió, pese a abrirse demasiado. El suspenso quedó a espaldas de Valle, con el tordillo brasileño Phanton tercero, al pescuezo del escolta y medio cuerpo delante de Jazzy Frank, el cuarto. The Great Racing, el favorito, desconocido, en el penúltimo lugar.
Fue Real Rim, siguiendo el camino del éxito que en esta temporada construyeron con los mismos colores el invicto The Great Cash y Drive Joy, el que apareció para tomar la posta. A 50 años de la creación de Firmamento, Bagó tiene otra historia con final feliz para seguir viendo la crianza con el mismo ímpetu de superación que transmite como mensaje desde el primer día.
El Gran Premio Jockey Club (G1)
“Nunca subestimes el corazón de un campeón”, es una frase inmortalizada por el estadounidense Rudy Tomjanovich cuando era entrenador de los Houston Rockets. La pronunció al ganar el anillo de la NBA en 1995 luego de que su equipo lo lograra contra todos los pronósticos. Después de tres décadas, aquello sigue vigente en sucesos como el que se vivió en el Gran Premio Suipacha (G1-1000m), donde Labrado, el mejor velocista de 2022, 2023 y 2024, llegó observado de reojo como nunca antes. Y el zaino respondió en la pista de césped con otro triunfo memorable, ante 16 rivales.
En su última salida, donde llegó 6°, había quedado detrás del tercer lugar por primera vez en 22 carreras y acumuló una serie de cuatro competencias sin ganar, algo inédito para su campaña. Se mostró vulnerable y surgieron voces sosteniendo que ya no era el de antes. En Venado Tuerto, su casa desde potrillo, juntó energías nuevamente para volver a Buenos Aires este sábado y dar otra clase de talento y velocidad, llevado con una fe inquebrantable por Wilson Moreyra, como siempre. Y consiguió este clásico por tercera vez, algo que ningún caballo había podido lograr en toda la historia.
El Gran Premio Suipacha (G1)
El representante del stud Don Ariel relegó por un cuerpo y medio a Le Cornette, otro de 6 años. Justo el que había ganado aquel gran premio de Palermo donde el campeón estuvo lejos de lo esperado. Ahí hubo, además, una pequeña revancha. Aunque cada carrera sea una historia nueva, la vida es eso que pasa mientras Labrado gana clásicos. Y ya lleva ocho de Grupo 1.
What a Man vuela cuando atropella en el pasto firme y la recompensa fue el Gran Premio San Isidro (G1-1600m), la carrera que un año atrás se le escapó por tres cuartos de cuerpo. Perseverante, tuvo desquite doce meses después en la otra prueba premium de la jornada. Mostró su mejor versión para superar por tres cuerpos y medio a Kopke, que lo había dejado segundo el mes pasado en otro clásico de las mismas condiciones.
El Gran Premio San Isidro (G1)
De perder por el pescuezo a ganarle ampliamente, con Rodrigo Bascuñán ya sabiendo con qué contaba debajo de la montura. El mendocino tuvo otra vez la oportunidad de montarlo porque Eduardo Ortega Pavón, el jockey oficial del stud Haras El Ángel de Venecia, volvió a elegir a Talented Hit, que aquella tarde también protagonizó la definición, pero esta vez ya perdió ritmo desde el final del codo. Fue entonces cuando What a Man comenzó a carretear por dentro desde los últimos lugares para desplegar un avance incontenible.
El potrillo del stud Firmamento superó por dos cuerpos y medio a Señor Sandro en el clásico más antiguo del turf argentino Turf
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