El gran amor de Meryl Streep que la marcó a fuego, murió en sus brazos y la volvió una estrella indiscutible de Hollywood​

No hay una regla para el amor. Puede llegar de la manera más inesperada y terminar abruptamente, a veces por factores internos y otras por externos. En 2023, más de uno se sorprendió al enterarse de que Meryl Streep llevaba seis años separada del escultor Don Gummer, su pareja durante más de cuatro décadas. Si bien durante el último tiempo se la vinculó sentimentalmente con el actor Martin Short, su compañero en la serie Only Murders in the Building, la tres veces ganadora al premio Oscar tuvo una relación previa antes de despegar en Hollywood que no todos conocen. Se enamoró de una estrella de El Padrino (The Godfather), pero los planes de una vida juntos se vieron truncados porque él murió antes de lo esperado.

Corría 1976 cuando una Meryl Streep de 28 años se encontraba abriéndose paso en la industria del entretenimiento. Aún no era la consagrada actriz que el mundo conoce, pero estaba muy próxima a serlo. En esa búsqueda de papeles y buenos proyectos que le permitieran mostrarle al mundo -y a los productores- su talento, se encontró con algo más: el amor. Ocurrió en Nueva York mientras se preparaba para representar un clásico de William Shakespeare, Measure for Measure, en Central Park. Durante los ensayos conoció a su coprotagonista, John Cazale, con quien comenzó una relación que avanzó a paso acelerado y terminó demasiado pronto.

Para ese entonces, Cazale, casi 14 años mayor que Streep, era una personalidad más que conocida en Hollywood. Venía de trabajar bajo la dirección de Francis Ford Coppola en las dos primeras partes de El Padrino, donde interpretó a Fredo Corleone, uno de los hijos de Vito Corleone (Marlon Brando). Además, en 1974 volvió a trabajar con el director en La conversación (The Conversation) junto a Gene Hackman,y al año siguiente con Sidney Lumet en Tarde de perros (Dog Day Afternoon), protagonizada por Al Pacino. El flechazo fue instantáneo. Los envolvió la pasión, la meticulosidad con la que abordaban sus proyectos, y su amor mutuo por la actuación.

Se fueron a vivir al departamento del actor en Tribeca, el lujoso barrio de Manhattan, convencidos de que iban a pasar juntos el resto de su vida. Mientras trazaba su camino como actriz y se unía a Jane Fonda y Vanessa Redgrave para una pequeña participación en Julia, película que marcaría su debut en cine en 1977, Meryl Streep sentía que había encontrado al amor de su vida. Pero, ese mismo año, mientras estrenaba en Broadway la obra Agamenón, Cazale se descompuso y tras una visita al médico recibió el peor diagnóstico: tenía cáncer de pulmón. “John quedó callado y por unos minutos, Meryl también. Pero como la actriz no es una persona que sucumba fácilmente a la adversidad, lo miró y le preguntó a qué lugar le gustaría ir a cenar luego”, sostuvo Michael Schulman, autor de la biografía Her Again (2016).

Rápidamente, el actor comenzó con un tratamiento acompañado incondicionalmente por su novia. A pesar de que recién daba sus primeros pasos en la industria, Streep interrumpió su agenda para estar junto a él. Solo se alejó temporariamente de su lado para filmar Holocausto, una miniserie que se estrenó en 1978 y que le valió su primera nominación al Emmy.

A pesar de que sabían que el final estaba cerca y no había nada que pudieran hacer más que intentar prolongar lo inevitable, los actores pudieron compartir un último proyecto juntos: El francotirador (The Deer Hunter), con la dirección de Michael Cimino y las actuaciones de Robert De Niro, Christopher Walken y John Savage. A pesar de lo debilitada que estaba la salud de Cazale en aquel entonces, el director y el elenco hicieron todo y más por asegurarse de que estuviera la película y se enfrentaron a la producción para lograrlo. De hecho, Streep hasta amenazó con renunciar si precedían de su novio.

Cazale llegó a grabar sus escenas, pero nunca pudo ver el resultado final. Murió el 13 de marzo de 1978 en Nueva York a los 42 años. “Por más genial que sea en su trabajo cuando pienso en Meryl no pienso en eso, sino que recuerdo a esa chica que estaba con John. No había nada como eso y es eso lo que la define”, sostuvo Al Pacino, gran amigo tanto de Cazale como de Streep.

La muerte de su novio fue un golpe terrible para la actriz. Se apoyó en sus amigos, en la familia de Cazale y encontró refugio en su trabajo que crecía pasos agigantados. En 1979 estrenó junto a Dustin Hoffman Kramer Vs. Kramer, película que le dio su primer Oscar como mejor actriz de reparto. A pesar de que rehizo su vida y en septiembre de 1978 se casó con Gummer, padre de sus cuatro hijos -Henry, Mamie, Grace y Louisa-, ella misma admitió que su pérdida era algo que nunca iba a superar.

En 1998, durante una entrevista con The Morning Call, Streep habló sobre la experiencia de haber cuidado a Cazale y reflexionó sobre lo que significó eso en su vida: “Cuando sos cuidadora, sentís que estás poniendo tus manos en algo cada día y que lo estás mejorando. Aunque no lo estés haciendo, creés que sí. Así que vivís en un espacio muy pleno. En cierto modo, fue un momento maravilloso para mí, un momento muy íntimo. Fue una sensación exquisita porque solo en las circunstancias más extremas llegás a decirle a alguien lo que realmente querés decirle”.

​ Corría 1976 cuando la actriz conoció a John Cazale y el flechazo fue instantáneo; estaban convencidos de pasar el resto de su vida juntos hasta que un devastador diagnóstico los separó demasiado pronto  Espectáculos 

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