El Gobierno reabrió el diálogo con la CGT para evitar otro paro general
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, recibió hoy por poco más de una hora a la cúpula de la CGT en lo que representó el primer encuentro oficial entre el Gobierno y los sindicalistas después del paro general del 9 de mayo pasado. La intención de la gestión libertaria es abrir un canal de diálogo e incorporar formalmente a la central obrera al Consejo de Mayo, algo que los sindicalistas observan con desconfianza.
Cordero, que fue hasta antes de asumir abogado del Grupo Techint, apuesta con el encuentro de hoy neutralizar una eventual reacción sindical ante la restitución del impuesto a las ganancias, la caída del empleo y los efectos adversos de la recesión económica. El funcionario escenificó su sintonía con algunos dirigentes, como Gerardo Martínez (Uocra) y Carlos Pérez (Comercio), a los que abrazó efusivamente. La semana que viene Cordero recibirá a las cámaras empresarias en su intento de reforzar el diálogo tripartito.
Puertas adentro de la central obrera se impone por ahora un posicionamiento prudente y cauteloso después de haber activado ya dos paros generales (24 de enero y 9 de mayo) contra Javier Milei. Quienes no están dispuestos a acelerar el choque argumentan que el Gobierno dinamizó la homologación de las paritarias y que hay que darle aire tras la aprobación de la Ley Bases. Esa postura se reforzó hoy tras la reapertura del diálogo.
Sin embargo, hay sectores que presionan por una medida de fuerza en el corto plazo y que desconfían del intercambio con el Gobierno. Ninguna decisión, de todos modos, se tomará antes del 25 del mes en curso, para cuando la CGT convocó a su consejo directivo a pleno para debatir cómo continuar con el plan de lucha lanzado en diciembre del año pasado en respuesta a la reforma laboral por decreto con la que intentó avanzar el Presidente al inicio de su mandato.
El secretario de Trabajo intentó desmarcar al Gobierno de los proyectos de ley que impulsan desde la UCR y Pro para modificar la ley de Asociaciones Sindicales con el objetivo de no obstaculizar el canal de diálogo con la central obrera. Se trata de dos iniciativas que afectarían el poder de representación y recaudación de los gremialistas. Si bien Cordero intentó en declaraciones radiales tomar distancia y lo ratificó ante los sindicalistas, un funcionario de la cartera laboral ya adelantó públicamente cuál será la estrategia. Se trata de Claudio Aquino, director del departamento de Asociaciones Sindicales, el área que supervisa todo lo que tiene que ver con la vida interna de los gremios y el cumplimiento de sus respectivos estatutos, que reconoció en Radio Nacional que la intención del Gobierno es avanzar en el Congreso con los artículos de la reforma laboral excluidos en la Ley Bases.
“De manera responsable, la CGT pidió una reunión, frente a eso, que fue una actitud loable que veo de parte de ellos, se hizo una convocatoria a que participen, el martes al mediodía. Están pidiendo sentarse en una mesa de diálogo, cuando en otra oportunidad hubieran llamado a un paro”, endulzó Cordero a sus interlocutores sindicales el fin de semana. Cordero es un interlocutor conocido para los sindicalistas. Con muchos de ellos, la relación roza la amistad. Hicieron migas durante años en las semanas que comparten gremialistas y empresarios en Suiza, en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a donde el funcionario asistió decenas de veces en su rol de asesor legal de la Unión Industrial Argentina (UIA). En la OIT se fomenta casi como primer mandamiento el diálogo tripartito, con el Estado como mediador. La semana que viene Cordero recibirá al Grupo de los Seis, que integran ntegran la UIA, la Cámara Argentina de la Construcción, la Asociación de Bancos Argentinos, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio y la Sociedad Rural Argentina.
La CGT llevó planteos sobre el impuesto a las ganancias. Tras la sanción del paquete fiscal que impulsó el Gobierno, volverán a tributar Ganancias quienes tengan ingresos superiores a $1.800.000 en el caso de los solteros y de $2.100.000 para casados. Según los cálculos de los gremios, casi un millón de trabajadores sufrirán el impacto en sus bolsillos. Ya hay dos gremios que anunciaron medidas de fuerza cuando se haga efectivo el descuento en los recibos de sueldo. Uno es el gremio bancario, que encabeza Sergio Palazzo, y el otro es la Federación de Trabajadores Aceiteros, con fuerte influencia en el polo agroexportador de Santa Fe y cuyo referente es Daniel Yofra.
El secretario de Trabajo fue el anfitrión de una comitiva sindical; reforma laboral, empleo y Ganancias fueron algunos de los ejes de la discusión; la semana que viene el funcionario recibirá a empresarios Política
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